Festival de Málaga

Una cosecha de cine en clave cercana

  • El sello malagueño luce en buena parte de los estrenos más destacados del cine español de los próximos meses, con la nueva edición del Festival de Málaga como previsible escaparate fundamental

Macarena Astorga da instrucciones a Javier Rey y Paz Vega durante el rodaje de 'La casa del caracol'.

Macarena Astorga da instrucciones a Javier Rey y Paz Vega durante el rodaje de 'La casa del caracol'. / Dani Medina

De manera discreta aún, aunque con una maquinaria ya en marcha que irá haciéndose más visible a pie de calle en las próximas semanas, el Festival de Málaga trabaja en la fase decisiva de su próxima edición, la vigésimo cuarta, que se celebrará del 4 al 13 de junio. En la reciente presentación del cartel de esta edición, su director, Juan Antonio Vigar, ya apuntó que, en consonancia con el año pasado, en una edición aplazada a agosto y que constituyó una reapertura pionera de la actividad cultural a nivel nacional tras los estragos del coronavirus, la nueva cita iba a dar prioridad al cine y a las proyecciones en salas en detrimento de los eventos sociales que completan la oferta del certamen cada año, si bien decidió mostrarse cauto e invitó "a esperar a comprobar la evolución de la pandemia a la hora de tomar decisiones". Se da aquí una retroalimentación interesante: la edición del año pasado, celebrada con todos los protocolos de seguridad al alcance y en una puesta a prueba asumida después por otros festivales, entrañó un balón de oxígeno determinante para la industria y su posible reactivación. El paso adelante dado el año pasado por la organización resultó de muy largo alcance: Las niñas, la cinta de Pilar Palomero que se llevó la Biznaga de Oro a la mejor película española, obtuvo tras su paso por Málaga el favor del público y de la taquilla y acabó siendo la gran triunfadora en la pasada gala de los Goya, celebrada, como para cerrar definitivamente el círculo, también en Málaga de la mano de Antonio Banderas y su Teatro del Soho. Pues bien, esa reactivación es la que se traduce en la remesa de nuevas producciones españolas y latinoamericanas que nutrirán en gran medida la programación de la nueva edición del festival. El plazo para la inscripción de producciones a la sección oficial se cerró hace sólo unos días y ya avanzó Vigar que el comité de selección había recibido "un centenar de películas de producción española y aproximadamente el doble de países latinoamericanos", lo que confirma que, muy a pesar de las dificultades relativas a la epidemia para poner en marcha cualquier rodaje y levantar cualquier producción, el órdago dio buenos frutos y el cine en español ha seguido siendo una realidad incluso con las salas cerradas. Cabe señalar además un dato revelador: buena parte de las producciones nacionales que han anunciado sus estrenos en cines para los próximos meses, con emisión garantizada posteriormente en streaming gracias a la entrada en juego de las diversas plataformas en muchos casos, presumen de sello malagueño en sus equipos. Es decir, los réditos del Festival de Málaga en la ciudad son ya también bien visibles a nivel artístico, con lo que el círculo aprieta incluso un poco más el nudo. 

La reciente presentación del cartel del Festival de Málaga, en el Teatro Cervantes. La reciente presentación del cartel del Festival de Málaga, en el Teatro Cervantes.

La reciente presentación del cartel del Festival de Málaga, en el Teatro Cervantes. / Marilú Báez (Málaga)

