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Cien científicos de 16 países predicen los océanos del futuro

  • Expertos analizan en Málaga el impacto del cambio climático en la producción marina · Las algas que captan CO2 y protegen las costas de la erosión disminuiránCuatro grupos de trabajo han analizado en la UMA, el Centro Oceanográfico de Fuengirola, el centro experimental Grice Hutchinson y el Cabo de Gata el comportamiento de las algas ante los cambios

EL agua de los mares del planeta se vuelve más cálida y más ácida. Los científicos calculan que las temperaturas de los océanos aumentarán cuatro grados y su PH a finales de siglo habrá descendido desde el 8,4 hasta el 7,8. "Aunque este no es el escenario más pesimista refleja que la acidificación aumentará más en un siglo que en cientos de miles de años anteriores", apunta el catedrático de Ecología de la Universidad de Málaga (UMA) Félix López Figueroa.

¿Qué consecuencias tendrán esos cambios en los océanos y en la vida marina? 90 científicos de 16 países integrados en la Sociedad Internacional de Limnología han tratado durante 10 días de buscar respuesta a este interrogante en el transcurso de un encuentro de trabajo que concluyó el 26 de septiembre.

Los investigadores han centrado su ámbito de trabajo en las algas porque "para conocer el estado de los océanos lo que se hace es analizar el estado fisiológico de las algas", aclara López Figueroa. Se han organizado en cuatro grupos para estudiar el impacto del cambio climático en la producción marina. Una de las primeras conclusiones es que las principales algas que contribuyen a captar dióxido de carbono y aquellas que favorecen la creación de arrecifes que protegen las costas de la erosión disminuirán. Sin embargo, aunque el futuro pinta bastos, no todo han sido malas noticias.

Durante estos días un equipo ha trabajado en el Instituto Oceanográfico de Fuengirola. Allí, con muestras de agua de mar ha realizado experimentos que han permitido poner de relieve el cambio que experimentan las comunidades de fitoplancton de zonas donde los nutrientes son limitados (como el Mar de Alborán) si la temperatura y la acidificación del agua suben. "Baja la producción y, por tanto, disminuye la contribución de los océanos a contener el cambio climático" porque las algas son unos de los principales secuestradores de dióxido de carbono en el planeta.

Otro grupo ha analizado en la Unidad de Fotobiología de la UMA cómo reaccionará la Chlorella ante el cambio climático. Este tipo de microalga, actualmente de uso alimentario sobre todo el oriente por su poder antioxidante, es de gran interés en nuevas líneas de investigación dirigidas a utilizar las algas en la elaboración de biodiésel y en la biodepuración de aguas residuales. Además, ha captado la atención científica por su potencial para elaborar alimentos funcionales.

En este caso se ha podido apreciar que esta variedad, considerada cosmopolita porque crece en todos los océanos, acumula más lípidos de interés alimentario y energético sin que esas condiciones de estrés perjudiquen demasiado su crecimiento.

El tercer grupo científico se ha establecido en el centro experimental Grice Hutchinson de la UMA, donde ha observado que las comunidades de macroalgas disminuyen cuando la acidificación del agua aumenta en un entorno con bajos nutrientes. El asunto no es menor, porque los cambios en el PH del agua del mar por efecto del dióxido de carbono implican la descalcificación de los organismos que forman los sustratos que crean los arrecifes y protegen las costas marítimas que, de esa forma, quedan más expuestas al embate del oleaje.

Finalmente, el cuarto grupo se trasladó al Cabo de Gata para estudiar las macroalgas y praderas de posidonias en su ambiente natural, lejos ya de la experimentación en laboratorio o controlada. En este caso se han puesto a prueba nuevos sistemas de experimentación y se han probado incubadoras que permiten inyectar CO2 en las praderas de posidonia en su estado natural.

De hecho, la reunión del casi centenar de expertos en biología marina no ha pasado desapercibida para la industria que ha aprovechado al vuelo el encuentro también para participar y comprobar los resultados de sus últimos equipos científicos.

Una vez que se procesen todos los datos recogidos durante los diez días de trabajo en la Universidad de Málaga, se preparará un número especial para la revista Acuatic Biology en el que se publicarán al menos 15 trabajos con los resultados definitivos.

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