La plaga de mosquito tigre que los vecinos del entorno de Guadalmar, Parque Litoral y Sacaba están sufriendo en las dos últimas semanas ha obligado al Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía a ir de la mano en la búsqueda de una solución que palie el problema. Ante la petición municipal de ayuda, la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha requerido la colaboración de un experto en la materia, que trabaja en la Diputación Provincial de Huelva y que previsiblemente visitará la capital la semana que viene para evaluar la dimensión del problema.

De momento, y según aseguraron a este periódico fuentes del Gobierno autonómico, ya está trabajando en el tema con la información que se le ha ido mandando en los últimos días y que a priori descartarían que el foco de la plaga se concentre en la desembocadura del río Guadalhorce, tal y como apuntan los técnicos municipales y que al ser un espacio protegido no se puede tratar con productos insecticidas como está haciendo el Ayuntamiento de la capital en el caso de la red de alcantarillado público. Sea cual sea el origen, el delegado territorial de Medio Ambiente de la Junta en Málaga, Adolfo Moreno, quiso dejar claro que "aunque no sea competencia nuestra por no ser un asunto que afecte al medio natural, como ya ocurrió con las moscas de Colmenarejo, siempre estamos por colaborar".

Lo cierto es que la plaga se ha concentrado en la zona de la desembocadura del Guadalhorce, ya que el Ayuntamiento insiste en que los avisos recibidos al respecto se refieren a ese punto concreto. En la zona de Guadalmar la preocupación es aún mayor debido a la cercanía del colegio Julio Caro Baroja donde las continuas picaduras a los niños han provocado la alarma entre los padres.

Aunque el pasado otoño la incidencia de la plaga fue mayor, la dirección del centro se vio obligada de nuevo hace unas semanas a enviar una circular a todos los padres de los alumnos informándoles del problema y pidiéndoles que les aplicaran repelente de mosquitos a los niños antes de llevarlos al colegio para evitar las picaduras.

Ante la dimensión del problema, son muchas las peticiones que la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de este colegio han presentado ante el Ayuntamiento de Málaga para encontrar una solución, ya que hasta los maestros del colegio se han visto obligados a comprar repelentes y productos para tratar las picaduras de los niños. "Es insoportable y nos preocupa los niños porque es horroroso y no queremos que el tema caiga en el olvido ahora que acaba el curso, y cuando volvamos en septiembre nos encontremos otra vez con el mismo problema", dijo de forma contundente Maite Martín, secretaria de la asociación y además vecina de la zona de Guadalmar desde hace diez años.

En ese tiempo contó que "nunca hemos visto nada igual" y que la plaga del mosquito está tan extendida que "no podemos salir ni al jardín sin repelente de mosquitos". Sin embargo, aseguró que "son tantos que a veces no resultan efectivos ni los repelentes" y pidió a las administraciones una solución tanto si el problema está en el río como si se trata de unas charcas que hay en los alrededores de la iglesia de Guadalmar. "No sabemos cuál es la solución porque es un tema complicado, pero nos preocupan los niños", señaló.

También una vecina de Guadalmar explicó ayer la desesperante situación en la que viven y coincidió en que "no te puedes ni tumbar en el césped porque te comen los mosquitos". "Tenemos siempre la puerta cerrada y las mosquiteras puestas porque entran por todos lados", lamentó, esta mujer que lleva una década afincada en la zona y que tampoco recuerda algo parecido a lo que está ocurriendo últimamente por culpa del nuevo invasor.