EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
¿Seguirá agigantando su leyenda Michael Phelps?, ¿podrá Katie Ledecky romper la barrera de los ocho minutos en los 800?, ¿será sólo protocolar la presencia de la refugiada Yusra Mardini? La natación, uno de los deportes madre de los Juegos Olímpicos, arranca hoy en Río 2016 con la promesa de grandes emociones.
El nuevo Centro Acuático Maria Lenk, construido especialmente para la cita y desmontable tras los Juegos Paralímpicos de septiembre, recibe a los mejores nadadores del planeta. Ubicado en el Parque Olímpico de la región de Barra da Tijuca, será uno de los grandes focos de atención de la primera semana de acción antes de pasar el relevo al atletismo.
Por exigencias de la televisión estadounidense, dueña de los derechos, todas las finales comenzarán a partir de las 22:00, hora local (2:00 en España) y terminarán pasada le medianoche. Es decir, Prime time para Estados Unidos y Latinoamérica, noches en vela para los aficionados europeos.
"Los horarios fueron acordados por la propia televisión estadounidense", insistió Julio César Maglione, presidente de la Federación Internacional de Natación, en un acto de inusual sinceridad.
Polémicas al margen, gran parte de las miradas vigilarán a Michael Phelps, el deportista más exitoso de la historia olímpica. El tiburón de Baltimore está de regreso tras tocar fondo y quiere poner fin a su carrera como corresponde a una figura de su nivel. Con 18 oros en su palmarés, Phelps competirá en principio en los 100 y 200 metros mariposa y en los 200 estilos, a lo que podría añadir hasta tres relevos. Su debut individual será el lunes en los 200 mariposa.
Reciente padre y recuperado ya de los problemas con el alcohol que lo hicieron perderse los Mundiales de Kazán 2015 y lo obligaron a ingresar, por voluntad propia, en una clínica de rehabilitación, Phelps arriba a los Juegos con el ánimo de disfrutar como nunca de la fiesta olímpica. Empezando por la ceremonia de inauguración, donde será el abanderado de su país.
"Tener esta oportunidad es un sueño hecho realidad. Poder liderar a toda la delegación de mi país es algo que nunca había imaginado", expresó el estadounidense.
Phelps, de 31 años, compartirá el centro de la atención con dos jóvenes estadounidenses que se abren paso a toda velocidad: Katie Ledecky y Missy Franklin.
Ledecky, de 19 años, se colgó el oro en Londres 2012 en los 800 libres, una distancia en la que es imparable. Y desde su precoz irrupción hace cuatro años ganó ya nueve títulos mundiales.
"Logré sentirme más cómoda en este ambiente y ahora ya sé qué esperar de unos Juegos Olímpicos. Salgo a la piscina de natación con otra actitud", afirmó la joven, que también competirá en los 400 y los 200 libre.
Pero será la final de los 800, que se disputa el 13 de agosto, la que podría llevarla a la gloria. Ledecky cosecha los mejores cuatro tiempos de la historia y está a seis segundos de romper la barrera de los ocho minutos, algo impensado hace unos años.
"No sé si será posible conseguir bajar los ocho minutos, pero sí está claro que estoy muy cerca. No es mi objetivo inmediato, pero sería un salto enorme", sentenció.
Franklin, de 21 años, no se queda atrás: cuenta con cuatro oros olímpicos en espalda, libre y estilos y 11 títulos mundiales, una cosecha que, si nada extraño sucede, seguirá ampliando en Río.
También tendrán cabida las historias emotivas como la de Yusra Mardini, abanderada del novedoso equipo de refugiados. La siria, de 18 años y residente en Alemania, protagonizará un momento único de superación tras su drama personal. Hace dos años se lanzó al agua del Mar Egeo desde una embarcación a punto de hundirse para nadar durante tres horas junto a su hermana y salvar su vida al llegar a las costas de Grecia.
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