Este pueblo de Málaga es único: habitan los últimos ermitaños y tiene su propio 'Cristo Redentor'
Pizarra, un viaje por la historia, la fe y la naturaleza en pleno Valle del Guadalhorce
Del santuario rupestre a la monumental escultura de El Santo, un patrimonio singular en Málaga
Una ruta fácil y sencilla en Málaga con una recompensa en forma de vistas increíbles
En pleno Valle del Guadalhorce, a apenas 30 kilómetros de la capital malagueña, se encuentra Pizarra, un municipio que destaca tanto por su riqueza histórica como por sus singulares paisajes. Este enclave ha estado habitado desde tiempos ancestrales, como demuestran los restos de la Edad del Bronce hallados en la necrópolis de cistas de Castillejos de Luna, declarada Bien de Interés Cultural. También conserva vestigios de época romana, como la cisterna conocida como el Bañadero de la Reina o el friso marmóreo de la Vega de Santa María.
El actual núcleo urbano hunde sus raíces en el año 1495, cuando los Reyes Católicos donaron estas tierras a Diego Romero, uno de los caballeros que participaron en la conquista del Reino de Granada. A partir de entonces, se levantaron la iglesia de San Pedro y la casa solariega del fundador, en torno a las cuales fue creciendo el caserío. Pizarra alcanzó la categoría de municipio en 1847 y entró en la modernidad con la llegada del ferrocarril una década más tarde.
Monumentos singulares en Pizarra
Entre los monumentos más representativos de la localidad se encuentra la iglesia de San Pedro, levantada en el siglo XVII. Su interior conserva retablos, tallas y lienzos de distintas épocas, además de una pila bautismal de su etapa fundacional.
Otro edificio destacado es el palacio de los Condes de Puerto Hermoso, una construcción del siglo XX inspirada en el estilo mudéjar que albergó la visita de Alfonso XIII y fue sede de la Conferencia de Pizarra, celebrada en 1922 tras el Desastre de Annual.
El patrimonio religioso se completa con el convento de las Hermanas de la Cruz, fundado por el V Conde de Puerto Hermoso, y con la ermita de la Fuensanta, uno de los grandes símbolos del municipio y el único templo de Málaga que aún está habitado por ermitaños.
La ermita de la Fuensanta: el refugio de los últimos ermitaños
Situada a las afueras del pueblo y parcialmente excavada en la roca, la ermita de la Fuensanta se construyó tras una supuesta aparición milagrosa de la Virgen. Antes de su edificación ya existía en este lugar una iglesia mozárabe rupestre datada en el siglo X. Según la tradición, en 1566 se halló aquí una hornacina con una imagen de la Virgen, hecho que dio origen al santuario.
Lo que hace de este lugar un enclave único es que hoy en día todavía está custodiado por ermitaños, los últimos de la provincia de Málaga. Ellos son los encargados de mostrar el interior a los visitantes y de preservar una tradición que ha sobrevivido al paso de los siglos.
El “Cristo Redentor” de la sierra de Gibralmora
Otro de los símbolos más reconocibles de Pizarra se encuentra en la sierra de Gibralmora. Allí se alza la monumental escultura del Sagrado Corazón de Jesús, conocida popularmente como El Santo. Su posición elevada recuerda, salvando las distancias, al icónico Cristo Redentor de Río de Janeiro, ya que domina todo el municipio y ofrece una panorámica espectacular del Valle del Guadalhorce.
Para llegar hasta esta imagen es necesario recorrer un sendero que asciende por la sierra, aunque también existen carriles de tierra aptos para bicicleta o vehículos todoterreno. La presencia de El Santo convierte este enclave en uno de los miradores más singulares del interior de Málaga.
Naturaleza y rutas en Pizarra
El municipio está atravesado por el río Guadalhorce, cuyas riberas se cubren de almendros, olivares y bosques de chopos y eucaliptos. La sierra de Gibralmora actúa como límite natural del casco urbano y ofrece un entorno perfecto para el senderismo, con especies de fauna protegida y vistas que abarcan todo el valle.
Otro de los espacios naturales de referencia es el parque de la Raja Ancha, punto de inicio de la llamada ruta Contrastes y Azahar, un recorrido en el que confluyen restos arqueológicos, vegetación aromática y paisajes de gran atractivo visual.
Fiestas y tradiciones
El calendario festivo de Pizarra está marcado por citas de gran arraigo popular. Una de las más singulares es la festividad de San Blas, en febrero, cuando los vecinos llevan sus roscas al convento para ser bendecidas y después acompañan al santo en romería hasta la sierra de Gibralmora.
La Semana Santa cuenta con un gran fervor local y en junio la noche de San Juan mantiene la tradición malagueña de la quema de los júas. Durante el verano, la feria en honor a la Virgen de la Fuensanta reúne tanto actividades religiosas como lúdicas y se celebra la particular “Rifa”, donde los devotos adquieren boletos para tener derecho a portar los varales del trono en procesión.
Gastronomía local
La cocina de Pizarra se nutre de los productos de la fértil vega del Guadalhorce. Entre sus recetas más características destacan la sopa aplastá, el bolo pizarreño elaborado con pan, tomate, atún, huevo y cebolleta, así como dulces tradicionales como los roscos de Cerralba o las empanadillas de batata.
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