Ouassim Oumaiz participó en el Ostrava Golden Spike, una reunión de alto nivel en tierras checas. Semanas atrás, tras su gran registro en Mónaco (13:13.14, por debajo de la mínima Olímpica, aunque aún no valedero para ir a Tokio), había buscado una prueba de 1.500 metros competitiva para hacer marca también. Finalmente, salió esta oportunidad en Ostrava en la que parece que es su distancia ideal en pista al aire libre.

Y el gran proyecto de atleta nerjeño refrendó allí una gran marca para dar consistencia semanas después al registro de Mónaco. Acabó cuarto con un registro de 13:17.52, cuatro segundos de la marca de Mónaco, pero 14 segundos menos de lo que firmó en Nerja al comienzo de la corta temporada estival. Además, la carrera denotó capacidad de sufrimiento y madurez del malagueño. Fue lanzada a ritmo de récord del mundo, con un primer mil pie debajo de 2:30.

El etíope Selomon Barega, subcampeón del mundo el año pasado, siguió el ritmo endiablado de las liebres. Y Oumaiz se insertó en un grupo de tres en el que mandaba el ugandés Jacob Kiplimo, por delante del malagueño y el italiano Yemeberhan Crippa. Pasados los dos kilómetros, Kiplimo apretó y Oumaiz se descolgó, a medio camino y en solitario, con el grupo principal por detrás. Pero supo sufrir para no dejarse ir y perseguir un buen registro.

Con Kiplimo, ganador tras alcanzar y rebasar a Barega en un final bonito con los dos por debajo de 12:50, Oumaiz batió en el sprint por el cuarto lugar al también español Oukhelfen, que hizo 13:17.94, cuatro décimas detrás del malagueño, que refrendó en Ostrava que tiene mucho potencial y que es capaz de correr en registros bajos en diferentes tipos de carrera. En principio, no estaba en sus planes correr el campeonato de España del próximo fin de semana y habría sido su última prueba antes de descansar y preparar la temporada de cross.