El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apoyó ayer la pervivencia de una "España unida" en medio del debate sobre las aspiraciones independentistas catalanas, a las que el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, confía doblegar: "Seguro que esto va a terminar bien" .

El respaldo de Ban a la unidad del país y el aviso de Rajoy a que las "ensoñaciones" de quienes pretenden violentar el principio de la integridad territorial es origen o agravante de conflictos y guerras, se explicitaron en el acto conmemorativo del 60 aniversario de la entrada de España en la ONU, que estuvo presidido por el rey Felipe en el Palacio Real.

Ninguna de las intervenciones en este acto citó la situación de Cataluña, pero ésta fue de hecho el hilo conductor de las palabras del jefe del Ejecutivo y del titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Rajoy alertó de que quienes no respetan el principio de la integridad territorial no pueden ser admitidos en una comunidad internacional que se rige por la ley. Además, subrayó que "las mayores catástrofes del siglo XX y los más desgarradores conflictos del siglo XXI han tenido y tienen como origen o agravante" la violación del principio de integridad territorial.

Por la tarde, en un acto en la localidad cordobesa de Cabra, Rajoy llamó a todas las fuerzas políticas y sociales y a los españoles a actuar "juntos con unidad, con inteligencia y legalidad, entre otras cosas, para diferenciarse de quienes no han actuado con prudencia, ni con proporcionalidad y quisieron liquidar la ley". En este sentido, el jefe del Ejecutivo aseguró que "no lo van conseguir", al tiempo que lanzaba un mensaje de tranquilidad: "Seguro que esto va a terminar bien. Lo malo es que haya empezado mal".

García-Margallo había afirmado antes en el Palacio Real que "a ningún Estado le interesa una España cuya voz se debilite y se fragmente" y aseguró que la ONU necesita un país "fuerte, próspero y unido, decidido a seguir contribuyendo a la construcción de un mundo mejor". "Hoy España es un miembro respetado y apreciado en la comunidad internacional. Por ello que nadie se engañe ni nos engañe: a ningún Estado le interesa una España cuya voz se debilite o se fragmente. Nadie lo desea y nadie lo aceptará", remarcó.