Liga endesa

Con el viento a favor (81-55)

  • En otro ejercicio de seriedad y buen juego, el Unicaja somete sin problemas al Gipuzkoa antes de otra semana de máxima exigencia. Colosal partido de Fran Vázquez en las dos canastas.

Con la rebosante confianza del que se sabe en buena forma, con la exuberancia física que no hace pensar que faltan piezas en la rotación, menos de 48 horas después de un intenso partido de Euroliga. Con un Fran Vázquez inmenso (15 puntos, 10 rebotes, cuatro recuperaciones y tres tapones), con cada vez más mecanismos defensivos y ofensivos digeridos, con hambre y continuidad. No es para hacer una fiesta la victoria ante el Gipuzkoa Básket (81-55), pero sí sirve para constatar la línea ascendente en la que el Unicaja está inmerso llegado marzo, cuando empiezan a pasar cosas irreversibles, pasado el paréntesis de la Copa.

En plena pelea por el Top 8, con la vista puesta en el tercer puesto en la ACB, el Unicaja paladea sus mejores momentos de la temporada antes de un tramo infernal de competición, que incluye un doble viaje tremendo a Estambul y Valencia en la próxima semana. Antes se dio un baño de confianza ante un rival digno, pero muy inferior ayer. La lección estaba aprendida de la ida, cuando el equipo de Plaza jugó uno de sus peores partidos de la temporada. Con esa coralidad que el técnico catalán intenta imponer para restar la dependencia de un jugador y para hacer más imprevisible a su equipo para los rivales, el barco cajista navega con el viento a favor.

Despojado de Raulzinho Neto por un problema en su mano izquierda y con David Doblas con tres faltas (dos de ellas forzadas por Domantas Sabonis) antes del minuto 5 de partido, el panorama se presentaba desolador para el Gipuzkoa Básket, ya de por sí con una plantilla corta y con una rotación no muy profunda. Pero tiene orgullo y está bien entrenado el equipo donostiarra, así que aguantó unos minutos. El Unicaja entró frío en pista, le costaba generar situaciones fáciles para anotar y perdía balones con facilidad. Apenas Calloway veía aro al inicio. Se le sumó Sabonis, que cada día se atreve más a jugar de cara, junto al tiro sus campos de mejora esenciales. Hasta que apareció Toolson, que en dos minutos concentró una de sus llamaradas de anotación, con nueve puntos repartidos en tiros libres, un triple y una de dos. El reciente papá repartía el pan bajo el brazo para que el Unicaja mandara al final del primer cuarto (20-17).

Pero el conjunto de Sito Alonso ya no resistiría la segunda embestida malagueña, con la segunda unidad en pista. Subieron los grados de intensidad defensivos Granger, Dragic y Kuzminskas. Esloveno y lituano, por cierto, van construyendo una sociedad interesante cuando coinciden en pista. La energía fluye y Kuzminskas se atreve cada vez más. Dragic, rebosante de confianza, se ha convertido en una amenaza en el tiro, lo cual dificulta su defensa. Coger y tirar ya no es una entelequia para él. El caso es que Dragic se enchufó y la respuesta fue un parcial de 17-4 que cambiaba el decorado, auguraba un triunfo sencillo para el equipo de Plaza (37-21). Enfrente apenas se vislumbraba una amenaza importante en la figura de Jason Robinson, el fino tirador al que apetecería ver en un club de mayor nivel. Seguramente la temporada que está haciendo permita observarle en aspirantes a mayores cotas. Tampoco se cerraba bien el rebote en el aro propio (11 del equipo visitante al descanso).

La subida de intensidad defensiva cajista había cambiado el rumbo del duelo. Una canasta de Ramsdell dejaba, sobre la bocina del descanso, el duelo un poco más abierto (43-31), pero aquello no debía tener más historia. Y, efectivamente, así fue. Fran Vázquez se puso en modo abusón, con la diferencia de que esta vez lo hizo en las dos canastas. Ayer lució ese tirito desde cuatro-cinco metros que un día fue mortífero y que no acabó de desarrollar como se esperaba. Y rebañó todo lo que hubo suelto para engordar sus números y ser determinante para la suerte del partido. Rápidamente, con un parcial de 9-0, el Unicaja superaba la cota de los 20 puntos (52-31). El partido, pese a los arreones de Robinson, esta ya decidido.

De ahí hasta el final hubo tiempo para experimentar, contemporizar y para que cogieran confianza quienes más le necesitan. Domas Sabonis firmó su máxima anotación como profesional, es uno más en la rotación, algo más reafirmado tras la lesión de Hettsheimeir. Un mate suyo extendió la renta a los 30 puntos (71-40). Fran redondeó, Toolson anotó alguna canasta más, Caner-Medley pudo descansar su rodilla y así hasta el final de la rotación.

Plaza mandó un guiño a la cantera. Gustoso de estos símbolos, acabó el partido con Sabonis, Todorovic y Nguirane en pista. Su apuesta por la cantera, más allá de los minutos finales del serbio y el senegalés, parece sólida y real, no es un brindis al sol. Domas está consolidado y vienen más por detrás. Con esa simbólica imagen acabó un partido en el que se volvió a echar en falta más afición. El equipo va necesitando más apoyo para hollar en cumbres más altas. Y lo está pidiendo con buen juego y resultados. Vienen semanas movidas, lo de ayer fue casi una prueba. Pero con seriedad extrema.

Ficha técnica:

81 - Unicaja (20+23+25+13): Calloway (10), Toolson (12), Suárez (5), Sabonis (8), Fran Vázquez (15) -cinco inicial-, Kuzminskas (4), Todorovic (-), Granger (4), Nguirane (-), Dragic (12), Caner-Medley (9) y Stimac (2).

55 - Gipuzkoa Basket (17+14+9+15): Salgado (5), Mikel Motos (3), Robinson (18), Ramsdell (12), Doblas (6) -cinco inicial-, Assalit (-), Hanley (4), Huskic (2), Olaizola (2), Cortaberría (3) y Winchester (-).

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Lluís Guirao y Pedro Munar. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la vigésima segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante unos 5.500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del padre del gerente del Unicaja, Ángel Bordes.

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