Javier Rey: "La cima' ha sido el proyecto más exigente en lo físico y, probablemente, en lo emocional"
El actor, uno de los rostros más populares del momento, encarna a Mateo en la película dirigida por Ibon Cormenzana y coprotagonizada por Patricia López Arnaiz
Mateo arrastra una tragedia personal tan pesada como una losa. Pero sigue avanzando y luchando contra los elementos con un propósito clarísimo, subir el Annapurna. Ione, por el contrario, parece haber perdido el rumbo de su vida después de coronar los 14 ocho miles. Un accidente une los caminos de los protagonistas de La Cima, la película con la que Ibon Cormenzana compite en la Sección Oficial del Festival de Málaga. Javier Rey, protagonista absoluto del largometraje junto a su compañera Patricia López Arnaiz, asegura que se ha enfrentado en esta cinta a uno de los papeles más exigentes de su carrera.
-¿Mateo necesita sellar la herida que tiene con una misión casi suicida?
-Lo intenta de la mejor manera que sabe, incluso con un punto de positivismo, pero es una intentona. Todo va por dentro. Siente una culpa gigantesca por lo ocurrido y piensa que su vida va a cambiar cuando consiga hacer esa cima prometida. Cree una vez lo logre podrá sanar para poder pasar al siguiente plano de su vida. Con la película contamos la metáfora de la montaña como elemento físico y como parte de la vida, como reto a superar.
-¿Y que le aporta el personaje de Ione?
-Pues es una especie de catalizador, tanto en lo emocional como en lo técnico y lo trasforma todo en lugares de compañerismo bastante profundo. Ambos se encuentran en caminos distintos de la vida, pero en momentos donde existe una necesidad de cambio. Son los dos personajes desubicados donde intentan como buenamente pueden tirar hacia adelante. Es un sentimiento muy humano que creo que tratamos desde un lugar muy interesante. Es una mezcla maravillosa la de ellos dos.
-¿Sobre qué cimientos principales se arma La cima?
-Hablamos de superación, de dos personajes que se ven irremediablemente abocados a convivir durante un tiempo, dos personajes que intentan encontrar su lugar en el mundo, que están perdidos. Además, creo que lo que les pasa a ellos ocurre mucho ahora, que venimos de esta pandemia en la que la gente se ha sentido bastante sola. Todos nos hemos visto relativamente desubicados. Y la película habla de eso en el marco de la naturaleza, que nos viene a decir que no somos nosotros los que tenemos el control.
-También habla de los límites...
Sí, de hasta dónde uno cree que puede llegar, o no, qué depende de uno mismo o de la mala suerte y lanza preguntas como si se construye la buena suerte o se trabaja, es la actitud... También habla del amor y del compañerismo. Hablamos de muchísimas cosas en un refugio.
-¿Los silencios también dicen mucho?
Muchísimo. Los personajes no desvelan lo que les ocurre, de dónde vienen, puedes ver a un personaje con cierta esperanza pero que por dentro está sufriendo un tormento. Es un poco lo que pasa en la vida real, nadie va contando sus miserias emocionales, no se profundiza, parece que a todos nos da miedo. Mateo es un tipo que desprende mucha luz, pero, como nos pasa a todos, realmente no sabes la carga que soporta la personas que tienes enfrente.
-Sorprende La Cima por la espectacularidad del paisaje.
Pues sí, lo tiene todo a favor, desde esa corriente en la playa de Bilbao que no me dejaba llegar a la orilla hasta la nieve, el frío, el cansancio, todo lo teníamos, no había que imaginarlo. La incomodidad, los trajes, la resistencia de los crampones en la nieve, cuando esta te llega a las rodillas, cuando el sol te quema la cara, cuando hay ventisca y se te cortan los labios... Todo esto nos ayudó a Patricia y a mí a llegar a lugares muy de verdad, que es lo que siempre deseamos. Sabíamos a dónde íbamos, pero cuando lo vives... la cosa cambia.
-No me dirá que es capaz de subir una pared de hielo vertical...
-Los dos hemos subido pareces de hielo vertical, sí claro. Pero también es cierto que había un equipo de especialistas. Eso sí, arrancábamos gran parte de las secuencias y las terminábamos. También nos hemos visto Patricia y yo colgados con una cuerda en un abismo. Y sabes que estás con el mejor alpinista del país y que no va a ocurrir nada, pero te preguntas qué hago aquí.
-¿Físicamente le ha exigido mucho el personaje?
-Sí, nos lo trabajamos muchísimo. Desde el principio nos marcamos que sería absolutamente realista lo que hicieran en la nieve, como caminan, como respiran. Un alpinista que vea la película dirá que es así, esa era una de nuestras grandes paranoias, que todo fuese real, tanto en lo emocional como en lo físico. Estuvimos gran parte del rodaje a 3.500 metros de altitud.
-¿La cima le ha costado especial trabajo por las condiciones en las que han rodado?
-Mucho. Probablemente sea el proyecto más difícil para mí, en muchos aspectos. Físicamente ha sido el más exigente, desde luego. El nivel de forma física que tengo desde La cima ha cambiado mi cuerpo y mi vida, hemos trabajado mucho. En lo emocional, teniendo la cámara tan encima todo el tiempo, estaba colocado desde una verdad o no funcionaba. Y eso es muy exigente todos los días.
-¿Es una película para verla en pantalla grande?
-Absolutamente. Es una película de cine, la majestuosidad de lo que se ve solo se va a apreciar en cines. Hemos traído una montaña de 8.000 metros de altura, vete a la pantalla más grande del barrio.
-¿Cuándo se estrena en cines?
-El próximo viernes 25 de marzo.
-Mateo es muy diferente a su personaje de Xavier en la serie Mentiras de Netflix...
-Esa es la idea, hacer cosas lo más opuestas posible, diferentes y eso me permite seguir aprendiendo como actor, los retos y abrazar los miedos, tirar hacia adelante, no repetirse.
-¿Qué es lo próximo en lo que podremos verlo?
-Ahora estoy rodando Los pacientes del doctor García, una serie de televisión basada en la novela de Almudena Grandes y disfrutando mucho del proyecto. Estaremos hasta junio. Interpreto al doctor Guillermo García Medina y es un gran proyecto, abarca toda la vida de los personajes, desde jóvenes a ancianos, interpreto todas esas fases en una época bastante complicada del país y estoy gozándolo, muy contento.
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