Cádiz, Granada, Almería, Cartagena, Alicante, Valencia, Barcelona y Zaragoza. Son algunas de las ciudades españolas que visitarán en los próximos días responsables del Ayuntamiento de Málaga para ver sobre el terreno cómo funcionan los servicios de limpieza y recogida de basura y conocer los distintos modelos de gestión de unas y otras.

Es el primer paso dado por el Área de Sostenibilidad Medioambiental para definir el futuro de la empresa mixta de limpieza Limasa, cuyo contrato vence el 16 de abril de 2017 y que parece claro que no se repetirá dadas las continuas quejas que acumula sobre la eficacia del servicio a pesar de que cada año cuesta a las arcas municipales más de 86 millones de euros.

La primera visita se realizó esta misma semana a Cádiz, donde el servicio de limpieza está en manos privadas al cien por cien, según confirmó a este periódico el concejal de Sostenibilidad Medioambiental en el Consistorio malagueño, Raúl Jiménez, que acompañado del director del Área, Luis Medina-Montoya, y varios funcionarios municipales emprenderán el lunes el resto de la tournée.

La ruta empezará por Almería el lunes y continuará hasta Zaragoza como última parada prevista. Las ciudades elegidas, según el edil, se han seleccionado "tanto por población como por tener características similares a las de Málaga en cuanto al clima para que puedan servir de base para diseñar el nuevo modelo de gestión de limpieza y recogida de basura que debemos definir en los próximos meses".

La idea es conocer in situ el modo en que se organiza en todas ellas el servicio de limpieza para valorar los pros y contras de unos y otros y tomar nota de cara a determinar el futuro de la empresa mixta de la capital, que ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza al Ayuntamiento de Málaga desde 2001 cuando formalizó la sociedad de la que forma parte al 49% con las empresas FCC, Sando y Urbaser como socios privados.

La mayoría de las ciudades elegidas tienen un servicio de limpieza privado, con algunas excepciones como es el caso de Granada donde la empresa es mixta como ocurre en estos momentos en Málaga, y Córdoba y Sevilla -cuya visita aún está por confirmar- donde la gestión es cien por cien pública.

Antes de mediados de agosto, Jiménez aseguró que está previsto que se hayan hecho todas las visitas programadas y que se disponga de abundante información sobre cómo se hace en otros sitios la distribución del trabajo. Será entonces, una vez analizadas las experiencias de otras ciudades, cuando los responsables municipales concluyan un informe técnico de servicio, es decir, un estudio sobre cuáles son los medios técnicos y humanos que se necesitarían para poder prestar el servicio de limpieza que se quiere para Málaga y, lo más importante, cuál sería el coste.

Este paso ya se ha encargado de forma paralela y está incluido como requisito en el pliego de condiciones del actual contrato de Limasa, donde se especifica que este trámite deberá iniciarse al menos 16 meses antes de la fecha de finalización. O, lo que es lo mismo, antes de que finalice este año.

La maquinaria administrativa para decidir sobre el futuro modelo de gestión del servicio de limpieza ya está en marcha, pero solamente cuándo se hagan las cuentas reales de lo que costaría el servicio de limpieza es cuando el Ayuntamiento de Málaga pretende decidir el modelo con el que se gestionará después de que se da por descartado ampliar el contrato a la actual empresa por ocho más como contempla el pliego.

El inicio de la hoja de ruta diseñada por el Ayuntamiento de Málaga se produce pocos días después del revuelo montado en torno a las declaraciones del propio concejal de Sostenibilidad Medioambiental que valoró en un cuatro la limpieza de la ciudad, lo que despertó las críticas de los grupos de la oposición y que en su mayoría defienden el modelo público como mejor forma de gestionar un servicio fundamental.