El Alameda pasa 14 días con el eterno seductor

TEATRO ALAMEDA

Así pasen cien años que Arturo Fernández seguirá siendo ese gran seductor al que se rinden los teatros desde hace 60 años. Ahora el Alameda tiene el privilegio de alojarlo durante 14 días en calidad de director, productor y, sobre todo, actor. Desde mañana y hasta el 14 de febrero escenifica La montaña rusa, una comedia firmada por Eric Assous que fue todo un éxito en Francia donde el protagonista era, otro grande, Alain Delon. "Pero no me gustó cuando lo vi. Él es dramático, yo me identifico más con Belmondo, procuro darle otro sentido", explica.

Dos años ha tardado Arturo Fernández en llevar este "brillante" texto a escena con su propia productora. Antes de decidirse prefirió acometer Desconcierto (que también pasó por el Alameda) junto a Juncal Rivero .

Ahora, "por primera vez", se ha dejado seducir por Carmen del Valle, una actriz cuyo trabajo desconocía pero que, a los pocos minutos de compartir tablas con ella supo que era "la mejor actriz joven que existe", asegura Fernández. No en vano Del Valle atesora un premio Max por su papel en La Celestina junto a Nuria Espert. Después de permanecer nueve meses en el Teatro Marquina de Madrid, cuatro meses y medio en Barcelona y dos meses en Valencia, La montaña rusa recala en Málaga como "probablemente la mejor comedia" que ha caído en manos de Arturo Fernández, según asegura él mismo. Del mismo autor que escribiese Los puentes de Madison, la pieza teatral "juega constantemente con el espectador", de forma que cada diez minutos hay un sobresalto", relata su protagonista.

La trama describe el cambio repentino que experimenta un hombre maduro, empresario de éxito, con una vida familiar estable. Sus esquemas se desmoronan cuando entra en acción Lola, una joven atractiva, simpática y dispuesta a una aventura sin complicaciones. Aunque nada es lo que parece. "Es una comedia llena de estética y glamour. Realista, divertida pero que deja caer una lágrima", reconoce Fernández.

Al eterno seductor no se le acaban los elogios para hablar de una obra con la que público y crítica parecen haber coincidido al aseverar que es su mejor interpretación. "Y, si es así, sin duda se lo debo a la réplica de Carmen del Valle. Hay entre nosotros una química muy grande", confiesa. Acostumbrado a la interpretación, para Fernández, la faceta de director no le supone un esfuerzo mayor. "No le doy importancia. Si la comedia es buena se dirige sola", sostiene.

A solas en el escenario, actor y actriz se encargarán durante dos semanas de contagiar al público malagueño del entusiasmo que desprenden sus personajes. "Nadie se divierte más que nosotros mismos", insiste Fernández.