Y se llama Cayetano
El diestro madrileño firmó ayer la mejor faena de la Feria con un prodigio destinado a quedar en la memoria frente a un toro de franca embestida · Finito, por contra, perdió los nervios y oyó los tres avisos
Cara y cruz de la función doce más uno del abono: Cayetano Rivera cuajó, frente a un toro de franca embestida, una faena que quedará en la memoria. Es muy difícil estar a la altura e incluso, superar, las condiciones nobles y boyantes de una res. Por el contrario, Finito de Córdoba, inhibido y sin sitio, oyó los tres avisos.
Y se llama Cayetano. Tomo prestado el legendario titular que Corrochano escribió para su bisabuelo porque no se me ocurre mejor homenaje al torero y a la dinastía de la que procede. El tercero de la tarde, de aceptable presencia, fue recibido por largas, erguida la escultórica figura, entre "olés" que hacían presagiar lo que vendría después. Brindis al respetable. El toro metía bien la cara y el menor de los Rivera se ayudó por alto como una estatua clásica. Cambio de mano y hubo un sensacional pase de pecho. Con la derecha, hizo el toreo aprovechando al máximo la claras embestidas de la res. Hondura y un manejo perfecto de los engaños. Naturales templados después acompañando el viaje de la res con la cintura; toreo de muchos quilates. Cayetano le dio tiempo y sitio a la res para ayudarse luego por bajo y adornarse entre ovaciones. Un auténtico monumento a la torería y al buen gusto. Y por si fuera poco, tiró del toro hasta los medios para hacer la suerte suprema a ley, en el mismo platillo de la plaza. No es de Ronda, pero tienen en sus genes el mejor de los toreos. El sexto sacó la cara por arriba y no se empleó. Blandeó y no tenía clase. Toro que se paró y escarbaba y con el que, a fuerza de insistir, Cayetano consiguió algún muletazo de buena factura, muy por encima de la mortecina embestida de la res que, poco a poco, se fue quedando parado como una estatua de sal. Con el toro rajado y en los terrenos de toriles, Cayetano logró circulares haciéndolo todo él. Una tarde de toros salvada por la mejor faena que vamos a ver en esta y en muchas ferias.
La actitud de Finito frente a su segundo toro fue inadmisible. El lote del diestro catalán-andaluz resultó muy deslucido, pero en ningún caso se puede aceptar la postura del veterano diestro. En el primero, cuando menos, Juan Serrano firmó tres tandas de aceptable corte, pero muy despegada sobre la mano derecha y aún tuvo el detalle de mandar callar a la Banda que, como siempre, había roto a tocar por su cuenta y riesgo. Pero lo ocurrido frente al sexto, con los papeles perdidos, es como para considerar si debe volver por La Malagueta.
Tampoco El Juli tuvo suerte en el sorteo de la mañana. Su primer toro esperó en banderillas, se cernía por el pitón derecho y se volvía por el izquierdo acordándose de lo que dejaba atrás. Pero a pesar de las dificultades de la res, Julián logró una serie de naturales digna de aplausos, inventándose literalmente la embestida. Con la derecha después, siguió por encima del toro pese a la cortedad de su viaje. Circular templado de 360 grados haciéndolo todo él y gran pase de pecho. Luego pincharía arriba haciendo muy bien la suerte, aunque la segunda estocada cayó levemente desprendida. El quinto, del hierro de Zalduendo, de aceptable presentación y justo de armamento, salió muy parado. El toro no se empleó, pese a derribar en la primera entrada y luego aceptar una segunda. En líneas generales y refiriéndonos a todo el encierro, ha sido la tarde en que mejor se ha picado y las doce funciones de toreo a pie de la feria. Carretero se lució en la lidia de este toro con el capote. Toro que un Juli decidido a que no se le escapara el triunfo, brindó al respetable; pero la res gazapeó, probó, se defendió y llevó la cara arriba en un viaje muy corto. Toro sin clase, con peligro sordo y sin posibilidad alguna de lucimiento, frente a los que todos los intentos de El Juli, se estrellaron. Macheteó Julián López en el tramo final como era lógico y puso fin a su decidida y malograda labor.
La faena de Cayetano al tercero de la tarde -repito, lo mejor de la Feria- quedará en el recuerdo de cuantos tuvimos la suerte de presenciarla.
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