La farola

Este es uno de los paraísos de Málaga en verano

Vistas desde uno de los miradores de los acantilados de Maro.

Vistas desde uno de los miradores de los acantilados de Maro. / malaga.es

Málaga tiene muchos rincones increíbles por toda la provincia. En verano, su extensa costa ofrece un sinfín de opciones para pasar una jornada junto al mar, muchas playas únicas y diferentes en las que disfrutar de la arena y la sal. Pero sin lugar a dudas, uno de los paraísos más increíbles que podemos encontrar en Málaga son los acantilados de Maro-Cerro Gordo, un templo de la naturaleza más salvaje, ajeno al bullicio y ejemplo de tranquilidad.

La habitual estampa veraniega de playas abarrotadas y chiringuitos repletos hasta la bandera no existe en este complejo de acantilados que regala la Axarquía, no muy lejos de la capital. Las bondades que ofrece Maro, una pequeña localidad perteneciente a Nerja, son excepcionales para echar una jornada única y reconfortante en un espacio natural que algunos consideran el paraíso de la costa oriental de Málaga, un paisaje abrupto donde reinan las pequeñas calas, salvajes y repletas de vitalidad que gracias a la dificultad para acceder a algunas de ellas.

Acantilados y calas que regalan aguas cristalinas que se reflejan con el sol, ¿qué hay mejor? El lugar es también uno de los grandes focos de Málaga donde la fauna marina es de una riqueza inigualable y que gracias a las condiciones del lugar es uno de los puntos donde el submarinismo es un disfrute sin comparación. Bucear y encontrar diferentes tipos de peces es algo prácticamente habitual.

Los acantilados son también ideales porque son una cornisa natural para contemplar grandes paisajes, un espectáculo de la naturaleza que, en los días claros, permite asomarse a sus miradores para contemplar la costa de África y disfrutar con las impresionantes vistas que ofrece. Por ejemplo, un buen punto de inicio puede ser el Balcón de Maro, que se encuentra en la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas. Desde éste se puede observar la vega mareña y la Torre vigía de Maro que tiene una gran historia detrás, es una las cuatro que fueron construidas para defender esta costa de los piratas.Para llegar a está se debe poner dirección a Almuñécar por la N-340 y poner rumbo a la Torre de la Marquesa o Torre de Maro, aparcar y seguir el camino a pie para contemplar este espectáculo visual.

Una de las calas de Maro. Una de las calas de Maro.

Una de las calas de Maro. / malaga.es

Si se sigue por esta carretera en la misma dirección ya se puede contemplar cómo la Sierra Almijara comienzan a entrar en el mar y construye a cincel los impresionantes acantilados y las preciosas calas que dan forma a todo el complejo de Maro-Cerro Gordo, continua habiendo más miradores para parar y asomarse y contemplar diferentes perspectivas o formas de encontrar el camino a esa cala minúscula a la que es imposible acceder con el coche. Son muchas las calas a las que puedes acudir, de hecho ya hablamos de algunas de las calas más escondidas de Málaga y evidentemente esta zona es protagonista.

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