El mercado laboral andaluz registra un relativo buen comportamiento en el segundo trimestre (tras un gran arranque de año), pero bastante peor que el español por culpa, sobre todo, de la mala evolución de la agricultura y la industria, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Así, la comunidad suma 52.600 nuevos empleos respecto al primer trimestre -la peor evolución desde 2019- y llega a 3.380.100, nuevo récord absoluto (ya en el primer trimestre alcanzó esa cota). Pero solo crea el 8,7% de los puestos generados en el conjunto de España en ese periodo (603.900), cifra bastante por debajo de su peso tanto poblacional como ocupacional.

La causa hay que buscarla en el retroceso de la agricultura, con 25.800 empleos menos, y de la industria, con una pérdida de 21.800. La construcción (+16.600) y los servicios (83.600) son los únicos motores, gracias sobre todo a las contrataciones de verano en la costa con motivo de la temporada alta. De los 83.600 puestos nuevos de los servicios 46.000 corresponden a la sección 'comercio, al por mayor y al por menor, reparación de vehículos de motor y motocicletas; transporte y almacenamiento; hostelería'.

En cuanto al paro, la bajada es raquítica en comparación con la española. En Andalucía el número de desempleados se reduce en 1.200, hasta 744.600, el nivel más bajo en cualquier caso desde el tercer trimestre de 2008. La tasa de paro (relación entre el número de trabajadores y la población activa) sube al 18,05% -de nuevo la más alta de las autonomías- y la brecha con España, con un 11,6% de paro, supera de nuevo los seis puntos (se situó en torno a cinco en el primer trimestre).

La causa de que se generen más de 50.000 nuevos puestos de trabajo y sin embargo apenas baje el paro está en el incremento, fuerte, de la población activa, la que está disponible para trabajar. En tres meses hay 51.400 activos más, lo que quiere decir que un número alto de personas que estaban inactivas (estudiantes, sobre todo) pasan a incorporarse al mercado laboral. En el último año, la población activa se ha incrementado en 93.000 personas, y en números absolutos está en récord: 4.124.700.

El fortísimo incremento de este indicador condiciona la evolución del paro en el plazo de un año. Solo se reduce en 8.600 personas, una cifra muy alejada de los 101.600 empleos creados en términos netos desde el segundo trimestre de 2022. El mercado laboral, aunque en desaceleración en los últimos meses, sigue siendo dinámico, pero le da a duras penas para absorber a todos los trabajadores que se incorporan a la demanda de trabajo. 

La EPA del segundo trimestre deja otros datos llamativos. Por ejemplo, la tasa de temporalidad es la más baja de la historia, el 22,2%. Es decir, que, más allá del debate sobre los indefinidos discontinuos, se ha pasado de casi cuatro trabajadores temporales de cada diez en Andalucía a solo dos en apenas un año. En el segundo trimestre, además, continuó esta tendencia, con 53.500 indefinidos más y 17.300 temporales menos. Y también continuó la línea del aumento de trabajadores por cuenta propia: 17.200 más en un trimestre y 13.000 más en un año. Todo el empleo creado en el segundo trimestre, por otro lado, es privado, ya que suma 65.600 nuevos puestos mientras que el sector público retrocede en 13.000.

En cuanto al paro, hay buenas y malas noticias. La tasa de paro juvenil (menores de 25 años) se eleva un punto, hasta el 38,91%, mientras que baja dos a nivel nacional, hasta el 27,94%, con lo que la brecha se agranda a once puntos, superior a la que hay a nivel general. Sin embargo, los que llevan más de uno y dos años buscando empleo bajan. Son, en total 306.600, es decir, cuatro de cada diez parados andaluces. En porcentaje es el 41,1% del total, bastante inferior al 49,4% de hace tres meses.