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El regreso inesperado

  • Germán Gabriel celebra una vuelta a Málaga que ya no imaginaba para jugar con el Unicaja El canterano cajista desprende felicidad y entusiasmo

Germán Gabriel Benaches (Caracas, 1980) ha tenido una notable carrera baloncestística. Hay que hablar aún en presente porque le queda baloncesto por delante. Le llega un regalo inesperado, la vuelta a casa tras un año y medio duro en Bilbao, en un club con severos problemas económicos en el que fue escogido como cabeza de turco por no querer perdonar una amplia deuda con él.

Durante la carrera de Germán ha sido una constante resaltar más sus limitaciones que sus virtudes. Que si es lento, que si no salta, que si no se faja... Quienes han compartido vestuario con él derrochan elogios hacia el pívot malagueño, que durante su carrera ha luchado contra su físico. Hace dos años, en una entrevista en este periódico, decía que estaba mejor físicamente con 32 que con 22. Parte de culpa la tenía la dieta. "Durante muchos años escuchaba las recomendaciones de los médicos y las opiniones comunes sobre la alimentación. Pero cuando estás en un grupo es difícil un trato personalizado. Llegó un verano en el que decidí informarme y ver qué tenía que cuidar, qué comer más y qué no comer en absoluto, y personalizar mi dieta. Con un poco de formación y preguntando mucho entendí qué fallaba en la dieta. Por ejemplo, hace años que no como una patata. Mi físico es con 32 mejor que con 22. Me siento, de largo, en el mejor estado físico de mi carrera, mejor que hace cinco o que hace 10", reflexionaba Germán.

Ayer, en el Carpena repetía la puesta de largo del día anterior pero sin público. Lucía la camiseta con el número 3, que explicaba por qué lo eligió. "Hubiera escogido el 12 pero lo tenía Carlos Suárez. El 13 es el que había vestido antes en mis etapas en Málaga y quería hacer borrón y empezar de cero. Y el 3 es el que me dieron en Venezuela cuando estuve el año pasado y me fue fenomenal, ganamos el título. Y es mi tercera vuelta a casa, esperemos que sea la definitiva", razonaba Germán, agradecido por el rebicimiento de la afición cajista: "Es verdad que han cambiado las cosas, desde los vestuarios hasta los instalaciones, a la última vez que estuvo. Pero rápidamente reconocí qué era jugar aquí con la ovación del público. Siempre me dieron ese cariño cuando volví como visitante. Me llenó de orgullo".

¿Qué se puede esperar de este Germán? "Cuando salí recalé en Estudiantes y durante cuatro años viví una gran etapa allí, deportivamente di un salto de calidad, fui capitán y referente del club. Viví cosas buenas y malas. Vuelvo muy experimentado para tener el rol que se me pida. Ahora no sólo hay que apreciar las ofertas económicas, sino aceptar una estabilidad que te pueda dar un club como da el Unicaja", aseguró el campeón del mundo junior, que aún no había tenido una charla profunda con su nuevo técnico: "Ha sido tan rápido todo que ni siquiera he podido tener una conversación con Joan Plaza para saber lo que quiere de mí. Llegué, apredí los sistemas y poco más. Nos conocemos de hace muchos años, puedo intuir lo que se quiere de mí, ser un complemento dentro y fuera de la pista. Estoy preparado".

Las conversaciones entre los agentes de Germán y el Unicaja se habían llevado en sigilo desde semanas atrás y el acuerdo estaba pactado. El viernes pasado se firmó la rescisión de Germán con Bilbao y horas después se anunciaba el acuerdo con el club malagueño. Del regreso del caraqueño de nacimiento se había hablado con anterioridad casi cada verano, pero nunca llegaba. Y Germán, admite, ya no lo esperaba. "En Bilbao se vivía una situación deportiva muy buena, pero no jugaba. Si iba a tener salida pensaba que sería a un nivel diferente. No esperaba que el líder de la Liga me iba a llamar, que iba a jugar la Euroliga, la Copa del Rey... Y que ese equipo sería el Unicaja. La mención de todas esas cosas te dan ganas para jugar cinco años más", relataba el zurdo, que asumía que "No, no pensaba volver. El deseo siempre estuvo ahí. Pero ha habido una época de transición del club por nuevos objetivos, cconsolidados y estable. No pensé que podía aportar algo a esto. El verano pasado lo veía más como un deseo. Cuando tuve a mi hija ya pensé que necesitaba volver a Málaga porque es la ciudad ideal para que creciera. Estar vinculado al Unicaja era lo idóneo. Si iba a rescindir con Bilbao mi idea era entrenar aquí en Málaga hasta que encontrara un lugar para jugar. No sólo vuelvo adonde me crié sino que era el sitio ideal".

Germán Gabriel se sube a un tren en marcha, a "desde fuera una apisonadora. El Unicaja hizo el año pasado una gran temporada. Lo que se está haciendo ahora algo increíble. El baloncesto español vive muchos recortes por la crisis que afronta el país. Hay una serie de equipos que pasa por encima de esos problemas, pero esa remodelación del Unicaja para adaptarse a ese nivel social y funcionar acorde a lo que se demanda es muy valorable. Se ha hecho un proyecto muy sólido y se están recogiendo sus frutos", remacha Germán Gabriel, que firma por lo que resta de temporada sin opción contractual de extensión, en una aventura condenada a salir bien. Germán no está en la foto de la ACB, de la Copa, de la presencia en la Final Four. Quizá, en un alarde de justicia poética, le ha llegado en su última madurez el momento de estar en la que se haga en febrero o en junio.

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