El cielo de Málaga se viste de fiesta: la Feria 2025 arranca con el espectáculo de drones y fuegos artificiales
'Waterloo’, ‘Miedo’ o ‘Saturday Night’, algunas de las canciones que sonaron durante el espectáculo piromusical
Primer día de la Feria de Málaga 2025: programa del sábado 16 de agosto
Mirando hacia el cielo -y también la hora en los móviles- miles de personas se han congregado para presenciar el espectáculo que, año tras año, marca el verdadero inicio de la Feria de Málaga. Desde playas, paseos marítimos, terrazas o incluso el mirador de Gibralfaro, cualquier rincón con el horizonte despejado se ha convertido en un escenario donde la ciudad entera espera con paciencia. Si algo simboliza la víspera de la gran semana de agosto, es este instante mágico: la medianoche en la que luces, música y pólvora anuncian oficialmente el comienzo de ocho días de celebración, alegría y tradición.
La Feria de Málaga 2025 ha levantado su telón. A las 23:50, el cielo oscuro ha empezado a llenarse de puntos brillantes. Los 300 drones, como un enjambre perfectamente orquestado, han ascendido para iniciar el prólogo más luminoso de las fiestas. Repartidos en dos escenarios —150 sobre la playa de La Malagueta y otros 150 sobre la de Huelin—, han empezado a formar imágenes tridimensionales que flotaban suspendidas sobre la costa de la ciudad. Guiños a la tradición se han alternado con composiciones modernas –guitarras, maracas, mariposas–, capaces de proyectar hasta 16 millones de tonalidades.
Durante diez minutos, las figuras se han sucedido como una narración sin necesidad de palabras, uniendo tecnología y arte en un lenguaje universal. Sobre el suelo, ha sido imposible no dejarse llevar por la sorpresa: nadie sabía qué vendría después, y esa incógnita mantenía a todos con los ojos fijos en lo alto, como si cualquier parpadeo pudiera hacerles perder un instante irrepetible. Las imágenes podían verse hasta a 500 metros de distancia, pero para quienes estaban cerca, la sensación era "mágica".
Cuando los drones se han despedido, el murmullo ha dado paso a un aplauso espontáneo, que tampoco ha durado mucho, pero que ha sido un preludio para lo que estaba por llegar. A la medianoche, y desde la carretera de acceso a la terminal de cruceros, aguardaba el siguiente imprescindible: el gran espectáculo piromusical. A las doce en punto, el primer disparo ha roto la noche, iluminando de color dorado la bahía. Y con él, han empezado los primeros compases de Gimme Gimme! de Cher, marcando el ritmo de una coreografía milimétrica entre música y pólvora.
En total, 6.308 unidades de disparo, más de una tonelada de peso y 500 kilos de pólvora transformados en cascadas, palmeras, crisantemos y abanicos de colores. Durante 20 minutos, las canciones se han sucedido como capítulos festivos para empezar la Feria: de Waterloo de Cher al optimismo de Corazón contento de Marisol; de la melancolía de Se nos rompió el amor en la voz de Vanesa Martín y Raphael, al romanticismo de Miedo de Pablo Alborán, con la brisa marina acompañando cada nota.
También ha habido un momento especialmente emocionante cuando ha sonado Carita triste, de Ana Mena y Emilia: sobre el cielo, varios colores se han mezclado en una lluvia de chispas que caía lentamente sobre el horizonte. Luego, el espectáculo se ha convertido en un estallido de energía con Saturday night de Whigfield. Incluso varios asistentes han bailado la famosa coreografía. La ha seguido Cheri, cheri lady de Modern Talking y ha sido imposible quedarse quieto, pero sin quitar la vista del cielo.
El tramo final ha llegado con Brother Louie y Rasputin de Boney M, explosiones que han pintado el cielo de un rojo intenso, azul eléctricos y destellos blancos y dorados que han iluminado por un instante las caras de todos los que allí observaban. Sonrisas, miradas emocionadas, móviles grabando y también quienes, sabiendo que las imágenes se quedarían grabadas en su memoria, han preferido disfrutar con los ojos y no a través de la pantalla.
Con un último estallido que se ha prolongado en el aire, la oscuridad ha vuelto al cielo. El olor a pólvora, eso sí, ha quedado suspendido unos segundos más, como si tampoco él quisiera irse. En la orilla, parejas, familias y grupos de amigos han aplaudido y, segundos después, han empezado a moverse lentamente. La Feria de Málaga ha comenzado con un prólogo que, como cada año, logra unir a miles de personas con la mirada hacia el cielo para celebrar que ya está aquí la gran semana de agosto.
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