"Se levanta to los días, con ganas de ir a la plaza". El resto de días es un misterio, pero desde luego este domingo todas las cuadrillas tenían ganas de llegar a la plaza del Padre Ciganda para enfrentarse un año más al concurso nacional de albañilería de la Peña El Palustre.

El concurso ha comenzado a las 8:00 con la entrega de planos en la plaza. Se articula como una competición entre cuadrillas, pudiendo participar hasta un total de 30, que deben estar integradas por un oficial de albañil y un ayudante o peón. Cada una de las cuadrillas ejecuta simultáneamente el mismo trabajo de albañilería. 

Al ritmo de fondo flamenco los grupos de albañilería empezaban a serrar los tablones de madera que formarían el esqueleto que haría más estable el diseño que les acababan de entregar. Los nervios, a flor de piel, dejaban escapar un “vamos, no podemos perder tiempo”, “este año sí que lo conseguiremos”, “hay que conseguir que no se hunda”.

Estructura de madera.

Los participantes se dividían en distintas parcelas en las que habían colocado distintivos para diferenciar a qué cuadrilla pertenece cada uno. La plaza del Padre Ciganda se llenaba de música y cemento ante la mirada de los que allí pasaban extrañados de qué era lo que estaban celebrando.

Apenas el reloj daba las 11:30, para algunas cuadrillas llegaba el momento clave para saber si la estructura de madera y sargentos era estable: se daba paso al instante de empezar a poner ladrillos y cemento sobre ella. 

Estructura de ladrillos.

"Y la verdad no le va nada mal al chaval", ya que la mayoría de cuadrillas empezaban a quitar los tablones despacio, con una concentración más que envidiable. Cualquier paso en falso podía hacer que la figura de ladrillos cayera.

“Todas las cuadrillas atentas, queda media hora para que tengáis que dejar vuestros sitios y no se podrá volver a tocar la estructura”. Si al inicio de la jornada los nervios apuntaban alto, la última media hora para dar los toques finales a los modelos diseñados no se quedaba atrás.

Estructura terminada.

Poco a poco las cuadrillas fueron dejando las parcelas que se les habían adjudicado a las 8:00 y empezaban a recoger todo el escombro que habían producido al elaborar las piezas.

Pasó una intensa hora bajo el sol de Málaga, que solo era aliviado por los vientos que llegaban desde el mar cuando los jueces se sentaban en la mesa para entregar la puntuación de todas las cuadrillas que habían participado. Ahora sí, era el momento de la verdad.

El primer premio del concurso de albañilería de la Peña el Palustre fue para la cuadrilla número 26, que tras conseguir 121 puntos se hacía con el premio en metálico de 6.000 euros. Este premio se va para Benalmádena de la mano del oficial José Manuel Aliaga y de su ayudante Jose López.

El oficial José Manuel Aliaga y de su ayudante Jose López.

El segundo premio fue directo para Tarragona que, tras conseguir 118 puntos, se llevaba un premio en metálico de 2.500 euros. Los afortunados han sido el oficial Aleix Plana y su ayudante Vasile Safta, miembros de la cuadrilla número 7.

El oficial Aleix Plana y su ayudante Vasile Safta.

La cuadrilla número 32 ha sido la premiada con el tercer puesto y 1.500 euros en metálico que se han ido a Plasencia con el oficial Javier Fernández y su ayudante Óscar Miguel Tejera.

El oficial Javier Fernández y su ayudante Óscar Miguel Tejera.

El oficial Manuel Fuentes y su ayudante Javier Vargas se han hecho con el cuarto puesto tras conseguir 107 puntos con una remuneración de 1.000 euros que se van para Maqueda.

El oficial Manuel Fuentes y su ayudante Javier Vargas.

Los puestos 5, 6, 7, 8 y 9 han recibido una remuneración de 250 euros y han sido para: el oficial José Manuel y su ayudante Alberto Jesús Balbateo (Torrox); el oficial Santiago Olivares y su ayudante Juan José Mateos (Badajoz); el oficial Isidro García y su ayudante Antonio Ventura (Badajoz); el oficial José Redondo y su ayudante Adrián Sánchez (Granada) y el oficial Sergio Castillo y su ayudante Sergio López, respectivamente.

Este concurso goza de una gran popularidad a nivel nacional y acuden a él participantes de distintas provincias del territorio español. Su objetivo es estimular a los albañiles en el aumento de los conocimientos propios de su oficio, indagando en la mejora de la destreza y de las habilidades en la ejecución de los trabajos.