Francisco de la Torre se mantiene como "socio preferente" de Ciudadanos a una semana vista de la constitución del Ayuntamiento de Málaga. Aunque sin certezas absolutas respecto a lo que pueda ocurrir en el proceso de negociación ya abierto entre las direcciones regionales del Partido Popular y de Cs, todo hace pensar que los 14 concejales obtenidos por el mandatario popular en las elecciones del pasado 26 de mayo pensarán lo suficiente para inclinar la balanza a su favor.

La alternativa a este escenario sería la designación de Daniel Pérez, candidato del PSOE, que obtuvo 12 ediles. Una posibilidad remota que necesitaría forzosamente de los votos a favor de su investidura tanto de los tres concejales electos de Adelante Málaga (agrupación que integra a Podemos e IU), y como de los dos del partido naranja. Todo lo que no sea una alianza de Cs con Podemos en favor del PSOE, dejaría la Alcaldía en manos de De la Torre, al ser la suya la candidatura más votada el pasado 26 de mayo. Logró el 39,62% de las papeletas en las urnas.

Este es el escenario en el que tuvo lugar ayer, en Sevilla, la primera "toma de contacto" de las delegaciones regionales de PP y Cs, a las que, en el caso de la provincia de Málaga, compete analizar la situación de los once municipios en los que la suma de ambas formaciones permitiría alcanzar la Alcaldía. Plazas a las que sumar la Diputación provincial, en la que, como ocurre con la capital de la Costa del Sol, todo hace pensar que el grupo naranja facilitará a los populares mantenerse al frente de la institución.

Sin entrar en detalles pormenorizados de los ayuntamientos objeto de negociación, la portavoz de Cs en el comité creado para dialogar con el PP, Mar Hormigo, admitió la existencia de contactos previos "muy positivos", en los que se han mostrado dispuestos a la gobernabilidad y la estabilidad de los gobiernos, "que es lo que creo que necesitan los ayuntamientos". No obstante, también dijo no tener inconveniente en sentarse a dialogar con cualquier grupo que firme el decálogo lanzado para cerrar acuerdos, incluido el PSOE.

Dentro de las exigencias naranjas se mantiene la necesidad de cesar a los cargos públicos que sean "imputados formalmente por delitos de corrupción política". Cuestión que viene siendo objeto de discusión desde hace meses en relación con el concejal de Ordenación del Territorio en funciones, Francisco Pomares, que se encuentra aún implicado judicialmente en el caso Villas del Arenal, asunto por el que prestó declaración en calidad de investigado. A pesar de ello, De la Torre sigue defendiendo su permanencia en el equipo de gobierno en funciones y en la configuración del futuro Ejecutivo. Entienden en el PP que la "imputación formal", de producirse, sería en el momento en que se abra el juicio oral.

Ayer, de nuevo preguntado por el posible acercamiento con Cs, fue categórico al asegurar que sigue estando a la espera de un movimiento por parte de Cassá. En su exposición ante los medios, abogó por un gobierno de coalición, en el marco de lo que bautizó como "un pacto a la malagueña". E insistió en que a diferencia de lo que sucede en otras ciudades andaluzas, en las que se necesita "un pacto a la andaluza", con el PP y Cs con el apoyo de Vox, en Málaga “es más fácil que en ningún sitio". "El PP y Cs suman mayoría absoluta", dijo.

De los 31 concejales que integran la Corporación, ambas formaciones agrupan a 16. Para incidir en esta idea, recordó lo dicho por el candidato de Cs en campaña. En un cara a cara entre ambos cabezas de cartel, el representante naranja fue claro sobre la hoja de ruta a seguir: "le ofrezco que caminemos juntos si es la suya la fuerza más votada o si lo somos nosotros".

"Dijo algo así como que haría pacto con el PP si había mayoría y con el PSOE si había mayoría, y con el PSOE no tiene mayoría absoluta", rememoró ayer el alcalde en funciones. Como viene señalando en las últimas semanas, defiende la constitución de una coalición de gobierno con Cs en lugar de repetir el acuerdo de investidura del pasado mandato del que, según aseguró, no acabó del todo satisfecho. La relación entre las dos formaciones acabó por deteriorarse en la parte final del mandato, al punto de romperse por la negativa del alcalde de destituir a Teresa Porras (finalmente exonerada) y Pomares, que en ese momento estaban investigados.