Uno de los rincones singulares más increíbles de Málaga a través de esta ruta de senderismo

El Charco del Infierno, a los pies del embalse de Casasola, es un rincón mágico para descubrir en el mes de mayo

La provincia de Málaga gana cinco nuevas playas con Bandera Azul y alcanza las 45

El Charco del Infierno, desde arriba.
El Charco del Infierno, desde arriba.

Entre los muchos paisajes que esconde el interior de la provincia de Málaga, hay uno que sorprende por su belleza agreste y su atmósfera misteriosa: el Charco del Infierno, un enclave natural situado en el término municipal de Almogía y reconocido como 'rincón singular' por la Diputación Provincial. Formado por la cola del embalse de Casasola, este rincón ofrece una ruta corta pero repleta de alicientes naturales e históricos, ideal para conocer otra cara de Málaga lejos de la costa.

Antes de adentrarse en la naturaleza, el camino hacia el Charco del Infierno invita a hacer una parada en el pueblo de Almogía, cuyas colinas estratégicamente situadas lo convirtieron durante siglos en un enclave militar clave, especialmente en la Edad Media. Hoy, este relieve accidentado regala al visitante vistas panorámicas sobre la cuenca del río Campanillas y el embalse de Casasola, que ocupa una superficie de 112 hectáreas y almacena hasta 23,45 hectómetros cúbicos de agua.

Desde el núcleo urbano, el sendero que conduce hacia el Charco del Infierno discurre en paralelo al embalse, en dirección norte. Durante el trayecto, se puede divisar el puente de las Palomas, una estructura de origen romano que recuerda la huella histórica que ha dejado el paso de los siglos en esta región del interior malagueño.

El Charco del Infierno: naturaleza esculpida por el agua

La ruta culmina en el Charco del Infierno, una formación rocosa de gran valor geológico, donde la erosión provocada por el paso del agua ha generado pozancones, o pozas profundas en las que el agua queda estancada. El color oscuro de estas aguas, sumado a la estrechez del cañón y a la vegetación circundante, da lugar a un paisaje de aspecto casi mágico, diferente a otros entornos naturales de la provincia.

El Charco del Infierno.
El Charco del Infierno.

Al recorrer el sendero, de menos de tres kilómetros de longitud, el caminante se adentra en un terreno abrupto, donde se recomienda caminar con precaución por la presencia de pendientes pronunciadas y zonas de piedras sueltas. En el tramo final, tras una cuesta pedregosa, se alcanza una pequeña loma que permite una vista panorámica del Charco del Infierno y del embalse de Casasola, ofreciendo una de las estampas más singulares del paisaje malagueño de interior.

Biodiversidad y paisajes que sorprenden

El recorrido no solo destaca por su riqueza paisajística, sino también por la variedad de especies que se pueden observar. Es frecuente avistar aves como el roquero solitario o el avión roquero, que aprovechan las formaciones rocosas como refugio natural. La flora autóctona, adaptada al clima seco y a la altitud media de la zona, completa un ecosistema característico de esta parte de la comarca del Valle del Guadalhorce.

Powered by Wikiloc

Aunque la ruta tiene una dificultad baja y está al alcance de senderistas poco experimentados, es recomendable prestar atención a las condiciones del terreno y evitar zonas de descenso más complicadas, especialmente tras periodos de lluvias.

Patrimonio cercano y tradiciones gastronómicas

Al concluir la ruta, el entorno ofrece otras alternativas para quienes deseen seguir explorando. Muy cerca del Charco del Infierno se encuentran la ruta de la Ermita de las Tres Cruces o la ruta de Santi Petri, dos itinerarios que permiten ampliar la experiencia de senderismo en esta zona de Málaga.

Además, un recorrido por Almogía no estaría completo sin acercarse a su gastronomía tradicional. Platos como la chanfaina, elaborada con espárragos y patatas, reflejan la identidad culinaria de este municipio, donde aún perduran muchas de las recetas heredadas de la cocina popular andaluza.

stats