Así, varias producciones que concluyeron sus rodajes recientemente y se encuentran en fase de montaje y en plena postproducción tendrán su lugar, previsiblemente, en la sección Cinco minutos de cine, donde se ofrece a los espectadores breves adelantos de los títulos futuros. Es el caso de Alegría, de la directora residente en Málaga Violeta Salama, recientemente rodada en Melilla; o de un documental tan netamente malagueño como Prohibido ser actor, el tributo memorialístico a Lucio Romero que dirige Kike Mesa. Por lo demás, un vistazo a los estrenos del cine español anunciados para las fechas cercanas a la próxima edición del Festival de Málaga invita a hacer cábalas respecto a su presencia en el certamen. Así, para el mismo día de su inauguración, el viernes 4 de junio, tiene previsto su estreno en salas Karen, una aproximación biográfica a la figura de Karen Blixen presentada en la pasada edición del Festival de Cine de Sevilla (lo que, en principio, descarta su presencia en la competición malagueña), dirigida por María Pérez Sanz y en la que una artista muy querida por el Festival de Málaga, Christina Rosenvinge, interpreta a la escritora. El día de la clausura, el viernes 11 de junio, llegarán a la gran pantalla dos películas muy esperadas con una más que notable impronta malagueña: una es el debut en el largometraje de ficción de la malagueña Macarena Astorga, La casa del caracol, un thriller protagonizado por Javier Rey y Paz Vega en cuya producción internacional figura Amazon Prime Video, que exhibirá posteriormente la cinta en su catálogo. La otra es la comedia Con quién viajas, otra ópera prima que firma Hugo Martín Cuervo y que protagoniza un malagueño de pro como Salva Reina, junto a Ana Polvorosa y Andrea Duro. Aunque rodada el año pasado, es ahora cuando la película se dispone a empezar su carrera comercial. Y es más que razonable contar con la presencia de alguno de estos títulos entre las diversas secciones de la próxima edición del Festival de Málaga.

El reparto de 'Hombre muerto no sabe vivir', de Ezekiel Montes, en una imagen promocional. El reparto de 'Hombre muerto no sabe vivir', de Ezekiel Montes, en una imagen promocional.

El reparto de 'Hombre muerto no sabe vivir', de Ezekiel Montes, en una imagen promocional. / M. G.

En las fechas inmediatamente posteriores al certamen, eso sí, tendrá lugar el estreno en salas de otros títulos muy a tener en cuenta. Especial expectación despierta el debut como director del productor malagueño Ezekiel Montes (responsable de la comedia Este amor es de otro planeta, recientemente estrenada), el thriller Hombre muerto no sabe vivir, protagonizada por Antonio Dechent, Rubén Ochandiano, Jesús Castro y Elena Martínez y cuyo estreno está previsto para el 25 de junio. El mismo día llegará a las salas otro filme muy esperado, Operación Camarón, una comedia policiaca dirigida por Carlos Therón y protagonizada por Julián López y Natalia de Molina. Especial atención merece Dos, la nueva película de Mar Targarona (directora de El fotógrafo de Mauthausen), un thriller de naturaleza kafkiana y matices románticos que protagonizan Pablo Derqui y Marina Gatell con estreno señalado para el 23 de julio. Eso sí, la gran esperanza para la taquilla veraniega volverá a llevar el nombre de Santiago Segura unos días antes, el 9 de julio, con la comedia A todo tren. Destino a Asturias, en la que el cineasta prolonga el tirón de la fórmula Padre no hay más que uno, de rentabilidad tan contrastada, con un reparto al uso que incluye al propio segura, Leo Harlem, Luna Fulgencio y Joaquín Reyes. El verano, eso sí, prodigará más comedias españolas, como Donde caben dos, de Paco Caballero, con Verónica Echegui, Raúl Arévalo y Ernesto Alterio (con estreno el 30 de julio); e Interraíl, de Fernando García-Ruiz, con Julián López, Ernesto Sevilla y Arturo Valls (con estreno el 6 de agosto). 

El estreno de 'La casa del caracol', de Macarena Astorga, ejemplifica la evidencia de que el cine es también en Málaga una cuestión artística

Con la aportación financiera del Ministerio de Cultura ampliada desde los 100.000 hasta los 200.000 euros, en virtud de una demanda de largo recorrido por parte de la ciudad, el Festival de Málaga aspira a emular los resultados del año pasado, cuando el certamen se consagró por derecho propio como cita imprescindible par el cine español en un trance de verdadera sequía: el impacto mediático generado quedó estimado en 57 millones de euros y el Observatorio Cultural de España de la Fundación Contemporánea situó al Festival de Málaga en su ranking como la primera cita cultural en Andalucía y la undécima a nivel nacional. El objetivo pasa por ampliar la influencia del certamen y su peso específico en la misma evolución del cine español. La retroalimentación es, de nuevo, evidente: si el festival ha necesitado siempre la buena salud del cine español, ahora el mismo sector es consciente del papel esencial del festival para su propio desarrollo. Y con Málaga, claro, como eje principal de la cuestión.      

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