Otro año más, el pregón ha dado comienzo a la Feria en el Real. Este año, el cargo corría a cargo de Alberto Díaz, capitán del Unicaja, que "tantas alegrías le ha dado a la ciudad", decía el alcalde, Francisco de la Torre. En un breve descanso de los entrenamientos con la Selección Española de Baloncesto, ha podido dirigirse lleno de alegría a los malagueños a través de su discurso.

Frente a la portada del Real Cortijo de Torres ha estado acompañado por el regidor, la concejala de Servicios Operativos, Playas y Fiestas, Teresa Porras y un traductor de lengua de signos que ha retransmitido el pregón de Díaz, momento cumbre que ha llegado tras la intervención de la Banda de Música Municipal de Málaga.

Ha sido un discurso en el que ha apelado a los recuerdos y al carisma de los malagueños, además de, por supuesto, destacar el cariño y pasión por la Feria que se tiene en la ciudad. Haciendo un recorrido por su memoria, ha traído de vuelta vivencias de sus primeros años.

"Visitar la Feria era sumergirme en un vendaval de sensaciones, los sentidos se despertaban, y sabías desde por la mañana temprano, que ese día sería diferente, que no sería un día más del verano: era un día de Feria", expresaba el pregonero.

Pese a que al inicio avisaba que lo de "hablar en público" no era lo suyo, el jugador de baloncesto ha logrado transmitir importantes ideas para la sociedad actual. Ha habido cabida para resaltar la multiculturalidad en la que se ha fraguado Málaga: "Fenicios, griegos, púnicos, romanos, germánicos, bizantinos, cristianos... andaluces y malagueños", destacaba el capitán del Unicaja.

"Nuestra historia, nuestro arraigo, nos confiere un carácter que nos hace brillar en las buenas y en las menos buenas, que nos hace unirnos y nos hace disfrutar de todo lo que tenemos, que no es poco. Y creo, que este carácter, abierto, acogedor, amable y simpático no es casualidad, esto viene de lejos, es de la mezcla de todas esas culturas que han formado al malagueño".

Más tarde, con este conjunto de ideas completaba el mensaje que quería dar con su intervención: "Dejemos de lado las diferencias económicas, políticas, étnicas y raciales, respetémonos, sin importar género, sexualidad o religión, todos debemos ser tratados por igual, y no ser atacados ni discutidos desde el odio. Centrémonos en lo importante, en cuidar del prójimo, en tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen, y disfrutar de nuestra gente y los momentos que la vida nos regala".

Las anécdotas tampoco han faltado: "Recuerdo con 18 años estar en un Campeonato de Europa en Lituania, y buscar wifi como loco para ver el pregón de Dani Rovira. Si Alberto no iba a la Feria... la Feria iba a Alberto. Porque ser malagueño se lleva dentro y se contagia, la Feria también".

Por último, ha vuelto a hacer un guiño a los recuerdos, pero a los que todavía están por ocurrir. "Vivimos intensamente y hacemos que pasen cosas buenas. Recordemos lo que hemos vivido y decidamos vivir con pasión todos los días y todos los que vendrán".

Alumbrado del Real Cortijo de Torres.

Al acabar el pregón, y tras haber sido coreado por el público asistente, el alcalde daba paso a otro de los momentos más esperados y destacables de la noche: el encendido. Alberto ha sido el encargado de pulsar el botón del alumbrado del Cortijo de Torres, que cumple 25 años desde su inauguración en 1998.

Ahora sí, con todas las luces encendidas, el Real vuelve a estar en Feria. Málaga vivirá los próximos días los días más emocionantes y llenos de alegría de todo el año que, en palabras de Alberto, "serán recuerdos de mañana e historia de nuestra ciudad".