José Francisco Gómez Heredia, el primer titulado universitario de Los Asperones
Graduado en Educación Social, supone un punto de inflexión para los demás estudiantes de un barrio en exclusión
"La mejor manera de decir que soy gitano es ponerse a estudiar y trazarte un objetivo", afirma
Los Asperones: 35 años
Málaga/José Francisco Gómez Heredia ha hecho historia como el primer estudiante de Los Asperones en obtener el título universitario de la Universidad de Málaga (UMA). Es graduado en Educación Social. En un emotivo homenaje, en el Colegio María de la O también se ha festejado la finalización de la Secundaria de varias personas del barrio en el día del pueblo gitano andaluz.
José es "el primer" universitario de una zona de exclusión social que cumple 35 años. Espera recibir esta noticia como un punto de inflexión para los demás niños. Asímismo es "el primero" en tener un título académico de su familia. Hijo de unos padres orgullosos, con los que siempre ha tenido una relación especial y un referente para su hermana, sus "dos ojos". "Mis padres siempre me han enfocado en que estudie, cuando fue la graduación en julio estaban más contentos que yo", expresa Gómez.
Visiblemente emocionado, parado y vitoreado como una estrella, esa que literalmente se divisa en el mural de la plaza que rodea el centro escolar, José recibía el calor de allegados como vecinos en forma de abrazos y palabras de felicitación. El que es un orgullo para los residentes de Los Asperones, no ha dejado de ser Bruce Lee, el apodo por el que le conocían cuando era pequeño. Tras pasar el grado de Infantil y Primaria en este colegio, pasó sus años de secundaria en Luis Braille, Sagrados Corazones y el Politécnico. Aunque quisiera originalmente estudiar historia y filosofía, acabó realizando un módulo FP de animación socio-cultural y turística.
Dentro de esta rama, José se dio cuenta que lo que más disfrutaba era lo social. "Fue como la película La Llamada", asocia con humor Gómez. "Me gusta mucho mi trabajo, con gente de barrio que hasta el final no tienen acceso a ciertas cosas". Esa misma educación de calle que según el reciente graduado universitario se está perdiendo debido a la pandemia. "Me gusta esa parte porque es donde yo puedo ayudar como educador", detalla Gómez. "Me gusta estar en los centros de menores, trabajar con la familia o personas mayores, es un ámbito poco trabajado".
El estudiante califica su andadura universitaria como un proceso difícil, pero que ha disfrutado mucho y que ya empieza a echar de menos. "En la carrera he hecho amistades. Me ha gustado el ambiente de hacer debates en la cafetería mientras te tomabas una coca-cola o una cerveza", explica Gómez. Todavía sin hacerse el cuerpo de haber terminado, José no sabe responder a cuál será su siguiente paso, aunque tiene varios objetivos en mente. "Sacarme el inglés que me cuesta mucho trabajo, sacarme un máster o dos, o irme a otro sitio, como al País Vasco, probar algo diferente".
Ante la situación estratificada y precaria de un barrio que no parece levantar cabeza a medio plazo, Gómez señala que el prejuicio a que un gitano lleve a cabo sus estudios viene por una construcción social de ellos mismos. "Yo creo que nuestra cultura gitana se ha unido mucho históricamente a la cultura de los marginales", afirma. "Parece que ser gitano y estudiar es incompatible".
En el acto donde han estado presentes tanto profesores como alumnos, el joven estudiante ha lanzado un mensaje de lucha, animando a los niños a rebelarse y cambiar la imagen de los gitanos. "La mejor manera de hacerlo es ir al colegio, estudiando", explica Gómez. "Aquí hay mucha gente que vale muchísimo, que están buscando chatarra o están en casa. La mejor manera de decir que soy gitano es ponerse a estudiar y ponerte un objetivo".
El rector de la Universidad de Málaga, José Ángel Narváez, también ha tenido unas palabras para felicitar al titulado y ha recordado el esfuerzo del centro en integrar a más personas gitanas en los pasillos universitarios: "Tenemos que trabajar esforzarnos por ser mejore demostrar que los gitanos valen mucho, explica Narváez. "Nos interesan que estén en la universidad para ser mejores".
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