Sergio Galán | Rejoneador

“El toreo eterno es el toreo clásico, el resto no son más que modas”

  • Asegura que actualmente el toreo a caballo pasa por su “época de oro”

  • Considera que La Malagueta es una plaza donde cuesta cortar las orejas

Sergio Galán en su última actuación en La Malagueta, en la Feria de 2017.

Sergio Galán en su última actuación en La Malagueta, en la Feria de 2017. / Carlos Díaz / Efe (Málaga)

Sus triunfos en el ruedo y una trayectoria de más de dos décadas le avalan como uno de los máximos exponentes del toreo clásico. Sin embargo, Sergio Galán no se conforma y cada tarde aspira a seguir creciendo. Tras su ausencia el pasado año, este jueves regresa a La Malagueta junto a sus caballos estrellas.

-Ocho Puertas Grandes en Madrid, nueve en Pamplona, un concepto cada vez más puro y clásico… ¿Podríamos decir que Sergio Galán se encuentra en su mejor momento?

-La verdad que sí. Uno ya tiene la experiencia de los años y te hace afrontar estas ferias y estas temporadas cada vez más conscientes y capaz de expresar el toreo que uno lleva queriendo hacer todos estos años. Cuando empiezas uno también necesita más rodaje y ahora estoy en ese momento en el que también tengo una cuadra que me lo permite y llevo unos años que me encuentro en un momento muy bonito de mi carrera.

-¿Cree que a veces ese concepto del toreo, más alejado de la espectacularidad, le ha podido perjudicar para llegar al público?

-Lógicamente es un camino difícil, pero siempre lo he tenido muy claro. Uno torea como es y yo me considero una persona muy sincera, muy clara, de hacer lo que pienso y siento y, sobre todo, no engañarme a mí mismo. El toreo que siempre he querido hacer es el de torear despacio, el que sea todo muy puro y de verdad, dominar y ralentizar la embestida del toro… Sí es verdad que es un camino mucho más complicado, porque también ha habido momentos en los que me he sentido un poco frustrado en el sentido de ser incomprendido cuando se cuaja un toro y aquello no se valora o aprecia de la misma manera que otras cosas que se hacen más para la galería.

-¿En qué situación cree que se encuentra el rejoneo?

-Creo que está en uno de los mejores momentos. Estamos en la época de oro del toreo a caballo, ahora mismo hay un nivel grandísimo de compañeros y de cuadras. Sí es verdad que también hay cosas mejorables y lo que sí se puede reprochar es que se está abusando de los efectos espectaculares, que siempre los ha habido, pero ahora mismo está cogiendo más fuerza. Los toreros de referencia de cada época marcan las tendencias y ahora mismo, por desgracia, en los últimos años existe la tendencia a los adornos en excesivo y a la larga, si uno solo piensa en cortar las orejas de cualquier manera, costará mucho que el toreo siga avanzando. El toreo eterno es el toreo clásico, el resto son modas.

-La reducción de festejos y la actual competencia hace que se quede fuera de algunas plazas. ¿Se valora lo suficiente los méritos taurinos o priman otros?

-Hay de todo. Ahora hay muy pocos huecos y muchos rejoneadores que están a buen nivel, pero sí es verdad que no en todos los sitios prima lo que pasa en el ruedo. En este caso, no me puedo quejar. En algún momento sí me he quejado, pero cuando uno está en el mundo del toro ya va conociendo todo y te lo toma de otra forma. Al final hay unos intereses empresariales y uno se va acostumbrado. ¿Qué cambiaría?, pues que los empresarios no fueran apoderados. Sería lo más fácil para que lo que pasase en la plaza tuviera mucha más repercusión para que repitieran a los toreros.

-¿Qué opina de las corridas mixtas?

-Lo veo como algo positivo. Tampoco es algo de lo que se debe de abusar, pero hay sitios, y más en los tiempos que corren, en los que no caben dos corridas de toros o dos corridas de rejones. Entonces, antes de eliminar alguna de las corridas, es positivo combinar ambas cosas. Sobre todo para dar un empujón a la fiesta y que cada vez, en vez de ir restando, vayamos sumando.

Cambiaría que los empresarios no fueran apoderados. Así tendría más repercusión lo que pasa en el ruedo”

-¿Cómo calificaría a su cuadra que podremos ver en Málaga?

-Voy a llevar a Málaga lo mejor que tengo. Llevo caballos veteranos como Ojeda, Amuleto, Apolo… Y caballos más nuevos que están en un momento muy bueno y que da un toque de frescura y te aportan una personalidad distinta, como Embroque, Capricho, Bambino, Capote… Todos ellos son caballos jóvenes que están en un momento muy bueno y que me dejan hacer el toreo que siento.

-En una entrevista suya leí que quiere a sus caballos como a sus hijos, ¿cómo es su relación con su cuadra?

-Tengo yeguada y ahora mismo estoy montando caballos –como Embroque, Capricho, Capote, Bambino…– que los he visto nacer. Ahora estoy toreando con ellos y he toreado con sus padres. Imagínate la relación que hay, se coge un cariño y un sentimiento y nada más verle la mirada sabes si está alegre, si le pasa algo, si está triste o si está constipado. Estás en constante relación con ellos y, aparte, lo que te aportan para tu profesión. Algunos como Embroque tienen un nivel que te permite crecer dentro de tu profesión. Es un cariño y afecto por todo, porque lo has visto crecer y porque estás muy agradecido porque te ayudan también.

-Su última tarde en Málaga fue en la Feria de 2017 donde logró cortar una oreja, ¿qué recuerdos tiene de La Malagueta?

-Es una plaza con una afición espectacular. También el ambiente y la plaza en sí, la verdad que es una de las Feria más apetecibles de estar. Siempre la siento como una plaza muy rígida y dura, reconozco que las veces que he estado ha sido una plaza donde cuesta cortar las orejas con una presidencia dura. Es un gusto poder estar en esta Feria, pero reconozco que es muy exigente.

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