La mar de biodiversidad

Praderas y bosquetes marinos

Posidonia Posidonia

Posidonia / Manuel García

Escrito por

Ignacio Henares

Las relativamente escasas praderas y bosquetes submarinos de nuestra franja costera son unas grandes desconocidas a pesar de estar tan cercanas y accesibles. Las especies principales que forman las praderas de la costa granadina son dos angiospermas, Posidonia oceanica y Cymodocea nodosa, que se desarrollan en los fondos infralitorales arenosos. Los bosquetes submarinos que podemos encontrar tienen como especie principal a un alga parda del grupo de las Fucales, dentro de la familia de los Sargazos, denominada Ericaria selaginoides cuyas formaciones se desarrollan sobre los sustratos rocosos infralitorales.

Las comunidades que forman brindan servicios ecosistémicos esenciales, mantienen paisajes atractivos, reponen las poblaciones de peces o protegen la costa contra la creciente erosión. También son hábitats clave para reponer las pesquerías, actuando como sumideros de carbono y como barrera protectora contra los efectos del cambio climático. Por otra parte suponen espacios únicos para la práctica del buceo, el snorkel, o la fotografía submarina o, simplemente, para disfrutar de un entorno privilegiado.

Praderas submarinas

Con el término de praderas submarinas se designa a las formaciones de angiospermas marinas que se desarrollan sobre los sustratos blandos, tanto sumergidos como intermareales. Se trata de plantas verdaderas (con raíces, tallos, hojas, flores y frutos) que hace unos 100-150 millones de años, colonizaron secundariamente el medio marino y que desarrollan todo su ciclo de vida sumergidas.

Posidonia Lara Chapuis Posidonia Lara Chapuis

Posidonia Lara Chapuis

En nuestra Costa Tropical actualmente podemos encontrar dos especies de angiospermas marinas: Cymodocea nodosa y Posidonia oceanica. Históricamente se ha tenido constancia de la presencia de otras dos especies más: Zostera marina y Zostera noltei, ambas actualmente consideradas como 'no presentes'.

  • Posidonia oceanica: es una fanerógama marina endémica de las aguas del Mediterráneo, conocida por su gran importancia ecológica. El nombre del género de esta especie viene de Poseidón, el dios griego del mar. Forma densas praderas submarinas que actúan como viveros naturales para numerosas especies marinas, proporcionándoles refugio y alimento. Además, desempeña un papel crucial en la protección de las costas al reducir la erosión y mejorar la calidad del agua a través de su capacidad para filtrar contaminantes.
  • Cymodocea nodosa: es una planta marina de menor porte y con hojas mas estrechas que Posidonia y con una distribución mas amplia, desarrollándose tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico.
Fruto Posidonia Lara Chapuis. Fruto Posidonia Lara Chapuis.

Fruto Posidonia Lara Chapuis.

Localización: Las praderas de angiospermas marinas en la costa tropical aparecen restringidas a su zona oriental, entre la Rábita y Cambriles. En su mayor parte se desarrollan sobre sustratos arenosos, pero en sus zonas más someras y accesibles, las podemos encontrar sobre sustratos rocosos o al abrigo de estos.

Son en estas zonas más someras y por lo general con mayor visibilidad donde tendremos más oportunidades de observarlas junto a la flora y fauna asociada. Las praderas más importantes son las localizadas entre Cala Chiches-Los Yesos y en el tramo de litoral entre Castillo de Baños y Cambriles (Castell de Ferro).

Bosquetes submarinos

Por su parte, los bosques o bosquetes submarinos están formados por algas, un conjunto de vegetales que se diferencian de las angiospermas marinas por la sencillez anatómica y morfológica de sus cuerpos vegetativos (no tienen raíces, ni tallos, ni hojas, ni flores ni frutos) y que nunca han llegado a colonizar el medio terrestre aéreo. Los bosques o bosquetes pueden estar formados por diversos tipos de algas, pero son un grupo de ellas, las denominadas algas pardas, las que dan origen a los más importantes.

Bosque de algas. Bosque de algas.

Bosque de algas.

En nuestra costa, la especie formadora de los bosquetes de algas pardas es Ericaria selaginoides. Las formaciones originadas por esta especie se desarrollan en los niveles superiores del piso infralitoral, entre 0-6 m de profundidad, en zonas expuestas al oleaje y sobre fondos rocosos. Los bosquetes de algas juegan un papel ecológico muy importante en la diferenciación y el funcionamiento del ecosistema. Presentan una producción primaria elevada, permitiendo el desarrollo de una rica y variada biodiversidad.

Localización: Ericaria selaginoides es frecuente en las áreas protegidas incluidas en la Red Europea Natura 2000 como el Paraje Natural de los Acantilados de Maro Cerro Gordo, en la Zona de Especial Conservación (ZEC) de los Acantilados del Tesorillo-Salobreña y en la ZEC de los Acantilados de Calahonda-Castell de Ferro. Fuera de estas áreas protegidas también tiene representación importante en Cotobro (Almuñecar), en los acantilados del Cabo de Sacratif (Torrenueva) o en Carchuna, donde desarrolla un bosquete de una extensión en torno a 9 ha entre 0,5 y 4 metros de profundidad y que constituye el más importante en cuanto a extensión y estado de conservación de toda la Costa Tropical.

