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'El castigo' cuenta una asfixiante historia de desaparición en un único plano secuencia

El equipo de 'El castigo' en el 26 Festival de Málaga.

El equipo de 'El castigo' en el 26 Festival de Málaga. / Festival de Málaga

El director Matías Bize ha presentado este viernes en el 26 Festival de Málaga su nueva película, El castigo, que compite en su sección oficial y que hace una reflexión en tiempo real sobre la maternidad arrepentida grabado en un único y largo plano secuencia.

La trama la protagoniza una pareja que pierde a su pequeño hijo de siete años en un bosque, junto a una carretera, tras una negligencia. A partir de allí, comienza una búsqueda desesperante.

El realizador de la cinta ha participado en una rueda de prensa tras la exhibición de su obra, junto con la actriz Antonia Zegers, la guionista Coral Cruz y el productor Adrián Solar.

"Me pasé 20 años buscando una historia que, contada en un plano secuencia, sea mejor película. A partir de ahí, nos metimos en un tema muy difícil y muy profundo como es el tema de la maternidad arrepentida y arrancamos con este viaje hermoso, difícil, que nos atravesó", ha contado Bize.

Según ha asegurado, no quería lucirse como director "sino poner la cámara para contar la historia de la manera más simple, más honesta y más directa posible".

La cinta se rodó en tan solo siete tomas, grabadas en siete días distintos. "Hay mucho ensayo, es una película muy trabajada", ha planteado el director. Veían con cuidado cada toma grabada, anotaban los fallos y los corregían al día siguiente, de manera que la película "se iba mejorando" hasta alcanzar su versión definitiva en la toma seis.

"Los actores protagónicos no solo se echan la película al hombro en el plano actoral, sino que participaron mucho en el guion y la conversación", ha loado Matías Bize, que ha subrayado que el reparto y el equipo técnico estaban "todos participando en esta coreografía".

Antonio Zegers, nominada a Mejor Interpretación Femenina en los Premios Platino justamente por este papel, ha contado que con la primera lectura del guion ya dijo: "Yo esto lo siento, esto lo puedo hacer".

"Yo nunca he llegado a esos extremos, pero yo sé lo que ella está sintiendo y creo que toda madre lo sabe. Cuando habitas sentimientos más oscuros respecto a la maternidad, no le estás fallando a nadie. Los caminos son de luz y de sombra, difíciles muchas veces", ha reflexionado.

A la complicación del rol en sí, hubo que sumar grabarlo todo en un único plano secuencia. "Parece terrorífico hacer una obra con tanto texto y tanta responsabilidad en un ticket de ida, sin posibilidad aparente de error; yo ya tenía la obra instalada en mi entraña. Como un trapecista, parecía muy difícil pero lo hice desde el goce absoluto y desde la convicción política de que lo que estamos poniendo sobre la mesa sobre la mujer y la maternidad es importante", ha aseverado.

Por su parte, la guionista Coral Cruz ha narrado que se tomó la historia como "la escritura de una obra de teatro a cielo abierto" y eso hizo que le surgiera "de una manera más orgánica y más rápida de lo habitual". La trama se basa en la historia real de un niño japonés que se perdió en un bosque y cuyos padres fueron muy juzgados mediáticamente.

"Tenía claro que la película tenía que ser a tiempo real, quería que los espectadores pudiesen entrar en esa agonía de 80 minutos de búsqueda del niño. Matías vio el cielo abierto y dijo que le encantaba y que quería hacerlo en plano secuencia", ha explicado Cruz.

El productor Adrián Solar ha hecho hincapié en las dificultades para sacar adelante el filme, apuntando que "en Chile nos negaron todos los subsidios, no ganamos nada. Dos años seguidos intentando levantar financiamiento y fue imposible, tuvimos que levantarlo con recursos privados. No era fácil hacer la película, pero al final con ingenio, amigos y con productores argentinos logramos levantarla".

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