El empleo en la Feria de Málaga: de cobrar 800 euros asegurado a trabajar en negro sin horarios
Cocineros, camareros, porteros y relaciones públicas cobran entre 15 y 20 euros la hora según la caseta en el Real
Precios de la Feria: desde una tapa con caña a 2,90 hasta un campero por 19,50 euros
La Feria de Málaga no tendría sentido sin sus trabajadores. Ellos aguantan olas de calor, jornadas maratonianas y continuas aglomeraciones. ¿A qué precio? Camareros, cocineros, porteros y relaciones públicas están cobrando entre 15 y 20 euros la hora en el Real Cortijo de Torres. La horquilla de sueldo estimada se encuentra entre los 840 euros de un ayudante de camarero (es decir 120 euros por día multiplicado por una semana de feria) hasta los 1.300 euros de una persona encargada de las relaciones públicas de una caseta (si se suman las horas extra pagadas).
Muchos de los asalariados se ven obligados a cobrar en negro. Numerosos empleos generados ahora, en plena Feria, lo hacen en la economía sumergida. Es imposible saber el porcentaje de trabajadores no dados de alta en la Seguridad Social estas fiestas, pero algunos de los testimonios recogidos demuestran que hay casos donde se da de alta cuatro horas y están trabajando el doble.
"Estoy dado de alta. Lo que si es cierto es que no se corresponden las horas dadas de alta con todas las que curramos. Esa diferencia la cobramos en negro. La mayoría cobra en negro. Si no, no saldría rentable. Eso sí, en cuanto a horarios, trabajaré de 23:00 a 7:00 de la mañana, la hora de cierre. La gente que dobla turnos hace sus descansos correspondientes", reconoce el portero de una de las casetas del Real Cortijo de Torres, que prefiere dar su declaración de forma anónima para evitar bronca con su jefe. "Lo de cobrar en negro está normalizado. La noche es así", se lamenta. Los salarios para camareros, cocineros y porteros rondan los 840 euros en siete días. Es decir, unos 15 euros la hora. Aunque a veces se paga más, con lo que la horquilla se encuentra entre los 15 y los 20 euros la hora en el sector de la hostelería y el ocio nocturno.
A. I., contratado estos días como camarero en una de las casetas del recinto ferial, asegura que gana cada día 120 euros, eso sí, "en negro". "Es algo habitual en este mundillo y, desgraciadamente, esas son las condiciones. Yo ni me planteo que me den de alta porque sé que a día de hoy eso es imposible". Es su tercer año trabajando en la Feria, pero con las mismas condiciones. "La vida sube, pero nuestros 100-120 euros son los mismos", admite. Y lanza un mensaje: "Esta situación terminaría si hubiera más inspectores de trabajo. Si a los encargados les pidieran los papeles, pero yo en los años que llevo trabajando no he visto a ninguno. ¿Por qué? Porque no interesa".
P. L., otro camarero en el Real, atiende a este periódico en la entrada de la caseta donde se está tomando un descanso. "Llevo desde las 10:00 y seguramente estaré hasta las dos de la mañana. Ese es mi horario: ininterrumpido", se sincera. Este asalariado está dado de alta menos horas de las que trabaja. "Se paga según convenio, sí, pero parte de él en negro”, confirma mientras deja claro que los camareros desempeñan sus funciones en "condiciones durísimas".
María es cocinera de una caseta del Real. Tienes 58 años y el resto del año está en el paro. Reconoce que estos días se gana "un dinerillo extra", pero prefiere no decir la cifra. "No es mucho", se ríe. Pero, como A. I, admite que lo gana "bajo cuerda". ¿Cómo le digo al encargado que me contrate y que me dé alta? Si le pido eso, sé de sobra que llamará a otra", asegura María. A su juicio, y por su experiencia, se trata de una práctica generalizada. "Por lo que sé hay muy pocos contratos. La cosa está muy mal y los seguros son caros. No cabe otra", se lamenta.
Antonio Cabello, secretario general del sindicato de servicios de Comisiones Obreras en Málaga, mantiene que "al personal empleado en las casetas se le deben aplicar el convenio que rige esa actividad". El sindicato, en palabras de Cabello, aboga porque se cumplan las condiciones de los convenios de hostelería y se vea traducido en "horarios y salarios justos y una normativa de salud laboral adecuada a la situación excepcional". Es decir, "las personas que ejercen como camareros, en la cocina o personal de seguridad, entre otros, deben estar cubiertos por sus convenios para garantizar sus derechos", señala.
