Un verano en Málaga como Federico García Lorca
"Málaga es maravillosa, y ahora lo digo dogmáticamente", escribía el poeta que animaba a Falla a unirse a las vacaciones familiares: "Manolo, debe venir. Es imprescindible"
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El ferrocarril como barrera del mar, un hotel con vistas y la Málaga del primer cuarto del siglo XX. Hoy en día, una placa en un edificio oficial recuerda los veranos de la familia García Lorca en Málaga. Es la Subdelegación del Gobierno, cerca del paseo marítimo en la parte Este de la capital malacitana. Un edificio con bastante historia que hasta 1925 se conoció como el hotel Hernán Cortés y que entre el 1918 y el 1924 recibió a la familia granadina de vacaciones. Los veraneos malagueños de García Lorca se recordaron gracias a que las cartas y postales que el poeta envió al músico Manuel de Falla invitándole a que se uniera a la familia y contándole las bondades e imágenes que se encontraba en la ciudad malagueña. La Fundación Manuel de Falla recuperó las epístolas y hace algunos años se conmemoró parte del pasado del edificio con una placa en su fachada.
Pero las vacaciones y las animosas descripciones de la ciudad durante sus estancias (algunas de ellas en el mes de septiembre) no eran la única relación del poeta con la ciudad. Ian Gibson relató en el acto de recuerdo que uno de los tíos del poeta había tocado la bandurria en el Café de Chinitas y otro de ellos se había casado en el Hospital Noble con una malagueña. Estos familiares tenían relación con el poeta y la familia se veía algo vinculada a Málaga. Pero son las dos cartas que se conservan en la Fundación Manuel de Falla las que ayudan a hacerse a la idea de las vacaciones familiares. En la postal, tanto Federico como su hermano animan al músico a que venga, le preguntan cuándo llegará el telegrama que anuncie su llegada a la capital malacitana y Federico le anima con expresiones como "Al agua patos". La fotografía de la postal es una vista desde el hotel Hernán Cortés en sentido al centro de Málaga donde se distingue el faro de la ciudad y el ferrocarril que cruzaba la zona Este de la ciudad. "Manolo, debe venir. Es imprescindible", concluye la postal el poeta.
En el archivo de la Fundación Manuel de Falla también conserva una cara escrita en un folio con membrete del propio hotel en el que García Lorca se extiende algo más en sus descripciones y ánimos al músico para que se uniese a la estancia vacacional. Antes del cuerpo de la misiva, Federico arranca con un breve verso alegre: "¡Viva Málaga señores!,/ Viva el puente de Tetuán / el huerto de los claveles / y el barrio de La Trinidad". "Málaga es maravillosa, y ahora ya lo digo dogmáticamente. Para ser un buen andaluz hay que creer en esta ciudad que se estiliza y desaparece ante el mar divino de nuestra sangre y nuestra música. ¡Es imprescindible que venga V.!", arranca la carta. Después, en tono amistoso y efusivo le cuenta cómo han ido de paseo en automóvil hasta Fuengirola, "¡Qué evocación de bandoleros y contrabandistas!", apunta y luego describe con agrado las casas blancas, las plantas y algunos rincones de los pueblos y la capital junto con pasajes de su estancia en Málaga en la playa de La Caleta, justo frente al edificio del Hernán Cortés. Veranos de mar y Málaga para los García Lorca en un entorno que hoy en día ha cambiado bastante. Aunque los atardeceres siguen viéndose con expectación y público desde esa parte de la capital malagueña.
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