Faltan pocas semanas para que Rubén Ruzafa inicie una nueva temporada a sus 36 años. El punto de partida estará en el Lago de Garda, una maravilla natural que se reparten tres regiones de Italia. Allí el Xterra echará a andar el 5 de junio. Y la ambición del malagueño, como siempre, es máxima. "Empecé a entrenar en febrero porque el invierno fue complicado. Como el año pasado estuve mucho sin competir y sin nadar, sí que me ha faltado ritmo de competición", asegura el triatleta.

Un ritmo que ha intentado ganar en varias competiciones en las que ha estado en estos meses. Hubo de todo. Mountain Bike, duatlón o triatlón. Lo necesario para recuperarse tras un 2020 complejo. "El año pasado fue raro, no entrené ni el volumen ni la intensidad que podía. Luego hubo diferencias entre unos países y otros. En Francia entrenaron más libres y compitieron más, ellos estaban muy en forma", explica, mientras cuenta cómo lo vive de cara a su puesta a punto: "Vamos a llegar un poco perdidos porque cada país ha hecho sus restricciones y eso a los deportistas nos afecta. La primera carrera es ver cómo estamos todos. Todos llegamos con incertidumbre. He tenido la suerte de competir en más cosillas y llego con más sensaciones. Ahí veremos. Después de la primera prueba podré graduar los entrenamientos para las carreras importantes".

Porque, claro, hay varias citas de especial trascendencia en el calendario. "El Campeonato del Mundo de triatlón cross que se celebra en Almere (Países Bajos) que se disputa el 7 de septiembre. Ahí es donde mejor quiero rendir. El 21 de agosto Campeonato de Europa de Xterra en Zittau (Alemania). Y luego el Campeonato de Europa de triatlón cross en Molveno (Italia) el 25/26 de septiembre", afirma Ruzafa, que también está pendiente de otra gran carrera, muy especial en su trayectoria: "Luego el Campeonato del Mundo de Xterra que se celebra en Maui (Hawaii) lo han cambiado al 5 de diciembre. No sé cómo estarán las restricciones y lo tengo en el aire dependiendo de como esté la situación internacional".

Es un curso difícil para organizar como reconoce el triatleta. "Hacer planes a largo plazo se hace muy difícil y eso mentalmente a los deportistas, que somos de tener objetivos claros y que nuestro día a día sea estable con organización sin altibajos de estrés, esta situación nos ha afectado. En los entrenamientos, que somos de tener todo planificado. Y luego a nivel de competiciones, que nos han suspendido alguna a cinco días. Nos da sensación de inseguridad e incertidumbre. Se ha hecho duro", admite.

Pese a su jerarquía internacional, fue y es de los mejores del mundo en sus disciplinas, el malagueño es habitual en las pruebas que organiza la Diputación de Málaga en la provincia. "Desde pequeño competí en ellas y cuando crecí me servían de preparación. Es un gran proyecto y valor que tenemos en Málaga y debemos valorarlo. Desde pequeños tenemos la oportunidad de competir en una gran cantidad de disciplinas. Tanto para nivel de sacar deportistas en rendimiento como para enseñar buenas costumbres y llevar una vida sana creo que es una gran oportunidad y tenemos mucha suerte. Es increíble", dice.

Hay varias que recuerda con un sentimiento más fuerte Rubén Ruzafa. Como el Rally BTT de Alozaina que está dentro del Circuito Provincial que auspicia la Diputación de Málaga. "Le tengo mucho cariño, es muy bonita. Para mí era una fija", aseguraba. U otras pruebas como el Cross de Algarrobo y el de Torremolinos, que están enmarcados dentro del Circuito Provincial que también promueve la Diputación costasoleña. "Desde que era pequeño han estado ahí", añade.

Tras unos días de preparación en Málaga le toca abandonar la provincia para seguir con la pretemporada. Una nueva campaña está a la vuelta de la esquina y el listón está muy arriba. No se achanta a estas alturas Rubén Ruzafa, consciente de la complejidad. Y más con el asterisco del COVID-19. El 2020 fue un máster y en el 2021 quiere recoger los frutos. En tres semanas Italia le espera para abrir fuego.