Málaga

300 euros por un arma en La Palmilla

  • Los costes han bajado casi a la mitad en los últimos años l Destacan la facilidad para reactivar las anuladas

Una de las armas y varias balas intervenidas en La Palmilla en una de las últimas operaciones.

Una de las armas y varias balas intervenidas en La Palmilla en una de las últimas operaciones. / Policía Nacional

“La crisis ha hecho que más gente se busque la vida con el trapicheo y es muy fácil conseguir un arma desde 400 euros”, explican fuentes policiales. Incluso por 300 –añade un vecino– la mitad, asegura, de lo que se pagaba hace solo unos años. La proliferación de armas de fuego en la barriada de La Palmilla, que ha sido testigo de tres incidentes con disparos en el último mes, evidencia la facilidad para acceder a ellas y para reactivar, resaltan, aquellas que han sido anuladas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.

La Policía Nacional ha tomado la barriada en distintas ocasiones para tratar de poner freno a conflictos históricos entre bandas rivales y que ahora también protagonizan vecinos dispuestos a ajustar sus cuentas –por celos o pura diversión, según los propios residentes– exhibiendo  una pistola que el mercado negro les ha ofrecido a un precio irrisorio. Los investigadores han llegado a intervenir en el marco de distintas operaciones desde machetes y katanas hasta escopetas de aire comprimido, que son las más económicas junto a las de fogueo, pese al daño que pueden ocasionar si se manipulan.

Se trata de un “mundo cerrado que no admite mucha competencia”, reconocen agentes conocedores de este tipo de delincuencia.El año 2019 arrancó con dos tiroteos que no dejaron víctimas. Y ello pese a que en uno de los casos se llegó a utilizar un arma largas –un subfusil–. La Policía recogió medio centenar de casquillos en la barriada y comprobó cómo un proyectil disparado impactó en la vivienda de una vecina en Fuente Olletas, a un kilómetro de distancia.

“Es un mundo cerrado que no admite mucha competencia”, explican fuentes policiales

Tras los episodios registrados en Nochevieja y Año Nuevo, ambos en el mismo escenario –en pleno centro de La Palmilla– comenzó a circular a través de las redes sociales un vídeo que reflejaba cómo un vecino empuñaba un arma en plena vía pública. Las imágenes captaron el momento en el que una persona le gritaba que “no tenía balas”. Fue entonces como el individuo se deshacía de la pistola, que  abandonó en la ventana de una planta baja a través de las rejas.

La actuación policial se saldó con la detención de dos personas, por un delito de tenencia ilícita de armas y otro de desórdenes públicos. El sábado pasado, poco antes de las 7 de la mañana, otra vecina se veía sorprendida por cuatro proyectiles que habían impactado en su vivienda. “Un disparo lo frenó la televisión”, relataba al día siguiente a este periódico Conchi, la propietaria del inmueble, todavía asustada. “No le di importancia porque pensaba que había sido una piedra, pero ahora ya sí tengo más miedo”, expresó la mujer. Por el momento, no se han producido detenciones.

Fuentes policiales consultadas reconocieron que el número de efectivos destinados en la zona norte resulta insuficiente para reconducir la situación. Son unos 50 –y divididos en tres turnos– los policías locales que están a pie de calle, la mitad prácticamente que antes de que estallara la crisis. “Haría falta más presencia policial, patrullaje y controles”, recalcan los agentes consultados.

En el caso de la Policía Nacional, la situación es muy similar. “No hay policías uniformados del Cuerpo Nacional de Policía en la calle. Si uno se para en cualquier punto de Málaga una hora, lo normal es que acabe viendo pasar a la Policía Local. Lo de Policía Nacional es un milagro y más en los barrios más desfavorecidos”, recalcan fuentes policiales. Los agentes se ven desbordados por la investigación de incidentes que a veces asumen los distritos, los mismos que se encargan de esclarecer hurtos, robos con fuerza, sustracciones de vehículos y estafas.

Pese a las dificultades, en diciembre fue desarticulado, con 16 detenidos, uno de los clanes de narcotraficantes más activos de La Palmilla. La operación Rávena permitió desmantelar un clan familiar dedicado al tráfico de drogas. Tres de los supuestos implicados fueron arrestados en Barcelona. El grupo está acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y blanqueo de capitales.La investigación patrimonial llevó consigo el embargo preventivo de 16 viviendas relacionadas con el grupo criminal y cuyo valor catastral ascendía a casi 2 millones de euros.

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