Importancia ecológica y servicios ecosistémicos

Las praderas y bosquetes marinos constituyen un claro ejemplo de la relación entre conservación de la biodiversidad y provisión de servicios ecosistémicos. Estas comunidades necesitan para desarrollarse aguas libres de contaminación, bien oxigenadas y transparentes, por ello son buenos bioindicadores de la calidad de las playas ya que ofrecen aguas claras y llenas de vida. Muchas especies de algas y todas las angiospermas marinas son lo que los científicos denominan especies ingenieras o formadoras de hábitat debido a que estructuran el fondo marino tanto vertical como horizontalmente y crean una estructura tridimensional que permite una gran biodiversidad, proporcionando recursos como alimento o refugio para muchas especies.

Algas de diversos tipos, formas y colores, junto con esponjas, anénomas, estrellas de mar y erizos, holoturias o pepinos de mar; distintos tipos de gusanos y cangrejos, moluscos y diferentes tipos de peces, (desde los pequeños góbidos y blénidos, hasta cabrachos, sargos, salemas y lubinas), se pueden observar en estos ecosistemas.

Constituyen hábitats clave para reponer las pesquerías, y actúan como importantes sumideros de CO2, (el denominado carbono azul), y como barrera protectora contra los efectos de la erosión costera. En definitiva, son ecosistemas esenciales para las costas en las que se desarrollan donde proveen de importantes servicios ecosistémicos, que son proporcionales a su extensión y abundancia, por lo que es importante su conservación. Quizás, acostumbrados a verlas, muchas personas desconocen la enorme importancia de este recurso natural exclusivo y de excepcional valor tanto ambiental como económico.

Arribazón Arribazón

Arribazón

¡No es basura!

Los restos vegetales y de muchos invertebrados marinos que las olas depositan en la orilla de la playa se denominan arribazones. Como ocurre en el medio terrestre, las fanerógamas marinas como Posidonia oceanica también pierden parte de sus hojas, generalmente a finales del verano y otoño. Parte de las hojas desprendidas alcanzan la orilla pasando a formar parte de los arribazones. En el caso de Ericaria, los talos de estas algas son arrancados por los temporales y depositados en esas franjas tan características que podemos ver en verano.

En nuestra costa la mayor parte de estos restos vegetales corresponden a estas especies. Es muy interesante observar en la playa las llamadas 'pelotas de mar', que son conglomerados compuestos por fibras procedentes de los rizomas de Posidonia y granos de arena. Adoptan esta forma esférica debido al efecto de vaivén provocado por el movimiento circular de las olas en la zona de rompiente de las playas.

Aunque muchas personas piensan que estos materiales 'ensucian' las playas y son 'basura', hay que conocer que juegan un importante papel ambiental protegiendo la línea de costa de los temporales y suponen un importante suministro de materia orgánica, nutrientes y sedimentos carbonatados, convirtiéndose por tanto en unos indicadores del buen estado ambiental de los ecosistemas marinos.

Problemas de conservación

Por su ubicación tan cercana a la costa, las praderas de Posidonia y bosquetes de Ericaria están sometidas a innumerables presiones, siendo los efectos de las actividades humanas su principal factor de regresión. Las praderas de Posidonia en Andalucía, y en particular las ubicadas en nuestra costa, se encuentran en su límite occidental de distribución, por lo que son especialmente vulnerables al deterioro de las condiciones ambientales.

Tanto las praderas como los bosquetes están viendo afectada su funcionalidad como consecuencia tanto del desarrollo de actividades de origen antrópico como por factores asociados al contexto de cambio global que estamos viviendo. Además, las especies que habitan en aguas poco profundas son las más afectadas porque se encuentran en un entorno extremo, expuestas a impactos tanto de origen terrestre como marino. Esta situación es especialmente grave en el Mediterráneo que a pesar de ser uno de los puntos calientes de biodiversidad más importantes a nivel mundial, también es uno de los más amenazados.

Entre las principales amenazas podemos destacar las obras litorales que conllevan la destrucción del hábitat y de manera indirecta una alteración de las condiciones ambientales que afecta a su desarrollo. La eutrofización debida a vertidos de distinta naturaleza es también un factor de regresión de estas praderas y bosquetes.

Las praderas de Posidonia se ven afectadas de manera particular por actividades de pesca practicadas de forma ilegal como la pesca de arrastre o el calado de artes de pesca artesanal sobre las mismas praderas. Los bosquetes de Ericaria son sensibles también a la pesca deportiva debido al enganche de los sedales y cebos artificiales sobre los talos de las algas que las arrancan y desprenden del sustrato provocando un aclaramiento del bosquete. Son además muy sensibles al 'sobrepastoreo' por parte de los erizos consecuencia de la sobrepesca de los principales depredadores de estos organismos.

Finalmente, las especies alóctonas invasoras, provenientes de otras áreas, constituyen una importante amenaza de cara a la conservación de estos ecosistemas, siendo consideradas como la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el medio marino.

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