EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
No hay drama en la derrota de ayer, sí toneladas de mérito en todo lo anterior. En días así, en que el rival te pasa por encima, es cuando el aficionado debe darse cuenta de lo que está consiguiendo su Málaga. El Sevilla, una colección de leones en ataque, desbarató la defensa blanquiazul, que en su situación actual sólo con tenerse en pie ya es meritoria. Es como boxear sin opción a guardia. Y no siempre se puede tumbar al adversario por ko. Los locales jugaron con sus mejores galas y su mejor actitud; el parcheado y joven equipo de Javi Gracia sucumbió ante la capacidad de pegada de los locales y una nefasta noche. Con lo bonita que luce la equipación con el pantalón azul, como en San Siro, el Málaga mostró su cara más fea. Pero los milagros no son como los churros, no se pueden hacer así como así.
El equipo blanquiazul multiplica sus recursos cuando el engranaje tiene todas las piezas funcionando; su rendimiento no es nada sin la coraza que le proporcionan su cohesión y buena ocupación de los espacios, sus defectos y debilidades individuales salen a flote. Es justamente ese contraste con los días habituales del equipo los que le hicieron tan irreconocible anoche y tan meritorio las 18 jornadas anteriores. El Málaga agrio de ayer dio más valor aún al de las otras tardes. Se esfumó mejorar el récord de una primera vuelta, pero el borrón de anoche no empaña una trayectoria aún destacable.
Los malos días son más dañinos si en cancha no están Sergio Sánchez, Weligton y Camacho, el tridente de seguridad del Málaga. No es casualidad que el equipo aún no haya vencido (Copa del Rey aparte) desde que el maño anda sufriendo con el pubis. Angeleri y Miguel Torres estuvieron horribles. Suplen sus carencias con un pundonor encomiable, pero eso no basta para frenar a bichos tan voraces como Bacca, Deulofeu, Denís Suárez o Reyes, que anoche se hizo un potente lifting para ser el de las grandes noches del Pizjuán.
La superioridad del Sevilla en todo momento recordó que luchar por obtener una plaza europea será una proeza. El Villarreal dio un aviso la semana anterior, llevándose un punto en apenas una ocasión. Ayer, desde los primeros compases el partido le salió malparido a los de Gracia, que sufrieron más de lo que dijo el marcador. No tiró a puerta con peligro, no hubo un centro en condiciones, no hubo complicidad entre los futbolistas, se fallaron multitud de controles fáciles. El Málaga jugó desnudo, bisoño y a merced de los latidos del Sevilla. Bacca marcó el primero tras tres avisos desbaratados por Kameni y Denís Suárez cerró cualquier atisbo de igualada cuando el Málaga se desperezaba. Europa es un club de élite que tiene la puerta cerrada a los de Javi Gracia, pero el equipo buscará alguna ventana por la que colarse. Una mala noche ante un gran rival no se lo impedirá.
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