La maldición de los porteros ingleses parece no tener fin
El garrafal error de Robert Green, que le costó a Inglaterra un gol en el minuto 40 de su partido ante Estados Unidos y, a la postre, perder dos puntos, prolonga las dudas de Fabio Capello sobre el titular de la portería del equipo y la racha de fallos de los porteros del país.
El responsable de defender la meta de los Pross era precisamente la gran incertidumbre del técnico italiano, que dudaba entre Green, David James o Joe Hart, optando finalmente por el primero, portero del West Ham United.
Con el 1-0 a favor de los ingleses, Clint Dempsey disparó desde la frontal del área, en una acción que no revestía aparente peligro, pero Green no logró atajar, el balón le venció las manos y se introdujo mansamente en la portería.
El grave error relanza el gran debate sobre los guardametas ingleses, en un país que acostumbra a confiar en la Premier League en porteros extranjeros y donde Peter Shilton continúa, a pesar del paso de los años, como el último realmente consolidado y de garantías.
El ex jugador de Nottingham Forent, Southampton y Derby County en los años 80 vistió en 125 ocasiones la camiseta del combinado nacional inglés, incluyendo los Mundiales de 1986 y 1990.
Desde aquella época no ha habido un sucesor a la altura, con David Seaman como alumno más aventajado entre los guardametas internacionales, pero sin conseguir aprobar con nota el exigente examen de los hinchas ingleses.
La ironía británica bautizó incluso a James como Calamity James por sus constantes errores y goles tontos que se 'comía'.
Tras el error en Rustenburgo ante Dempsey, Green quedó con la mirada fija en el suelo, consciente de que tiene ya garantizadas horas de debate en la prensa británica, que sigue años después en busca de un portero que transmita confianza y seguridad a la zaga.
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