En la mente de Green
El ala pívot norteamericano reflexiona sobre su mejora en el juego y sitúa en la capacidad psicológica el campo de mejora
Caleb Green compaginó desde los ocho años el baloncesto y el fútbol americano en su Oklahoma natal. Por entonces no existían los Thunder, así que no tenía una fidelidad especial con ningún equipo de la NBA. "Me gusta ver buen baloncesto, pero no tengo pasión por ningún equipo en especial", dice Caleb Green en una silla de la pista auxiliar del Carpena antes de un entrenamiento cualquiera. Tímido hasta el extremo, recurre con frecuencia al monosílabo en la conversación. No parece una pose, sino tal y como es. "Pensábamos que el tímido era Thomas y resulta que Caleb lo es más aún", bromeaba Joan Plaza sobre su pupilo meses atrás. El técnico cifró entonces en la mejora de Green buena parte de las posibilidades de crecimiento colectivo del Unicaja. Y ha ido respondiendo. Más en la pista que fuera de ella, desde luego.
"En estas casi dos semanas sin partido lo que hemos hecho es trabajar más duro, preparar mejor el siguiente partido. Yo prefiero jugar dos partidos por semana y no entrenar tanto, pero entiendo que el descanso puede ser bueno en este momento de la temporada aunque estemos acostumbrado a jugar mucho más seguido", dice Green, que en los dos últimos meses ha elevado su media de anotación casi dos puntos puntos en total. En ese periodo bordea los 10 puntos cuando a lo largo de la temporada suma 7.7 tantos en 17 minutos en pista. En Italia promediaba 17.3 en 30. "Este es un equipo distinto, con jugadores distintos y entrenador distinto, no se puede comparar", dice Green, que admite, no obstante, que se siente más cómodo conforme avanza la temporada.
"Sí, me siento más a gusto. No hay ninguna clave concreta. Me adapto al sistema del entrenador es lo importante. Cada sistema es distinto", dice Green, que se muestra en desacuerdo cuando se le dice que ha mejorado su nivel defensivo ahora, que está más intenso: "No estoy de acuerdo, no es verdad que yo no defendiera antes. Simplemente entiendo mejor lo que entrenador quiere de mí. No es verdad que no defendiera. Siempre juego duro, te pueden decir los compañeros que los entrenamientos son a tope en este equipo, no hay descanso".
"Es diferente a lo que otros entrenadores pedían. No mejor ni peor, distinto", argumenta Green cuando se le cuestiona por los métodos de Plaza: "Es normal que necesite tiempo".
"A mí me da igual el play off o temporada regular, siempre doy lo mejor. ¿El mejor Caleb Green? Igual sí está por llegar porque mis compañeros me conocerán mejor y yo a ellos, pero no me preocupa, sino que gane el equipo. No sé jugar blando porque no hay otra manera de crecer", dice el ala-pívot estadounidense, que asegura sentirse "cómodo en Málaga y España. Es diferente a Italia o Bélgica, es otro nivel. Y jugar en la Euroliga es hacerlo en el mejor nivel que puedes jugar fuera de la NBA, lo mejor de Europa. Son cosas que ocurren la diferencia entre la ACB y Euroliga en resultados. Estuvimos cerca de ganar más partidos, no es que perdiéramos por mcuha diferencia".
En el campo de progreso, Caleb Green apunta, de manera colectiva y personal, de cara al final de temporada el uso de la cabeza. "Todavía podemos mejorar, nos ponemos duros en cada entrenamiento para hacerlo en cada partido. Tenemos objetivos excitantes por delante. Vamos a estar peleando. Hay un punto básico, que es mantener la concentración, no dispersarse. Creo que entonces podemos pelear por el título. Intentarlo seguro que lo vamos a hacer. Es la mente lo que tenemos que trabajar, ser duros", apunta el ex jugador del Dinamo de Sassari, al que llevó hasta la Euroliga que jugó con el Unicaja. Su gran temporada en Eurocup y la Lega llamó la atención del equipo malagueño. ¿Seguirá en Málaga? "Cuando digo lo de estar concentrados digo también eso, en pensar sólo en esta temporada, no en la próxima. Todo va bien, así que mejor no pensar más allá".
Y, dándole vueltas a la mente, como en un bucle en el que parece removerse en su interior, Green se marcha a cambiarse antes del entrenamiento. A punto de llegar al tramo caliente de la temporada, él piensa que todo está en la cabeza.
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