Las revelaciones de los papeles de Panamá finalmente han aplastado a José Manuel Soria y han acabado con su vida política. El ministro de Industria, Energía y Turismo en funciones presentó ayer la renuncia expresa a todos sus cargos en el Gobierno, el Congreso y a la presidencia del PP canario acorralado por los documentos que le vinculan a paraísos fiscales y, sobre todo, por sus "errores" al tratar de explicarlos.

Así de abruptamente ha puesto Soria el punto final a una carrera política de más de veinte años en el tiempo de descuento de su etapa como ministro, tras una semana en la que el goteo de filtraciones y documentos cuestionaba sus confusas declaraciones mientras se le amontonaban los paraísos fiscales en los que operó, primero uno y luego dos, en Jersey, paradigma mundial de la burla de impuestos.

Los reproches le llegaron también desde sus propias filas, incluso desde compañeros del Consejo de Ministros. "Nadie puede estar en el Gobierno si ha operado desde paraísos fiscales", zanjó el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, unas palabras que suscribió la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría.

La renuncia de Soria -la primera de la democracia de un ministro en funciones- desató una oleada de reacciones en los partidos de la oposición, sobre todo dirigiendo la mirada al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, al que exigen explicaciones y que "dé la cara".

Esta renuncia expresa es, además, la única posibilidad para dar salida a un ministro en funciones, ya que no puede dimitir ni ser cesado porque todo el Gobierno se encuentra cesado desde el día siguiente a las elecciones generales del pasado 20 de diciembre.

El escándalo político y económico comenzó el lunes con la publicación, como parte de los papeles de Panamá, que Soria fue administrador de una empresa registrada en el paraíso fiscal de Bahamas durante unos meses de 1992.

Esta noticia, que fue inmediatamente tachada de "error" por el ex ministro, dio lugar a nuevas informaciones que le relacionaban con una sociedad en el paraíso fiscal de Jersey y vinculaban los negocios de su familia y su propia firma con toda una red societaria internacional.

Han sido precisamente estos "errores" en las explicaciones, más que el fondo de la cuestión, los que han desencadenado la renuncia, según indicaba ayer Soria en un comunicado remitido por la mañana, si bien apuntaba que no contaba con información "precisa" sobre algo ocurrido hace más de veinte años.

Así, tras reconocer "el daño evidente que la situación está causando al Gobierno de España, al PP, a mis compañeros de militancia y a los votantes", opta por asumir la responsabilidad porque "la política es una actividad que debe ser en todo momento ejemplar".

"Tengo la certeza de que no he cometido ninguna ilegalidad. Lo que pasa es que no recordaba, porque se constituyó en 1993, la creación de esa empresa en Jersey totalmente legal", aseguró anoche el ex ministro en una entrevista en 13TV.

El ex ministro aseguró asimismo que el jueves por la noche comunicó al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, su intención de presentar su renuncia para no perjudicar al partido y este le trasladó su apoyo. "Rajoy me dijo que aquello que yo hiciera estaba bien hecho", apuntó. Asimismo, negó que buscara ocultar dinero en paraísos fiscales.

"Cometí un grave error adelantándome a dar explicaciones sin acordarme de aquellos años o haber recabado información. Tenía la creencia de tener que responder rápido, pero lo hice sin fundamento", reconoció al explicar sus "errores".

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, exigió que Rajoy comparezca en el Congreso para "explicar todas las cuestiones del caso Soria".

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, criticó que "Rajoy ni siquiera ha sido capaz de adelantarse" a la renuncia de Soria.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también exigió al presidente del Gobierno que "dé la cara" en el Congreso.