Antonio Ferre | Presidente Federación Andaluza Diversidad LGTBI

"Ayudaría mucho que hubiera futbolistas declarados abiertamente gais"

  • Cree que gestos como el del portero alemán Neuer y su brazalete con los colores del arcoíris son positivos porque “crean un precedente”

Antonio Ferre, presidente de la Federación Andaluza Diversidad LGTBI, habla sobre la homofobia en el fútbol

Antonio Ferre, presidente de la Federación Andaluza Diversidad LGTBI, habla sobre la homofobia en el fútbol

El portero de la selección alemana, Manuel Neuer, ha centrado toda la atención por su brazalete con la bandera de orgullo que lució en la Eurocopa. Unos colores que no pudieron verse en el estadio en el que se jugó anoche el partido entre Alemania-Hungría. ¿El motivo? “Somos políticamente neutro”, comunicó ayer la UEFA. Para Antonio Ferre, presidente de la Federación Andaluza Diversidad LGTBI, una “decisión poco valiente”.

–La UEFA ha rechazado la propuesta de iluminar el estadio en el que se va a jugar el partido con los colores del arcoíris. ¿Qué le parece?

–No nos sorprende para nada porque, pese a luchar contra la discriminación a nivel protocolario, toma decisiones poco valientes. Existen muchos guiños en el fútbol, como el de algunos equipos que se ponen en la imagen corporativa la bandera, pero eso no elimina la homofobia.

Esto no quiere decir que los detalles no sean importantes, al revés, pero hay actitudes en el fútbol que se siguen produciendo, como gritarle maricón a un futbolista cuando falla o cuando el VAR pita en contra de un equipo. A todo esto hay que sumar que existen equipos de fútbol que fomentan a grupos radicales que, entre sus acciones, está la homofobia y los ataques a la identidad de género.

Es extraño que en un deporte tan mayoritario, extendido y masculino (aunque el fútbol femenino está cogiendo solera con torneos como la Copa de la Reina), no haya ningún futbolista declarado gay. ¡Es sorprendente que no se conozca! Y lo entiendo porque existe el riesgo de que a una persona le hagan la vida imposible por naturalizar en público su orientación sexual. Que se mostraran ayudaría mucho a nuestros jóvenes. En el tenis o waterpolo hay mayor visibilización Lgtbi. En el fútbol no ha ocurrido. 

–Es cierto. En Europa hay muchos futbolistas (solo en la Eurocopa, unos 600), y sin embargo no se conocen jugadores gais.

–De hecho, sí. Solo uno. Hubo un futbolista inglés (Justin Fashanu) que, tras declarar ser homosexual en 1990, le hicieron la vida imposible y acabó suicidándose. El 19 de febrero, fecha en la que nació, se celebra el día contra la homofobia en el fútbol. La mejor manera para acabar con este problema no es que un club ponga una banderita en su perfil, sino que se trabajen los 365 días del año fomentando una zona de confort para que cada persona sea libre.

En el fútbol existen unos estereotipos que son lo normal y a partir de ahí se dejan de fomentar otras alternativas. Si hubiera varios futbolistas declarados abiertamente gais, ayudaría mucho a normalizar las diferentes orientaciones sexuales. Y ayudaría a los jóvenes o a más personas en su ámbito laboral.

En el tenis o en el waterpolo, el colectivo LGTBI está más visibilizado que en el fútbol

–¿Cómo valora el gesto de Neuer de colocarse un brazalete con la bandera del orgullo?

–Es un gesto muy positivo, porque es una oportunidad de crear precedente y de que se genere un efecto dominó, pero hacen falta más. En algunos equipos también se están dando este tipo de guiños; el Rayo Vallecano tenía la bandera Lgtbi en una de sus camisetas.

Todos estos símbolos consiguen visibilizar un movimiento y evitan que la diversidad no se quede en algo minoritario. Son cuestiones puntuales (el día del donante, el día contra el cáncer, el 28 de junio) que, además de mostrar otras realidades, también sensibilizan a la población. De lo que se ve, se habla, y de lo que se habla se debate, se crean leyes... Si eso no ocurre, volvemos a los 70, en los que todo el mundo sabía que existía la homosexualidad pero nadie hablaba de ella.

–Hay equipos que se están poniendo la bandera Lgtbi en sus perfiles oficiales, pero no en las cuentas corporativas de países que no reconocen estos derechos.

–Sí, y el motivo es el dinero, que prevalece ante otros valores. Para jugar el mundial de Qatar en invierno (en verano es inviable) han tenido que cambiar todo el cronograma deportivo. Con la presión internacional han cedido para que la mujer pueda acceder a los estadios. Es una incongruencia que vayan allí a jugar.

La mejor manera de acabar con la homofobia no es que un club ponga una bandera en su perfil

–Algunas selecciones se han arrodillado como símbolo contra el racismo. Hasta ayer, el único gesto a favor del colectivo Lgtbi había sido el brazalete de Neuer. ¿por qué existe esta diferencia?

–Creo que en el fútbol, así como en ciertos deportes, la homosexualidad sigue siendo un tema tabú. En España, hasta hace no mucho, si un heterosexual iba a defender una causa LGTBI sabía lo que lo iban a etiquetar. Hay mucha gente con seguidores y apoyos que no quieren señalarse, y más aún estando en el apogeo de su carrera.   Esta diferencia también tiene un componente de temporalidad muy importante. El antirracismo lleva más tiempo trabajado, además de ser más mayoritario, con mucho apoyo detrás y parte de una premisa muy simple: uno no puede ocultar que es negro. También está más visibilizado en la cultura popular, con películas o libros.

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