La cala secreta que todos buscan en Málaga: "Cautiva por su estado casi virgen"
La Cala del Barranco de Maro, cerca de Nerja, es de difícil acceso pero merece la pena la recompensa
La impresionante cascada secreta de Málaga a lo que solo se puede llegar por este sendero o por las playas de Nerja
Apenas 20 metros de longitud bastan para que la Cala del Barranco de Maro se convierta en uno de los enclaves costeros más singulares y menos conocidos de toda la provincia de Málaga. Este pequeño arenal, ubicado a tan solo dos kilómetros y medio de Nerja, se esconde entre los acantilados del paraje natural de Maro-Cerro Gordo, un entorno de alto valor ecológico y paisajístico que cautiva por su estado casi virgen y su belleza abrupta. Pese a su reducido tamaño, la cala destaca por su singularidad y aislamiento. Su difícil acceso y el entorno que la rodea, compuesto por cañaveras, barrancos y cultivos subtropicales, hacen de ella un auténtico secreto a resguardo del turismo masivo, un oasis natural donde el paisaje y el mar se funden en una armonía apenas alterada por la presencia humana.
El entorno natural en el que se sitúa la Cala del Barranco de Maro forma parte del Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, un espacio protegido que abarca un tramo del litoral entre Málaga y Granada. Esta franja costera se caracteriza por su orografía abrupta, formada por acantilados de gran altura, pequeñas calas y playas recónditas, muchas de ellas solo accesibles a pie o por mar.
La Cala del Barranco de Maro se encuentra justo en la desembocadura del barranco que le da nombre, rodeada por paredes rocosas que protegen el arenal del viento y le confieren un carácter íntimo y reservado. En este punto, la arena se mezcla con pequeños guijarros de distintos tonos de gris, creando un contraste visual con las aguas del Mediterráneo, que presentan una amplia gama cromática, del azul intenso al turquesa cristalino.
El acceso a la Cala del Barranco de Maro no es sencillo, lo que contribuye a mantenerla poco frecuentada durante buena parte del año. Para llegar hasta ella, es necesario tomar la antigua carretera nacional N-340 en dirección Nerja-Almería, y detenerse en el kilómetro 294. Antes de alcanzar la rotonda, existe un desvío a la derecha, seguido de un giro a la izquierda que conduce a un pequeño puente, punto en el que comienza el recorrido a pie.
Desde ahí, se inicia un sendero visible que discurre entre cañaverales. Tras varios minutos de caminata, una pequeña edificación anuncia la proximidad del mar y de la cala. Aunque algunos vehículos todoterreno pueden continuar parte del trayecto, la mayor parte del camino requiere hacerlo a pie. Esta dificultad natural en el acceso ayuda a preservar la cala del turismo de masas, convirtiéndola en una de las más tranquilas del litoral malagueño.
Una vez en el arenal, se observa un fondo marino rocoso y aguas limpias, ideales para quienes buscan lugares de interés natural lejos del bullicio. La entrada al mar es pronunciada y, debido a la presencia de rocas de diversos tamaños, se recomienda precaución al caminar por la orilla. En este entorno, los escarpines resultan un complemento habitual para moverse con mayor seguridad.
La cala no se encuentra aislada únicamente por su acceso. Su ubicación entre terrenos agrícolas, principalmente dedicados a cultivos subtropicales, y una vegetación densa de cañaveras, le otorgan una sensación de lugar detenido en el tiempo. Esta combinación entre paisaje agrario tradicional, formaciones geológicas singulares y aguas mediterráneas de gran calidad ambiental refuerzan la identidad de este rincón como un espacio auténtico y singular.
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