Para ello, "en Málaga debe de realizarse más inspecciones periódicas por parte de las administraciones competentes, que deben aumentar sin duda efectivos dedicados a vigilar el cumplimiento, no sólo de la normativa del Ayuntamiento en relación al uso de las casetas, si también y con más celo si cabe, si los trabajadores y trabajadoras de la feria son explotados o se les cercena parte de sus derechos", declara el secretario general del sindicato de servicios de CCOO en Málaga.
Esperanza entre tanta precariedad
Entre los testimonios hay unos cuantos esperanzadores. Para Sara Aguirre, de 24 años, es su tercer año de relaciones públicas en la Peña Trinitaria-El Sarao. Repite porque las condiciones laborales son “maravillosas”: 15 euros la hora, el transporte desde Granada donde trabaja como camarera está cubierto, se incluyen comidas y cenas según el turno, y las horas extras pagadas se contemplan. Aguirre va a cotizar 20 horas la semana. “Me vengo porque aquí me saco un extra. Al final me hago unos 1.300 euros sumando horas extra. La oferta laboral la encontré por el boca a boca”, explica. El equipo de relaciones públicas de la caseta malagueña cuenta con 21 personas, que trabajan en turnos rotatorios y tienen descansos de dos días por semana.
Steffani Galán también se dedica a las relaciones públicas esta Feria, en concreto en D’Mare. "Es la segunda Feria que hago. Me encanta y te lo pasas muy bien. Además trabajo mi jornada completa, estoy dada de alta y no echo horas de más", asegura la granadina, a la que le viene bien este "trabajito" para ganarse un sueldo extra.
Macarena Samo atiende a ese periódico en la entrada de La Exquisita donde trabaja como portera. "Me pagan 18 euros la hora y estoy a jornada completa. Por descontado estoy dada de alta y las cenas están cubiertas. A los camareros los tienen a 12 euros la hora", detalla mientras asegura que el personal en esta casera es "joven, amable y muy trabajador".
Ángel Estacio, uno de los socios del Grupo Tennessee, explica la situación laboral en su caseta El callejón del Señorío. "Nosotros les ofrecemos dos turnos a nuestros trabajadores: uno de tarde y otro de noche. Los aseguran a 40 horas. Una vez acabe la Feria, se le ingresa la nómina. El sueldo de un camarero trabajando ocho horas, los siete días de Feria, ronda los 800, 900 euros", aclara mientras recuerda que cada año sube el IPC y con él, los salarios. Unos 30 personas en total, entre porteros, camareros, oficina y relaciones públicas, hacen funcionar la caseta en el recinto ferial.
Autónomos
La figura del asalariado no es la única en la Feria. Sergio Díaz trabaja estos días como autónomo. Ha montado su propio puesto de flores y abanicos en plena calle Larios. "Estamos cansados, pero bien. Se trata de jornadas maratonianas. Los negocios de Feria son así. Estás todo el día", admite. El malagueño espera más ventas que otros años. “Málaga tiene mucho trasiego de gente, aunque al final regatea todo el mundo: españoles y extranjeros", resume.
En algunas tiendas como la de bocadillos Viandas, en pleno Centro, han reforzado su plantilla estas fiestas. "Han venido dos compañeras de una de nuestras tiendas en Granada. Se preveía que iba a ser floja y el primer día hemos batido el récord. Hemos vendido miles de bocadillos", declara Marina Fortes, encargada de la tienda de ibéricos. Ambas trabajadoras estarán a jornada completa, todos los días. "Echamos 10, 12 horas diarias. Eso sí, las horas extra están pagadas", detalla.
Una de las grandes figuras en plena Feria es la del taxista. "Estoy dado de alta a media jornada porque así lo pacté con el dueño de la licencia. Está todo pagado al 50%. Se hace bastante dinero, pero se trabaja muchísimo. Este primer sábado estuve 24 horas seguidas", confiesa un taxista, cuyo testimonio prefiere dar en anónimo. Una Feria donde muchos de los asalariados hacen su trabajo en condiciones precarias a pesar de las milagrosas excepciones o las casetas donde sí dan de alta y cumplen con el convenio estipulado.
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