Ceisa echa el cierre tras medio siglo de historia en calle Larios
La pérdida de rentabilidad y los nuevos gustos de los consumidores terminan con un comercio emblemático
El propio dueño del establecimiento, Daniel Bech, reconoce que el nombre Comercio, Exportación e Importación SA (Ceisa) no era el más apropiado para una tienda de ropa. Pero ha sido un negocio próspero durante medio siglo, demostrando, una vez más, que un comercio no es solo un rótulo y un escaparate sino las innumerables cosas que pasan de puertas para dentro: el catálogo de productos, el trato al cliente, la lucha contra la competencia... Ceisa ha sido un referente durante 52 años en la moda en la capital y a mediados de agosto cerrará definitivamente sus puertas en la calle Larios.
"El sector ha cambiado muchísimo y la tienda, tal y como estaba planteada, no tenía futuro, por lo que ha llegado el momento de plantearse la salida. Cerraremos con todo el dolor de nuestro corazón pero hay que entender que las cosas tienen un principio y un final", explica Bech, quien subraya que los nuevos consumidores tienen otras preferencias y a eso hay que sumarle la proliferación de outlet y la posibilidad de adquirir productos de grandes marcas por internet. "Ceisa ha sido la bandera de la ropa de calidad. La gente nos decía que su padre o su madre compraba aquí, pero hoy en día eso ya no tiene tanta importancia y se valora menos. A los nuevos consumidores les interesa comprar ropa más barata y vivir mejor, irse de viaje...", añade este empresario, que sí mantendrá otros establecimientos del grupo como Pinsapo en la misma calle Larios. Bech precisa que los seis empleados de Ceisa no serán reubicados porque el resto de tiendas ya tienen el personal necesario.
La historia de Ceisa es amplia. De hecho, el número de su CIF es el 668, uno de los más antiguos de la provincia. El padre de los actuales propietarios tenía una tienda de tejidos, llamada La casa blanca, en las calles Calderería y Santa María. Almacenes Ceisa se había constituido en Málaga de mano de unos inversores catalanes y Bech la adquirió, pasando posteriormente la gestión a sus dos hijos. En todo este tiempo, han hecho tres renovaciones completas del local para hacer varias ampliaciones.
Daniel Bech afirma que la mejor etapa de este comercio fue en las dos décadas comprendidas entre los años 80 y 2000 porque "fue cuando Málaga resurgió, creando una estructura económica propia, porque antes todo se basaba en la costa". El fuerte aumento turístico de la capital no ha sido suficiente para relanzar las ventas de este establecimiento porque "el crucerista consume muy poco, aunque sí ha realizado compras el que pasa unos días en Málaga o viene de visita desde la costa".
Pese al tirón económico de la ciudad, Bech reconoce que su mercado "se iba diluyendo poco a poco". Este comerciante asegura que su cliente habitual era el profesional y el autónomo y "tras siete años de crisis no lo hemos podido soportar", pues los productos ofrecidos por Ceisa son de marcas de prestigio y tienen un precio elevado.
La marcha de Ceisa supone un nuevo revés al comercio tradicional en el centro de Málaga, que está cada vez más copado por las grandes multinacionales. "Antiguamente en la calle Larios había solo cafés, luego eran todo bancos y ahora hay una oferta comercial de cadenas que son las que tienen la fuerza, el poderío económico y la expansión internacional y contra la que es imposible competir", desgrana Bech, quien quiere dejar claro que el cierre no se debe a la polémica por la renta antigua porque ya tenían un pacto previo con los propietarios del local.
A mediados de agosto Ceisa bajará la persiana después de 52 años. El local será codiciado y seguro que tiene varias novias, por lo que habrá que esperar a los próximos meses para ver quién ocupa su lugar. Mientras tanto, están de liquidación.
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