Feria de Málaga

Triple monumento al valor

  • Alejandro Talavante y Saúl Jiménez Fortes cortaron una oreja cada uno · El malagueño se repuso de un aparatoso percance que se saldó sin consecuencias · El Juli se fue de vacío tras demostrar una gran torería

GANADERÍA: Se lidiaron cinco toros de Domingo Hernández y uno de Garcigrande. Muy bien presentados. El quinto de la tarde fue el más destacado. TOREROS: Julián López 'El Juli', de nazareno y oro y remates blancos. Bajonazo (ovación). Media estocada trasera y contraria. Descabello. Leve petición (ovación. Alejandro Talavante, de grana y oro y remates blancos. Pinchazo, media estocada, descabello y un aviso (ovación). Pinchazo, pinchazo hondo, descabello y un aviso (oreja). Saúl Jiménez Fortes, de azul noche y oro y remates blancos. Estocada (oreja). Pinchazo, estocada contraria, descabello y un aviso (ovación). Incidencias: Séptima de abono. Más de tres cuartos de plaza. Tarde agradable. Juan José Trujillo, de la cuadrilla de Jiménez Fortes, fue ovacionado tras parear al tercero pero no saludó al creer que no la merecía. El delegado de la autoridad, Manuel Rosas, impuso dos apercibimientos a Julián Guerra, apoderado de Jiménez Fortes, por su mal comportamiento en el callejón.

Es la clave. El motor que hace que la maquinaria arranque. El génesis de la creación artística. El valor. Una palabra tan corta como contundente y justiciera. Y vaya si la conocen los tres hombres que pisaron ayer el ruedo de La Malagueta. Cada uno, en unas circunstancias distintas, demostraron que van sobrados de él.

Julián López El Juli abría la tarde y sobre él caían muchas de las esperanzas de la tarde ya que iba ser su única comparecencia en la Feria de Agosto. Con el primero de su lote el madrileño fue un ejemplo de verdad, firmeza, capacidad y, como decíamos, valor. Construyó una faena de un toro inexistente y su fallo con la espada hizo que no se pidiera la oreja.

Ante su segundo, a pesar de su entrega, nada pudo hacer.

Alejandro Talavante venía con muchas ganas después de genial actuación del pasado miércoles y el público también se entregó a él. A veces, las segundas partes sí son buenas y aunque su faena no fuera tan sobresaliente como en el día anterior dejó grandes momentos. Pero, sin duda alguna, la joya de su presencia ayer fueron las tandas que realizó por naturales, sobre todo, ante su segundo toro. El de Garcigrande y el extremeño se entendieron y con la mano izquierda Talavante dio dos tandas de libro. A pesar de que no estuvo muy acertado con la espada, cortó una oreja.

En su primero, fue ovacionado después de demostrar también mucho poder y seguridad.

El otro gran atractivo de la tarde era el local Jiménez Fortes que afrontaba la primera de sus tardes en el ciclo de agosto malagueño. Con la capa demostró grandes dotes de arte a pesar de que el toro comenzó a hacer extraños con ciertas dotes de peligrosidad.

En las varas, el toro derribó a a Plácido Sandoval que sufrió una aparatosa caída quedando su pierna aprisionada bajo el caballo. Una vez que el picador fue levantado pudo continuar con la suerte. El malagueño brindó la muerte del toro al púbico y por doblones se fue llevando el toro a los medios. No era un toro fácil en cuanto comportamiento y hasta tenía un cierto punto agresivo como demostró enganchando al diestro tras una voltereta. Jiménez Fortes quedó a merced del toro. A pesar de que en un primer momento se pensó que el percance podría tener mayores consecuencias, el joven matador se repuso rápidamente. Siguió imprimiéndole a la faena unas agallas que demostraron que se pude seguir confiando en su admirable progresión. Y su mérito residió en que tras el contratiempo el toro se orientó y ante el más mínimo hueco sabía buscar perfectamente el cuerpo del torero. Aun así, Jiménez Fortes siguió mostrando una grandísima voluntad. Mató con una estocada y cayó la oreja.

En su segundo, siguió mostrando una gran calidad con la capa como ocurrió con la buena réplica que realizó a un muy buen quite de El Juli. Con la muleta toreó con la mano muy baja y con mucho temple. Terminó su actuación con una ovación por parte del público. A la tarde la salió la torería por los poros.

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