Vuelta a la vorágine de la cuaresma
Entre bambalinas
La presentación del cartel de la Semana Santa de Málaga es el evento que pone en marcha la maquinaria cofrade al completo
Fernando Prini: "El cartel de la Semana Santa de Málaga es un enorme orgullo y responsabilidad"
El cartel de la Semana Santa de Málaga es el evento que pone en marcha la maquina cofrade al completo. La cuenta atrás hasta llegar al punto de partida, los toques de campana del Señor de la Pollinica en calle Parras.
La presentación del cartel representa la ilusión, el trabajo y la esperanza de los cofrades reunidos en torno a una obra de arte a la que todos representa. Con el paso de los años la presentación se ha convertido en un acto tedioso, exponencialmente protocolario y político para los asistentes, pero que manifiesta a la perfección el encanto de representar la Semana Mayor.
Con el cartel presentado y ya expuesto en los rincones de la ciudad, el sentimiento cofrade produce un vuelco y florece con olor a incienso y azahar.
Las albacerias, el punto 0 de todas las cofradías, se empiezan a empapelar de carteles para tener un poco más presente la inminente llegada de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Todas las cofradías quieren su cartel anunciador, ya sea de la calidad que sea, pero que esté. Hace algunos años las cofradías optaron por la decisión de suprimir los carteles con fotografías por pinturas. Decisión que parece que denota una mayor calidad, aunque no siempre es así.
La vorágines de actos, conciertos y repartos se ponen en marcha. La parafernalia que rodea a la cuaresma es latente. El protocolo toma la riendas y hace buena distinción entre el público. Personalidades, políticos y familiares primero, los hermanos los últimos, siempre que quede sitio.
En cada cuaresma hay al menos un día especial para cada cofrade, un día que se espera todo el año y ayuda a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua. Permítanme que les haga referencia a la presentación del cartel de la Juventud de la Piedad, el pregón de la Humildad o el pregón de la Juventud de Crucifixión.
Actos que simbolizan el nuevo aire que las cofradías deben respirar, donde reina simplemente la ilusión de pregonar las ideas de una juventud preparada y con ganas. El envoltorio de afuera es secundario. La disposición de los asistentes, los bancos reservados y el posterior convite son solo formas de adornar un día que siempre queda en el recuerdo de los más jóvenes.
Terminando la cuaresma, se avecinan los traslados de los Sagrados Titulares desde sus parroquias hasta las casas de hermandad. Dejamos atrás la pompa de alarde de los actos de cuaresma, para convertir los traslados en procesiones al uso.
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