Festival de Málaga

Juan Antonio Vigar promete un Festival de Málaga “tan cercano y vital como siempre”

  • El director del certamen apunta algunas claves de la edición que se celebrará “en condiciones óptimas” del 21 al 30 de agosto

Juan Antonio Vigar, en la presentación de contenidos del Festival de Málaga el pasado mes de marzo en el Ayuntamiento.

Juan Antonio Vigar, en la presentación de contenidos del Festival de Málaga el pasado mes de marzo en el Ayuntamiento. / Javier Albiñana (Málaga)

La decisión de celebrar la vigésimo tercera edición del Festival de Málaga del 21 al 30 de agosto tras el aplazamiento asumido el pasado marzo por la epidemia del coronavirus no es un regalo caído del cielo ni un premio de consolación, sino la consecuencia de un trabajo desarrollado en los últimos meses “en silencio público, pero intensa y ruidosamente en nuestra sala de máquinas”. Así se expresó en un artículo publicado este lunes en su blog el director del certamen, Juan Antonio Vigar, quien, tras anunciar el pasado viernes la medida aprobada por el consejo de administración del festival, supeditada a su vez a la evolución de la situación sanitaria, apuntó algunas claves respecto a la resolución y a la misma edición que, finalmente, aunque de manera tan atípica, tendrá lugar este año. Vigar dejó claro, de entrada, que el reto fundamental pasa por ofrecer un festival “tan cercano y vital como siempre, pero, además, con el objetivo de cumplir los requisitos dictados por las autoridades sanitarias para preservar la salud de todos”. En este sentido, Vigar hizo referencia al Plan director aprobado también el viernes “que se complementa con un Plan de producción, que desarrolla pormenorizadamente nuestras líneas maestras y diseña una serie de objetivos estratégicos, y un Plan de acción por sectores”.

Vigar recuerda que la próxima edición será “el primer gran reencuentro del cine español”

Justificó de nuevo Juan Antonio Vigar la decisión de celebrar este año el Festival de Málaga, en lugar de aplazar la edición correspondiente al año que viene tal y como han hecho otros certámenes, en virtud de cuatro razones esenciales: en primer lugar, “lo presencial resulta esencial: el de Málaga es un festival de público y prensa y, aunque con evidentes limitaciones este año en el primer aspecto, no queremos dejar de abonar esta identidad, ya muy asentada y valorada. Por ello es fundamental esta dimensión presencial, de encuentro con el sector y el público, de promoción de las películas en salas y de dinamización socioeconómica para el sector y la ciudad”. En segundo lugar, Vigar destaca el “necesario apoyo al sector audiovisual, que se ha visto afectado como pocos por esta crisis. Si antes el apoyo del Festival de Málaga era fundamental tanto en el ámbito nacional como en el internacional, ahora lo es mucho más”. En tercer lugar, subrayó Vigar que la cultura “nunca es un gasto, sino una inversión: un festival de cine dinamiza una sociedad desde el punto de vista socioeconómico, generando riqueza, empleo, desarrollo empresarial y un importante retorno de imagen de marca para la ciudad”. Y, por último, quiso destacar el director del Festival de Málaga que la próxima edición del mismo será “el primer gran reencuentro del cine español, algo que servirá de punto de partida para una nueva realidad, sin duda, más positiva para todos, al mismo tiempo que seremos modelo y buenas prácticas para otros festivales posteriores”.

La nueva película de Icíar Bollaín, La boda de Rosa, será la cinta inaugural de un Festival de Málaga que, seguramente, nunca se ha jugado tanto. La fortuna es de los valientes.

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