Festival de Cine Sevilla

Entre Mr. Turner y Harry Potter

  • Timothy Spall, actor fetiche de Mike Leigh, asegura que interpretar al pintor inglés "cambió mi modo de ver el mundo" pero la celebridad le ha llegado como villano en la serie del niño mago.

Lector y melómano, fanático de Los papeles perdidos del Club Pickwick y admirador del Lamento de Dido de la ópera Dido y Eneas de Purcell, que suena en una de las escenas más amables de su gran éxito Mr. Turner, el actor británico Timothy Spall (Londres, 1957) seguiría pareciendo un amable y orondo personaje de estirpe dickensiana si no fuera por la dieta que le ha devuelto a la talla que tenía cuando empezó su carrera cinematográfica. "He dejado de meterme en la boca cosas que engordan. ¡Y nunca me he sentido más en forma en mi vida!, aunque he leído en Twitter que parecía enfermo...", explicó ayer entre risas en un encuentro con los medios programado por el Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF).

La carrera de Spall ha crecido principalmente junto al director inglés Mike Leigh, con quien construyó ese retrato orgánico y epidérmico del más célebre pintor inglés, precursor del impresionismo, que le valió el premio al mejor actor en Cannes. "Mr. Turner ha sido lo mejor que me ha pasado en mis siete colaboraciones con Mike Leigh. Recrear con él al pintor fue algo extraordinario; al terminar de rodar sentí que veía el mundo, las nubes, el mar, de manera distinta. Tras esa experiencia tan intensa -porque invertí 30 años en estudiar la vida del artista- decidí que tenía que cambiar y replantearme la mía. Cuando empecé en 1979 en la película coral Quadrophenia era bastante delgado pero, según avanzó mi carrera, no pude evitar que se me asociara a cierto aspecto físico. Sin embargo, desde que he adelgazado me están ofreciendo papeles más interesantes".

El SEFF, que le ha otorgado el premio Ciudad de Sevilla al actor, programa estos días un ciclo que incluye, además de Mr. Turner, otros dos trabajos suyos a las órdenes de Mike Leigh: La vida es dulce (1990), su primera colaboración juntos y el primer éxito internacional del también director de Secretos y mentiras, y Todo o nada, rodada en 2002 y que ayer Spall calificó como "uno de los momentos más duros de mi carrera. No fue bien entendida en su momento".

Spall ofreció algunos detalles sobre el trabajo actoral junto a Mike Leigh, que se caracteriza por ser colaborativo y prescindir, en ocasiones, del guión. "Su cine es una narrativa viva, un proceso donde te deja improvisar y construir con él tu personaje. Por ejemplo, en el desenlace de Secretos y mentiras, lo que ves en la pantalla es una sorpresa auténtica porque no sabíamos más de la trama que nuestros personajes y rodamos en orden cronológico. La película nos fue envolviendo hasta esa explosión dramática final".

Agradecido al director José Luis Cienfuegos y al Ayuntamiento de Sevilla por poner en valor certámenes como éste, "ya que son un antídoto maravilloso al comercio, porque van de amor, no de dinero", Spall confesó, con humildad, que "soy actor porque no puedo hacer otra cosa que no sea actuar, no sé poner ni una bombilla". El también galardonado como Mejor Intérprete en los Premios de Cine Europeo del año pasado por su papel protagonista en Mr. Turner añadió que actuar "es una afición más que una elección" y una "enfermedad muy buena" para él, que superó otra "muy mala" hace años. "Me diagnosticaron la leucemia en 1996, el día antes de que Mike Leigh lograra la Palma de Oro del Festival de Cannes por Secretos y mentiras", rememoró con emoción.

La extensa carrera de Timothy Spall abarca cuatro décadas y media y le ha llevado a trabajar, en Europa y en Estados Unidos, con otros directores como Clint Eastwood, Bernardo Bertolucci, Patrice Chéreau, Keneth Branagh, Tim Burton... Sin embargo, el actor que también interpretó a Winston Churchill en El discurso del Rey, reconoce que su papel más célebre hasta la fecha es el del villano Peter Pettigrew de la saga Harry Potter. "Aunque no le comprenda he intentado saber cuáles son sus motivaciones, de dónde surge, porque todos los personajes tienen su alma", desveló.

"Harry Potter es uno de los fenómenos cinematográficos más extraordinarios del cine reciente. Y estoy agradecido porque es mi personaje más famoso internacionalmente, no sólo entre los niños. En México me encontré con una pareja americana de mediana edad, sofisticada, que de pronto me saludó diciéndome: '¡Es increíble, es usted Peter Pettigrew de Harry Potter!'. Pues sí, y no me importa. Porque no se puede negar que la saga del pequeño mago ha encendido la imaginación de los adolescentes y los ha llevado a la lectura".

A lo largo de sus más de 100 películas y series, Spall ha conocido bien la transformación de la industria cinematográfica, "en su financiación y su relación con las televisiones, pero también en la forma en que la gente ve las películas". "Sorprendido" por haber sobrevivido a todos esos cambios, el intérprete británico se mostró convencido de que "el arte es el mejor antídoto contra la codicia" y de que "la protección de la cultura" es la seña inequívoca de la identidad europea.

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