Aprender a vivir en un pueblo vacío
El IES Reyes Católicos de Vélez ayuda a la recuperación de aldeas abandonadas · 15 días para convivir con la naturaleza
Tres pueblos desiertos, 75 estudiantes, 15 días y muchas ganas de aprender trabajando. Los alumnos del IES Reyes Católicos de Vélez-Málaga llevan desde 2007 participando en el programa de cooperación territorial Recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados. La convocatoria, que parte desde el Ministerio de Educación, pretende que estudiantes de entre 13 y 18 años aprendan a organizarse y a convivir en sintonía con la naturaleza, dejando a un lado la tecnología actual y aprendiendo los oficios y labores que hacían sus abuelos para subsistir.
"Lo conocimos porque una compañera ya lo había realizado desde Casablanca y nos comentó que es una experiencia muy formativa para los jóvenes", explica Celeste Martín, vicedirectora del centro que ya ha llevado a estudiantes de Secundaria y Bachillerato a Granadilla, en Cáceres, y Umbralejo, en Guadalajara. En estos lugares -también acuden a la localidad de Búbal en Huesca- la labor principal de los escolares, que se unen a grupos de otros institutos españoles, es desempeñar tareas de reconstrucción y mantenimiento.
Pero no sólo pintan paredes, reparan calles y adoquinado. También realizan talleres, aprenden cestería, trabajan el cuero, hacen un programa de radio, aprenden a manejar telares, colaboran en la alfarería, ayudan en la cocina y cuidan al ganado, entre otras ocupaciones. Durante dos semanas se alojan en el pueblo, lo hacen suyo y dejan su huella embelleciéndolo. "Se aprende a usar los recursos naturales y a respetar nuestro entorno, se prescinde de casi toda la tecnología actual, no hay televisión, se recomienda no usar los móviles y la propia energía eléctrica procede de generadores", dice Celeste Martín, que vivió una grata experiencia en Granadilla.
Tampoco hay tiendas para los adolescentes, ni salas de juego, ni cine. El ocio vuelve a estar sujeto a la imaginación. "Tienen un bar que regentan ellos mismos en las horas lúdicas", añade la vicedirectora del centro. Juegos de mesa, charlas y otras actividades propuestas por un monitor son suficientes para que estos chavales se lo pasen bien después de un día de trabajo. Pero también dejan tiempo para preparar con los profesores las memorias del proyecto que hay que presentar al ministerio al terminar el programa. Se habla de geografía, orografía, historia, arte de la comarca, botánica, fauna y biología.
Al llegar al pueblo, los estudiantes se reúnen en pleno y sale elegida la corporación que gobernará el pueblo durante su estancia. A la cabeza el alcalde o alcaldesa. Además de la comunicación entre los escolares y la convivencia, por encima de todo hay algo muy importante, según consideran desde el IES Reyes Católicos. "Aprenden que para vivir bien se puede prescindir de muchas cosas, que la naturaleza y nuestro trabajo nos proporciona todo lo que necesitamos y, además, nos hace felices".
Alumnos de 2º de Bachillerato del centro volverán a Umbralejo en octubre.
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