La CEA destaca que Andalucía cuenta hoy con un colectivo empresarial competitivo

EL 13 de marzo pasado se celebró la Asamblea General Ordinaria de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), a la que asistió una representación de unos 25 empresarios de la CEM encabezados por el presidente de esta Organización, Vicente García Martín, y el de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero. Además de aprobarse la Memoria de Actividades de 2007, el cierre del ejercicio económico del mismo año, el presupuesto para 2008 y distintos acuerdos del Comité Ejecutivo y Junta Directiva de CEA, el Presidente de la organización de los empresarios andaluces, Santiago Herrero León, desarrolló una intervención de gran interés ante los más de trescientos asistentes que llenaban el salón de actos de la Isla de la Cartuja.

"Ha pasado un año y todo ha cambiado -empezó diciendo el Presidente-. Hasta hace un año, los acontecimientos discurrían con normalidad y previsibilidad tanto en lo económico como en lo político y en lo organizativo; pero, de pronto, todo cambió". Se refería así Herrero a la recesión económica, los resultados electorales de las pasadas generales y las noticias referidas a "una polémica cierta e inoportuna que nunca debió producirse" en CEOE.

"En un momento de incertidumbre económica internacional -añadió más adelante el Presidente de CEA-, España necesita un Gobierno con capacidad para afrontar las medidas necesarias que permitan a la empresa española seguir desarrollando su labor, y que la economía española no pierda peso internacional ni el prestigio que, merecidamente, se ha ganado en los últimos años". Respecto a Andalucía, Herrero expresó su confianza en que nuestra Comunidad Autónoma pueda seguir creciendo y que se permita un mejor escenario para las empresas y la actividad empresarial, junto al arraigo definitivo en nuestra sociedad de una mentalidad emprendedora.

El Presidente destacó, ya en un análisis de los sectores productivos andaluces, el sector agroalimentario, "el de mayor crecimiento y dinamismo empresarial" -cuatro de los ocho premios a las mejores empresas alimentarias que concedió el Ministerio de Agricultura y Pesca el pasado año se otorgaron a empresas andaluzas-. Asimismo, los sectores de las nuevas tecnologías, las infraestructuras y el turismo cuentan con empresas andaluzas líderes que operan en cualquier mercado del mundo. También valoró el máximo dirigente de CEA un dato reciente del Ministerio de Industria que pone de manifiesto el interés de numerosas empresas andaluzas por salir a los mercados internacionales, de tal modo que han multiplicado por tres sus inversiones brutas en el exterior.

A lo anterior habría que añadir, en palabras del Presidente, que por vez primera en nuestra historia, contamos con una burguesía que ha capitalizado sus ahorros y que ha modificado sustancialmente sus hábitos de inversión, dejando paso a inversiones financieras y participaciones empresariales en el accionariado de sobresalientes compañías nacionales. Simultáneamente, grandes compañías y bancos que operan en España han decidido convertir Andalucía en su tercera vía natural de desarrollo tras Madrid y Cataluña, los dos grandes polos económicos del país, "y así lo confirman los nuevos consejos consultivos que se han creado en la comunidad y la proyección renovada de los que ya funcionaban".

Herrero ofreció algunos datos de gran interés. En Andalucía operan 520.000 empresas, 170.000 más que hace diez años. Además, la región ha acelerado el ritmo de crecimiento empresarial y ha pasado de 10.000 empresas al año a finales de la década de los noventa a más de 20.000 empresas al año en el último cuatrienio, si bien ese ritmo ha decrecido en el mes de enero de 2008 un 30 por ciento y el capital asociado un 68 por ciento.

No obstante lo anterior, Herrero señaló que se han acumulado algunos desajustes que podrían limitar la capacidad de crecimiento de la economía española en los próximos años, y dijo: "Las Administraciones Públicas deberán tener la economía como prioridad de sus actuaciones; deben llevar a cabo políticas de apoyo a las actividades económicas. En este sentido, son necesarias políticas orientadas a reducir las cargas sociales de las empresas y políticas fiscales que fomenten el ahorro y la inversión y que mejoren la situación general de las pequeñas y medianas empresas".