El triste final de Goitia

Decir adiós con una hoja de servicio de 141 partidos (27 en Primera y 114 en Segunda, 83 con el primer equipo y 58 con el filial) debería servir para que Goitia se fuese entre aplausos, pero no será así. La última imagen del aficionado tampoco será su último partido de blanquiazul, sus múltiples paradas en El Molinón, donde evitó una goleada en contra. Su adiós será recordado por el gran borrón que echó el sábado tras pedirle al técnico que no le convocara porque su futuro es verdiblanco y jugar le suponía un enorme conflicto moral. Goitia se irá al Betis por la puerta de atrás.

Y parece que ése será su único castigo, ya que por ahora en los planes de los dirigentes no está tomar ningún tipo de represalia por la determinación que tomó. Aunque hay quien lo encajó con más frialdad y a quien le dejó más perplejo, en líneas generales hubo comprensión por su determinación. No está previsto que se le aplique ningún tipo de sanción económica. Tras reconocer por primera vez que tiempo atrás alcanzó un acuerdo con el Betis para jugar allí las próximas cuatro temporadas (más otra opcional), en el club entendieron que no quisiera jugar el pasado sábado. Simplemente, la única penitencia del cancerbero vasco será no estar incluido en la convocatoria del próximo partido contra el Espanyol, el que cerrará el brillante año de los blanquiazules.

En el vestuario fue donde la noticia no se acogió de tan buen grado. Aunque se mantendrá el principio moral que lo que pasa de puertas para adentro se arregla dentro -ninguno de los que no le sentó bien la decisión de Goitia censurará públicamente su actitud-, a muchos integrantes no les gustó lo sucedido, especialmente a algunos de los que saben que su futuro a partir del 1 de julio también está fuera de Málaga y que en ningún momento se les ocurriría tomar una decisión tan poco profesional, y con el agravante de ser el capitán.

Por su parte, el entrenador, que conoce a Goitia desde hace cinco campañas -cuando recaló en el Málaga B de la mano del anterior secretario técnico, Manuel Ruiz Hierro-, en cuanto le contó su situación personal le mostró su absoluta comprensión, por eso accedió a dejarlo fuera de la convocatoria sin ningún problema.

Su determinación pasó más desapercibida en las gradas porque la pasión del derbi capitalizó los ánimos, aunque algunas fuentes apuntan a que durante el primer tiempo, de forma tímida, desde Fondo se escucharon cánticos de "cobarde, cobarde", aunque sin citar el nombre del futuro bético. Eso sí, cuando Arnau saltó al terreno de juego, se tributó al catalán una fuerte ovación.

En cuanto a sus impresiones, está por ver si estos días explicará su versión de los hechos. Según fuentes del vestuario, se hablaba de que podría haber recibido presiones desde el entorno del Betis para no jugar el encuentro. No obstante, tras afirmar el pasado jueves que se había retomado la negociación con el Málaga, declaró lo que luego no hizo: "Asumimos con tranquilidad todo lo que merodea al partido. Somos profesionales y daremos todo por la entidad".