Una puñalada en el corazón y una fuga a Inglaterra: 20 años en la cárcel por el crimen de Estepona tras una pelea de tráfico

El Tribunal Supremo tumba el recurso del autor y subraya la "indefensión de la víctima"

Condenado por matar de una puñalada en el corazón a un joven tras discusión de tráfico en Estepona

El joven británico de 21 años que está siendo enjuiciado desde este lunes por un jurado popular por presuntamente asesinar con una puñalada en el corazón a otro joven, de 19, en la localidad malagueña de Estepona.
El joven británico de 21 años que está siendo enjuiciado desde este lunes por un jurado popular por presuntamente asesinar con una puñalada en el corazón a otro joven, de 19, en la localidad malagueña de Estepona. / Daniel Pérez

Fue, considera el Tribunal Supremo, un "ataque repentino y violento". Un puñalada certera que le penetró el corazón a manos de un conductor, un británico de 21 años, con el que había mantenido una disputa de tráfico en Estepona. La "rapidez, brutalidad e imprevisibilidad" de la agresión "no dejó tiempo" a su víctima para reaccionar ni defenderse. Cuando le clavó el arma, ambos se encontraban "cuerpo a cuerpo". El joven, de 19, murió. Tras el crimen, el autor cambió las placas de matrícula de su coche por otras que había robado en el garaje de su comunidad de vecinos. Después, se fugaría en un avión a Inglaterra, donde permaneció huido hasta su detención. Casi un lustro después, el caso ha recaído en el alto tribunal, que ha confirmado la sentencia condenatoria tras tumbar el recurso del homicida: 20 años de prisión y una indemnización de más de 100.000 euros para la madre del fallecido y 50.000 para sus hermanas.

Faltaban unos minutos para las 2 y media de la tarde del 18 de noviembre de 2020. Los hechos probados del fallo judicial, al que ha tenido acceso Málaga Hoy, recogen que un hombre conducía un Mercedes por la calle Nueva Atalaya, frente a la urbanización Las Acacias, cuando "frenó bruscamente" al llegar a la altura de un paso de peatones "para dejar cruzar" a un transeúnte. El jurado popular consideró probado que el conductor estuvo a punto de atropellar al joven, quien después le recriminó lo ocurrido. Ambos intercambiaron unas palabras.

Transcurrido "un minuto y medio", el procesado regresó con el vehículo y lo situó tras el paso de peatones frente al lugar donde se encontraba la víctima, cogió una navaja de la guantera, se bajo del coche y le propinó una patada en el pecho. El joven, según el Supremo, sólo pudo "intentar agarrar la pierna del agresor". Y fue en ese momento cuando recibió la puñalada "mientras se encontraban cuerpo a cuerpo". Presentaba "una única herida por arma blanca a nivel del tórax izquierdo" que le penetró el corazón. Ello le ocasionó "una hemorragia externa masiva que determinó la instauración de un shock hipovolémico", lo que acabó con su vida.

Durante el juicio, el acusado admitió el asesinato, pero alegó que fue un error y que no tenía intención de matarlo. Según su declaración, había pasado la noche sin dormir y consumido alcohol y drogas. En su declaración manifestó que, aunque se bajó del coche con una navaja, no quería herir al chico y que el arma se abrió durante un forcejeo, sin percatarse de que le había causado la herida fatal.

La fuga a Inglaterra

El agresor huyó hasta Inglaterra vía Portugal y estuvo refugiado hasta que fue arrestado en su escondite en Reino Unidos. Reconoció los hechos una vez la Policía le colocó los grilletes y lo trasladó a España. En el momento en el que ocurrieron los hechos el acusado consumía grandes cantidades de cocaína, alcohol y benzodiacepinas, y además sufría un trastorno disocial de la personalidad, unido a un trastorno de déficit de atención en adulto.

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