El Banco Central Europeo avala la solvencia de Unicaja y Cajamar

Las dos entidades con presencia malagueña han superado con creces el mínimo exigido en las pruebas de resistencia

Braulio Medel, presidente de Unicaja.
Ángel Recio Málaga

27 de octubre 2014 - 01:00

Unicaja y Cajamar han superado sin problemas el exigente examen realizado por el Banco Central Europeo (BCE) a 130 entidades de toda Europa. Mide muchos parámetros, haciendo especial énfasis en la calidad de sus activos y en la posible necesidad de capital, y hace estimaciones sobre cómo resistirán los bancos en un escenario normal o en un escenario adverso en los tres próximos años.

A grandes rasgos, Europa exige a los bancos que tengan un CET1 (un coeficiente sobre los recursos de capital de máxima calidad) mínimo del 8% en un escenario base y del 5,5% en un escenario adverso y tanto Unicaja como Cajamar lo rebasan con creces. En el caso de Unicaja, tiene un 11,12% en el escenario base, que se eleva hasta el 11,9% en 2016, y del 8,89% en el adverso; mientras que Cajamar cuenta con un 10,17% y un 7,99% respectivamente.

Este galimatías de porcentajes viene a reflejar que las dos entidades son más solventes de lo que se les pide, dando así confianza a su gestión, a los clientes y al sistema bancario español. Unicaja, por ejemplo, precisó ayer que tiene un exceso de capital de 1.285 millones de euros en un escenario normal y de 1.140 millones de euros en el adverso.

Fuentes del banco malagueño subrayaron además que sus notas hubieran sido incluso mejores si no se hubiera incluido la absorción de Ceiss. En este sentido, explican que "Unicaja en solitario presentaría un coeficiente en el escenario adverso superior al 11%, entre los más altos del sistema financiero español y europeo". En este momento, solo Kutxabank la superaría.

Unicaja añadió que, según las estimaciones internas de la entidad aplicando la metodología de la calidad de los activos, "se determinaría un exceso de fondos para insolvencias de 520 millones de euros que no ha sido contemplado en el ejercicio por el BCE". Si se hubieran tenido en cuenta, la entidad malagueña dice que tendría un 13% en el escenario base y un 10% en el adverso. En resumen, que la situación de Unicaja es mejor de la que ayer publicó el BCE, que ya era de por sí buena. "La calidad de los activos y los elevados niveles de solvencia permiten superar ampliamente el ejercicio de evaluación del BCE incluyendo la reciente adquisición de Banco Ceiss y sin recoger aún sinergias del proyecto", apuntan.

En Cajamar también estaban ayer satisfechos con las notas e incluso fuentes de la entidad comentan que podían haber sido mejores. "Si no nos hubiéramos unido a Rural Caja en octubre de 2012 igual podríamos haber aumentado un par de puntos el coeficiente, pero pensamos que la operación es muy positiva a medio y largo plazo porque nos abre unas grandes expectativas de crecimiento en la Comunidad Valenciana al incorporar 300 oficinas más. A corto plazo nos penaliza, pero a medio y largo es muy beneficioso", señalan.

El grupo cooperativo Cajamar está integrado por 19 cajas rurales españolas y el Banco de Crédito Cooperativo y una de las cajas originarias fue la Rural de Málaga. En la entidad quisieron resaltar que han superado sin problemas las pruebas de resistencia pese a que durante estos años han ido creciendo "a pulmón", es decir, sin recibir ayudas públicas directas ni indirectas y sin traspasar activos a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) -el conocido como el banco malo- para limpiar los balances.

Desde el punto de vista oficial, el presidente de la entidad, Luis Rodríguez, destacó el resultado obtenido, "dado que avala la gestión prudente realizada en estos años de crisis, en los que el Grupo Cajamar ha crecido y diversificado su actividad con la incorporación de 26 cajas rurales a su modelo de desarrollo y consolidación del cooperativismo de crédito en España". Asimismo, manifestó que la calificación otorgada "refuerza la confianza y seguridad de nuestros socios y clientes, y contribuirá a impulsar nuestras líneas de financiación a pymes y familias".

A partir de noviembre los bancos europeos serán directamente supervisados por el Banco Central Europeo a través del Mecanismo Único de Supervisión (MUS). Se quita así competencias al Banco de España para que, en teoría, haya menos presiones políticas en las entidades.

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