Cuando en la semana previa al Festival recibimos un correo del departamento de prensa indicándonos que dado que se acercaban los días de locura de Málaga tenían a nuestra disposición unos links por si queríamos visionar algunos materiales previos, me chocó sobremanera la expresión, "la locura de Málaga”.

Leída cada una desde el escritorio de su domicilio en su ciudad, al menos en el mío, hizo segregar los jugos del perro de Pavlov. ¡Bendita locura la malagueña! A los pocos días de recibir aquel email se celebró la rueda de prensa en el Teatro Cervantes con la presentación de la programación completa, y a partir de ahí se colgó en la web, con todo detalle, la parrilla del 3 al 12 de junio.

Con una salvedad. A la agenda del Festival, ya de por sí loca, densa, inabarcable, quedaba por añadir la que nos suministrará diariamente el equipo de comunicación, con el correspondiente incremento de actividades: encuentros con homenajeados por aquí, reuniones de profesionales por allá, mesas redondas, libros y todo lo que se presente.

Bendita locura la del Festival de Málaga después de un curso tan atípico

Todo ello teniendo en cuenta las limitaciones de la pandemia y las restricciones de aforo. Sin embargo, de todas, todas, después de un año tan atípico, se agradece sobremanera esta abundancia de actividades que se solapan con las proyecciones.

Bendita locura la del Festival de Málaga después de un curso tan atípico en el que hemos vuelto a asistir al cierre de los cines, al desánimo de los exhibidores, al frenazo de los distribuidores de cine español, que tuvieron que batirse en retirada al inicio de este año.

De ahí que la temporada de 2021 se inicie precisamente en el Festival de Málaga. Aquí y ahora.