Los socios del Club Mediterráneo deciden celebrar otra vez elecciones

Los socios del Real Club Mediterráneo decidieron ayer en bloque abrir el periodo electoral, apenas 15 meses después de las últimas elecciones, para poner fin a la división que mantiene enfrentada a la actual junta directiva.

En una asamblea extraordinaria convocada por el ya presidente en funciones, Rafael Vidal, acudieron 629 asociados, de los que 572 votaron a favor de celebrar nuevas elecciones, es decir, el 90%. Únicamente se contabilizaron un puñado de papeletas en contra de la reapertura del proceso electoral y seis votos blancos o nulos.

La cita concitó el interés generalizado. Pocas veces la sede social del club había alcanzado un nivel de ocupación semejante. De hecho, la asamblea comenzó cuando todavía la cola inundaba la acera exterior del edificio.

Tal fue la concurrencia que una gran parte de los asociados se perdieron el discurso inicial del presidente saliente, en el que trató de explicar la transparencia de su gestión y el escaso basamento de los reproches recibidos durante las últimas semanas por el resto de la junta directiva. Incluso, ya ligeramente pasadas las 20:30 de la tarde, cuando se abrieron las urnas, decenas de socios aún no habían podido entrar a la asamblea, lo que generó algunas críticas tan sonantes como puntuales.

Las diferencias en el seno de la dirección provocaron que los miembros del equipo de gobierno contrarios a Vidal acordaran en julio la apertura de un expediente y su destitución temporal , mientras que el presidente en funciones denunciaba a los que debían ser sus colaboradores por cambiar la cerradura de su despacho e impedirle el acceso a la documentación.

Rafael Vidal interpretó anoche los resultados como un apoyo sin fisuras a su gestión, porque los miembros del gobierno disidentes "lo que querían era continuar sin mí y sin tener que pasar por las urnas", al tiempo que indicó que deberá sopesar si vuelve a encabezar una candidatura.

Este periódico intentó anoche sin éxito conocer la versión del vicepresidente Pablo Blázquez, crítico con la gestión de Vidal.

Finalmente, el anterior presidente del club, Luis Merino Bayona, mostró su satisfacción por el resultado de la asamblea. "Lo que ha ocurrido es bueno, porque había que salvar al club de la situación en la que se encuentra, con una crisis desde el punto de vista institucional y social provocada por la actual junta directiva".

La asamblea extraordinaria de ayer concluyó con la autorización al presidente en funciones para que gestione la compra de un nuevo barco para los "campeones de remo" presupuestado en 24.000 euros.