Hace ya unos años, Cáritas y el Ayuntamiento de Málaga iniciaron una tarea común, proveer de un techo a aquellos recién llegados que están buscando su hueco en el entorno de acogida. Mediante un acuerdo pusieron en marcha 16 plazas en dos pisos, uno de ellos situado en la Carretera de Cádiz y otro en la Cruz de Humilladero, como estancias transitorias en el proceso de integración sociolaboral de inmigrantes. Ayer ratificaron el convenio de colaboración para el sostenimiento económico de estos hogares. El Consistorio aporta un total de 24.190 euros.

Esta cantidad se destina a los gastos de alquiler, mantenimiento y conservación de los dos inmuebles abiertos a personas no comunitarias y que serán derivadas del Centro de Acogida Municipal. En estas viviendas se les ofrece un seguimiento individualizado de sus respectivos casos hasta que consiguen trabajo y con ello independencia económica. "Con esta medida se les permite el ahorro, ya que no tienen que pagar una vivienda, y pueden concentrar sus esfuerzos en normalizar su vida en la ciudad, encontrar un empleo y una casa definitiva", explicó ayer la concejala de Asuntos Sociales Marivi Romero.

Los responsables del programa son conscientes de que cada caso es diferente y por ello ofrecen, además de un plan de formación, servicios de acompañamiento individual y grupal para acceder a los recursos existentes. "Cuando un inmigrante llega tiene que aprender español, regularizar sus papeles, hacerse con la cultura de este lugar sin perder sus raíces... y nosotros pretendemos servirle de empujón para conseguirlo", afirmó el secretario general de Cáritas Diocesana en Málaga, Francisco Jiménez. Éste señaló que si hace dos años el tiempo medio de estancia no pasaba de los dos meses, la crisis ha provocado que se alargue la permanencia en el piso, cuyos habitantes, hombres y mujeres, se encargan de su mantenimiento.