Agencia anti rumor busca espía
convivencia | proyecto para desactivar falsas creencias
Andalucía Acoge se alía con 17 entidades en el proyecto Stop Rumores para desmontar los cinco grandes bulos que empañan la convivencia con los inmigrantes
Cinco grandes rumores cuelgan como un sambenito de la espalda de los inmigrantes. Puntualmente crecen alimentados por el desconocimiento y la mala intención. Los cinco grandes bulos son: los extranjeros saturan los servicios sanitarios, reciben más ayudas públicas, son demasiados, quitan el trabajo a los españoles y, finalmente, los chinos no pagan impuestos.
La organización no gubernamental Andalucía Acoge lidera el proyecto Stop Rumores, puesto en marcha junto a otras 17 entidades y al que se acaban de enganchar otras ocho más, para desmontar los rumores en torno a la inmigración, levantar muros en sus vías de expansión y, en definitiva, "hacer ciudadanía buscando lo que nos une más que los que nos diferencia", concluye Ángel Madero, coordinador de la campaña.
La particularidad del programa reside en que no ataca exclusivamente la falsedad sobre la que se construyen los bulos , sino que pretende abrir cortafuegos en el resbaladizo terreno de las emociones. "Desmontar una falsedad es fácil, sólo necesitas el dato objetivo. Lo difícil es romper su arraigo emocional", explica.
Esta es la razón por la que el proyecto está organizado en dos partes: una para desarmar la mentira que encierra el bulo y otra para formar agentes que contribuyan a desactivar los rumores. "No queremos hacer un proyecto, terminarlo y olvidarnos. Queremos crear algo que dure en el tiempo, que sea mucho más eficaz", puntualiza Ángel Madero.
La primera parte del proyecto comprende tanto datos objetivos como testimonios de profesionales y autoridades para demostar cuál es la realidad frente a cada uno de los rumores. Esta estrategia se articula a través de la webwww.stoprumores.com y las redes sociales:
El 57% de los españoles ha ido en el último año a su médico de cabecera, pero solo lo han usado 12 de cada cien extranjeros. Algo más de la mitad de los españoles padece enfermedades crónicas, frente al 27% de los extranjeros. Además, el coste farmacéutico medio de un español asciende a 374 euros al año, frente a los 73 euros del inmigrante, de acuerdo con los datos oficiales que se exponen en www.stoprumores.com. En resumen, es mentira que saturen los servicios sanitarios.
Tampoco es verdad. De cada 100 usuarios de servicios sociales públicos, 83 son españoles, 13 extranjeros y tres de la Unión Europea. La proporción en Andalucía es significativamente inferior con solo seis extranjeros por cada 100 receptores.
Los datos relativos al sector de la sanidad y los servicios sociales extraídos de fuentes oficiales son contrastados por profesionales como el médico de familia del centro de salud de El Perchel Jesús Sepúlveda que aporta no solo su experiencia profesional, sino su opinión cualitativa sobre el efecto incluso económico que tiene dejar sin atención médica a parte de la población.
Esta leyenda urbana ha crecido en los últimos años previsiblemente espoleada por el hecho de que mientras el país se hundía en una grave crisis, la comunidad china seguía abriendo comercios como si fuese invulnerable. El hecho es que los chinos son emprendedores. De los 90.262 dados de alta en la Seguridad Social, 43.988 no son asalariados, sino empleados por cuenta propia. Y por supuesto que pagan impuestos. Tantos como cualquiera. Así lo subraya además en un vídeo colgado en www.stoprumores.com Manuel García, técnico de Hacienda.
Además, si los chinos abren todos los días sus tiendas y desde la mañana a la noche no es porque gocen de ningún estatus especial, sino porque cualquier negocio puede abrir 90 horas a la semana y 10 festivos al año. Es más, los locales de menos de 300 metros gozan de libertad horaria.
El mensaje de que hay demasiados extranjeros ha calado hasta el punto de que la percepción multiplica por cuatro la realidad. Es decir, en españa hay 2,6 millones de inmigrantes que equivale al 5,7% de la población. Sin embargo el porcentaje percibido por los ciudadanos se eleva a 21,5%.
La crisis, por otra parte, ha jugado en contra de la inmigración. En estos años han abandonado España más de 750.000 ciudadanos extracomunitarios. Desde 2010 España registra más emigrantes que inmigrantes.
