El parqué
Continúan los máximos
Una chavala con felpa, pirsin y ombligo al aire mira desafiante a cámara. El niño lleva camisa de la conocida marca Dj’s Band y bajo sus pantalones Nike asoma un Nokia 3310 con funda de hoja de marihuana. El preadolescente está subido a una moto de color azul eléctrico marca Aprilia Sonic, un clásico de la época. La imagen se ha hecho viral en Instagram bajo el título Dos chavalillos posan junto a una Aprilia Sonic en la Feria del Centro (Málaga, 2003). La cuenta Quinquisound la compartió en Instagram hace unos días acompañada de la canción Celos, celitos, tengo de Saray Vargas y Tijeritas. Desde entonces acumula más de 30.000 me gusta y 600 comentarios.
La fotografía, un viaje en el tiempo a la España cani de los 2000, retrotrae a una época donde los cinturones anchos, el pelito pincho, los aros grandes, los pantalones de campana y el politono en el móvil eran la ley en la calle. El incipiente reguetón en nuestro país aún no podía competir con las canciones de Fondo Flamenco, Gamito, los Rebujitos o la Factoría que los adolescentes se enviaban en MP3 por infrarrojos. El fenómeno cani se trasladó a las pantallas de cine con películas como Siete vírgenes o Yo soy la Juani. Sin olvidar a Haze como máximo exponente musical.
El autor de la imagen, Miguel Trillo (Jimena, Cádiz, 1953), supo capturar la esencia de la Málaga "merdellona" de Feria en los 2000. "Eran como las siete de la tarde. Iba hacia la plaza de la Merced, zona de botellón. Había un grupo de amigos en la esquina del cine Andalucía, que ya no existe. Habrían quedado para pasar un buen rato en la Feria. Fue un flashazo", resume el fotógrafo con un larga carrera a sus espaldas y conocido por registrar con su cámara el movimiento de las tribus urbanas y la Movida madrileña. A Trillo le atrajo la camisa de la marca Dj’s Band, que "arrasaba en aquellos años", el pantalón Nike, el detalle de la moto y sobre todo la carcasa del móvil con la hoja de marihuana.
La imagen se hace "cuando los grandes diseñadores todavía no se fijaban tanto en las tendencias de la calle", explica el artista. "Diseñaban para la pasarela. Esta fotografía tiene su valor histórico porque la calle era una pasarela. En ese momento muchas de estas marcas eran minoritarias o underground", recalca mientras subraya lo importante que es analizar los iconos de esta foto: desde el Nokia al pirsin de la chica, que para su edad sería rompedor. Se trata de un fiel retrato de cómo vestían los más jóvenes en aquellos locos 2000. La imagen forma parte ahora de la colección permanente del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) de Sevilla. "La eligió José Lebrero en su época como director del CAAC para la exposición Identidades sobre tribus urbanas", destaca. La muestra se llevó a la sala del Canal de Isabel II y fue elegida por la Comunidad de Madrid como la exposición del año.
Trillo, nacido en el campo de Gibraltar, se siente "un malagueño de adopción". Allí se marchó para estudiar junto a sus hermanos. Luego se mudó a Madrid y posteriormente a Barcelona. "Iba a ver a mi madre, que vivía junto a la estación. Conocí todo el proceso de nacimiento del Bulto, el Perchel, que fue desapareciendo", narra. El creador registró el nacimiento de la Feria en el Centro en los 90. “No tenía nada que ver con lo típico, el flamenco. Aquello parecía Río de Janeiro. La gente bailando por la calle, la fiesta. Fue una pasada. Al principio hice las típicas fotos de los hombres a caballo. Era muy curioso. Llenaron las calles de arena para que no patinaran los equinos", rememora.
El fotógrafo ha sabido captar como nadie el fenómeno de las tribus urbanas y su evolución. Lo hizo en la Feria de Málaga de los 90 y principios de los 2000. "Imagínate el Centro. La gente joven saliendo de noche. Piensa en el microclima nocturno que es el clima natural de la juventud. Eso de tener a las tribus urbanas de los 90 en la calle a la luz del día, bailando, en pleno centro de la ciudad fue vanguardista", asevera.
Trillo deja Madrid en 1994 y se muda a Barcelona. Entonces siente "nostalgia de Málaga". Muchos jóvenes lucían estética mákina en barrios como Hospitalet o Cerdanyola del Vallès. En Valencia eran los bakalas. "En esos viajes que hacía a Málaga me encontraba esa estética de los 90 pasada por el filtro del sur. No eran bakalas o mákinas, era una mezcla andaluza. En Sevilla estaban los canis y en Málaga los merdellones. Estoy a favor del orgullo merdellón. No tengo nada en contra", deja claro.
Trillo tiene "un material muy bueno" de aquello. La imagen viral se tomó al final de la época dorada de la Feria en el Centro. "Se les fue de las manos a las autoridades. Aquello de los jinetes borrachos, el botellón. Había cada escena. La vuelta al orden. Quedó la parte discoteca. La calle seguía siendo una discoteca, sobre todo en la plaza de los Mártires y la plaza Uncibay. Quitaron la música. Ahora sólo ponen malagueñas y música tradicional. Por muy bonitos que sean los verdiales, le dieron la puntilla a este fenómeno", declara. "Costaba quitar la música. La gente seguía bailando a las siete de la tarde. Esta foto es de las últimas que tengo. Dejé de ir a la Feria de Málaga", admite. En nuestro recuerdo quedará esta imagen de dos chavalitos en la Feria luciendo sus mejores galas a principios de los 2000.
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