El proceso de adjudicación de los terrenos para la construcción de un planetario junto al antiguo Campamento Benítez queda despejado. Y con un favorito claro. La empresa malagueña Gestomer, junto a la firma Sky Skan, especializada en la fabricación de cúpulas, y del astrónomo Alberto Castro-Tirado, parece en condiciones de, si cumple con todos los parámetros exigidos por el Ayuntamiento de Málaga, hacerse con la concesión a 37 años de la parcela de 8.811 metros cuadrados para la ejecución de este equipamiento. La aspiración municipal es que sea el más grande de Europa.

De acuerdo con los datos aportados a este periódico por el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, esta firma es la que mejor puntuación obtiene en lo relativo a la propuesta arquitectónica, así como en la oferta económica realizada. En concreto, se compromete a abonar un canon anual de 115.000 euros, mejorando significativamente los 81.369 euros exigidos de partida por el Consistorio. 

Aplicando esta cifra al periodo total de explotación (35 años de gestión más dos de construcción), el valor global que recibirá el Ayuntamiento superará los 4,2 millones de euros. La otra oferta, la formulada por AstroAndalus, con sede en Jaén, es de 82.000 euros. Cabe recordar que la oferta económica será clave en la valoración final, ya que supone 70 puntos del total; los otros 30 quedan divididos entre el anteproyecto arquitectónico y el plan de gestión.

López ha sido cauto en lo que a la adjudicación definitiva se refiere, aunque ha admitido que los detalles ya conocidos tras la apertura de los sobres "pueden dar un indicio de por dónde van los tiros". Queda, no obstante, que la mesa formule su propuesta de adjudicación y que la misma quede ratificada.

De acuerdo con el pliego de condiciones técnicas que sirve de base de la licitación, el periodo estimado para la materialización del planetario es de doce meses a contar desde la adjudicación del contrato. Entre las exigencias mínimas que tendrán que cumplir los licitadores está la ejecución de una cúpula de al menos 20 metros de diámetro interior.

El futuro equipamiento, como elementos básicos, deberá disponer de capacidad para 322 personas. De acuerdo con las pretensiones municipales, el planetario tendrá vocación de ser un espacio de divulgación científica, logrando además un efecto de descentralización en materia turística. Las estimaciones iniciales apuntan a que podría recibir del orden de 100.000 visitas anuales.

Este paso administrativo pone casi el punto y final a un procedimiento iniciado en mayo del año pasado, cuando la Junta de Gobierno Local aprobó la petición realizada por AstroAndalus para disponer de una parcela en la que impulsar la construcción de esta infraestructura. Puede darse la paradoja de que finalmente sea otra la firma que asuma su desarrollo y explotación. Recientemente, el concejal de Ordenación del Territorio apuntó la posibilidad de que, una vez superado esta fase de trámites, los trabajos de ejecución del planetario pudiesen arrancar después de este verano.