Por otra parte, el trabajo de documentación realizado por Andalucía Acoge también frena la falsa creencia de que los extranjeros no quieren integrarse en la sociedad de acogida. La prueba más palmaria reside en que solo el año pasado se celebraron en España 23.300 matrimonios mixtos, frente a 5.157 en los que ambos cónyuges eran extranjeros.
La inmigración como sinónimo de avalancha y la recurrente imagen de cayucos y pateras en las playas han sido el caldo de cultivo en el que se ha forjado uno de los estereotipos más arraigado en la opinión pública. Sin embargo, solo el 1% de los inmigrantes llega a través de estas embarcaciones. Lo habitual es que lo hagan en avión (62,7%).
El 90% de la población activa es de origen español y únicamente el 6,6% procede de un país de fuera de la Unión Europea. Los trabajadores extranjeros, por tanto, son minoría. Junto a la evidencia del peso de los datos que proporciona la Encuesta de Población Activa (EPA), figura el hecho constatado de que los inmigrantes sufren más discriminación salarial y laboral. Sus posibilidades de hallar un empleo siempre son inferiores. Incluso los títulos y estudios realizados en sus países de origen no siempre son reconocidos en España. Lo más frecuente es que encuentren empleos precarios, en condiciones laborales malas y en sectores inestables. A estos problemas de partida se suma la falta de apoyo familiar en el país, de ahí que también sufran más la crisis.
El análisis del impacto de la inmigración en el mercado de trabajo subraya cómo los extranjeros mejoran la tasa de actividad, aportan movilidad geográfica en un mapa laboral tan estático como el español e, incluso, han contribuido de forma notoria a la conciliación laboral desde el momento en que el empleo doméstico, el cuidado de niños y la atención de mayores se han convertido en fuentes de empleo para este colectivo. Ni que decir tiene que, además, pagan impuestos, cotizan a la Seguridad Social y, en definitiva, contribuyen a mejorar el PIB.
En este caso, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga Antonio Roldán es quien analiza desde la perspectiva académica cómo ha ganado el mercado laboral con la llegada de la inmigración. Los promotores de Stop Rumores bucean en estudios y estadísticas oficiales para mostrar el reverso objetivo que oculta cada uno de los bulos. Sin embargo, esta es, como dice Ángel Madero, "la parte fácil". Lo importante, y también lo complejo, es extraer esa percepción del terreno de lo emocional.
Para acometer esa función se ha creado la agencia antirumor que se encarga de captar y formar a sus propios agentes, así como de proporcionarles las herramientas que necesitan para desactivar los rumores.
En primer lugar, la agencia dispone de un manual que desgrana las estrategias básicas para convertirse en un agente antirumores eficaz:
El manual del agente antirumores recomienda huir del sermón. Subraya que es mucho más eficaz generar la duda en el interlocutor, de modo que llegue a cuestionarse sus creencias sin sentirse acusado. Es conveniente elegir el momento y el entorno adecuado para entablar una conversación, durante la que hay que mostrar respeto y disposición para escuchar los argumentos de la otra persona.
Advierte que no se trata de confrontar, más aún cuando los rumores están vinculados a las preocupaciones y los miedos. Es importante, por tanto, entender y reconocer las inquietudes del interlocutor porque el objetivo no es que se sienta atacado, sino que le surjan dudas y sienta el interés de buscar información y contrastar sus creencias.
También aconseja exponer argumentos cortos y claros, con un lenguaje cercano, utilizando ejemplos familiares y, en todo momento, manteniendo la calma. Sin aspavientos.
De acuerdo con el manual del buen agente antirumor que propone el proyecto, el lenguaje corporal tiene que ser abierto y dialongante, sin escatimar el contacto visual ni la sonrisa hacia el interlocutor. En todo caso hay que evitar la ironía.
El manual anima a reforzar la idea de que cada persona tiene unas circunstancias y unas realidades personales únicas, de modo que no se puede presuponer el comportamiento de nadie por su origen.
Los sueños son sueños. Da igual el país, la cultura, la religión, el color o el idioma. Las inquietudes, expectativas y preocupaciones del ser humano "son muchas y hablan diferentes idiomas", recogen los promotores de Stop Rumores. "La cultura no siempre es un factor diferencial".
La agencia está abierta a entidades y particulares. Cualquiera puede ser un agente antirumor. Solo tiene que rellenar un formulario en la web del proyecto para formar parte de la red. A partir de ahí su responsabilidad consistirá en detectar rumores y trasladarlos a la agencia, apoyar el proyecto, difundir los materiales y colaborar en el desmentido de los rumores.
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